A lo largo de la historia de la humanidad, las pandemias han sido contadas con una perspectiva literaria; por esto, el Colegio Nacional (México) organizó un ciclo poético donde se intercambió algunos puntos de vista sobre este tema, durante la conferencia Literatura y pandemia, el crítico Christopher Domínguez aseguró que la literatura mundial nace con el desastre desde Homero y también “podríamos decir que desde el Diluvio universal o la propia expulsión de Adán y Eva del Paraíso”… “el tema de literatura y pandemia, es tan viejo como la literatura”
Las estadísticas apuntan que, con la cuarentena y el aislamiento social, los lectores redescubrieron novelas cuyo argumento aborda la distopía, ciencia ficción o grandes enfermedades, entre ellas, 1984, de George Orwel, El Decamerón, de Giovanni Bocaccio y La Peste, de Albert Camus. Además de vaticinar y mostrar la emergencia de las situaciones pandémicas, este tipo de literatura refleja preocupaciones, alertas, sentimientos de ansiedad, incertidumbre, soledad e improbables ficciones.
Para Domínguez, las circunstancias de las pestes, desastres, guerras, enfermedades han cambiado, sin embargo, lo que permanece es lo esencial de la reacción del ser humano. Ante una peste hay dos temores, uno no saber de dónde proviene el mal… y segundo, a morir en forma distinta a la habitual…
En aquel mundo de las primeras ciudades de la modernidad, relató el crítico literario, la salubridad era inexistente, no había desagüe y muchos enfermos morían en la vía pública por falta de una caridad que los socorriese. Con una peste como la bubónica, la mortandad se expandía de una manera enorme y empezaba a haber prejuicios y medidas sanitarias o pre sanitarias muy similares a las que estamos llevando ahora”
En estas épocas surgen la costumbre de tapase la boca con telas y pañuelos por el hedor que producían las epidemias, más tarde aparece una las primeras mascarillas utilizada se trata de la conocida como “pico de pájaro” que luego se hicieron populares en el cine y la literatura. Fue inventada durante las epidemias de peste ocurridas en Europa del siglo XIV era una máscara utilizada por los médicos para tratar la peste bubónica, estaban diseñadas con dos huecos en su interior en los que se podía poner incienso y así neutralizar los malos olores. Luego se generalizó propiamente la mascarilla moderna cuando se descubrió que algunos virus se expandían por el aire y el contagio era veloz, así lo reveló un médico chino:
El inventor fue Wu Lien-teh, y todo se desarrolló a partir de una gran plaga en Manchuria (norte de China). Fue una plaga terrible que tenía una tasa de mortalidad del 100% en 48 horas. Lien-teh fue llevado a la región para analizar la situación. Esta, al comienzo no atrajo la atención, pero una autopsia realizada por el médico que destacaba que la enfermedad no se transmitía por las pulgas, como era entendido hasta entonces, sino por el aire.
Otro hábito que se generalizado es el lavado de manos, uso de jabones y desinfectantes; dicen que un médico húngaro había descubierto un lugar donde daban a luz las mujeres, aquellas que habían sido atendidas por enfermeras que, a su vez, eran lavanderas, no morían, pues el contacto cotidiano de las lavanderas con el agua y el jabón o la lejía las ponía en condiciones de higiene que permitían la supervivencia de los recién nacidos y de sus madres. Así mismo, la práctica de la cuarentena ya fue sugerida por el médico musulmán Ibn Sina o Avicena (980-1037) en enfermedades contagiosas, el aislamiento de los enfermos por 40 días para evitar la propagación.
Los virus que llegan y se van de manera misteriosa, y ante los cuales nos sentimos impotentes para preservar nuestra vida, hay muchas reacciones impredecibles en el ser humano. Por esto, la literatura aparece como un apoyo emocional en tiempos de pandemia, para el filólogo cubano, Ernesto Mederos afirmó: 'Muchos autores noveles encontraron en las plataformas digitales diversas formas de diseño y promoción de sus libros; a su vez, el público recibió un blindaje y amparo psicológico contrapuesto al sinsentido actual y revisitó contenidos que reflejan universos apocalípticos'
Es interesante, cómo en esta época, algunas editoriales propusieron ofertas en las ventas de sus libros, descargas gratuitas y presentaciones de textos en canales de YouTube, servicios de envío de volúmenes a domicilio, clubes de lectura y talleres online. La escritora Milena Hidalgo observa que durante esta etapa las redes se llenaron de festivales y recitales. 'Nos unimos en el abrazo literario y poético, en las ganas de hacer algo juntos, aunque fuera virtual. Cada quien desde su plataforma recitó, dialogó y disertó sobre temas vinculados a esa manifestación artística', concluyó.
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