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Nuevas restricciones en Europa por el avance inexorable de la segunda ola de coronavirus

Segundopaso – En Europa, que reporta a principios de esta semana 250 000 muertos, el rebrote del coronavirus avanza inexorable y ha obligado a distintos países a imponer nuevas medidas restrictivas para contener los contagios, desde confinamientos más o menos estrictos hasta toques de queda, cierres perimetrales y clausura de locales de ocio.

Entre los países más golpeados de Europa por esta segunda ola de coronavirus estarían Bélgica, con 90 decesos por cada 100 000 habitantes, y España, con 73.

El Gobierno central español ha anunciado que no descarta ninguna medida legal para frenar la expansión de la pandemia, incluido el toque de queda en Cataluña y Madrid, que debería decretarse mediante la declaración previa del estado de alarma. El Ministerio de Sanidad va más allá y plantea un toque de queda en todo el país. También hay una serie de ciudades con confinamientos perimetrales.  Con Madrid y Ourense, ya son seis las capitales de provincia en las que rige esa medida: sus habitantes no pueden salir ni entrar salvo para ir al trabajo o al médico. La situación de la comunidad de Navarra es tan extrema que el jueves se confinará la comunidad en su totalidad: se cerrarán los bares y los establecimientos públicos tendrán que clausurarse a las nueve de la noche.

Bélgica, siguiendo el ejemplo de Francia, ha decretado un toque de queda nocturno y desde este lunes, durante cuatro semanas, los cafés y los restaurantes permanecerán cerrados. En Francia, en las nueve ciudades más afectadas del país, con París a la cabeza, el toque de queda rige entre las 21 horas y las 6 de la mañana y se alargará por un periodo de cuatro semanas. Solo entonces se volverá a analizar la situación sanitaria.

Al parecer, esta medida ha ganado terreno en el continente verde, pues Eslovenia, donde se han duplicado los contagios, también anunció el lunes que sus ciudadanos no podrán salir entre las 21 horas y las 6 de la mañana.

Pese a que los gobiernos se resisten a volver a la situación de confinamiento de primavera y verano, la provincia británica de Gales ha informado de que, a partir del viernes, sus tres millones de habitantes deberán quedarse en casa durante dos semanas para enfrentar la segunda ola de coronavirus. Irlanda anuncia, asimismo, confinamientos.

Italia también impuso restricciones desde el lunes en bares y restaurantes, actividades deportivas o ferias populares, y la Lombardía italiana, la primera región de Europa azotada por la pandemia y que ahora pugna contra un fuerte aumento de contagios, aplicará un toque de queda desde el jueves, al que se sumará el viernes la sureña Campania. La medida en Lombardia, la primera de ese tipo en Italia tras el confinamiento, se prolongará durante tres semanas entre las 23 horas y las 5 de la mañana.

En Suiza, hasta ahora poco afectada por el virus, las infecciones aumentaron en un 146 % la semana pasada y por ellos ha entrado en vigor la obligación de usar mascarilla en lugares públicos cerrados, entre otras medidas.

Como podemos observar, pese a las crecientes restricciones que buscan contener la propagación del coronavirus a un alto precio económico y social, la pandemia no muestra signos de remisión y ya se reportan 40,5 millones de contagios y 1,1 millones de muertos en el mundo.

A la espera de una vacuna, los gobiernos adoptan medidas en un difícil equilibrio entre proteger a sus ciudadanos y evitar el desastre económico y, en consecuencia, el social.

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