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Huertos Urbanos: Una Salida a la Crisis

Segundopaso – Lo Reciente 32- Los huertos urbanos nacieron como un hobby en América Latina, hoy por hoy se han convertido en una fuente de dinero rentable lo que nos lleva a preguntarnos ¿Cómo se llega hacer un Huerto Urbano?, en la presente edición hablaremos acerca de este fenómeno que va llegando a mas paises de América Latina.

El término ‘huerto urbano’ ha sido muy utilizado en estos últimos años y de hecho se ha insertado con fuerza en la sociedad. En un inicio entró como una tendencia para ocupar el tiempo libre, pero hoy se ha convertido en una verdadera alternativa alimentaria.

Este concepto ha ganado tanto protagonismo en el mercado en un relativo corto plazo, incluso ya se han conformado micro empresas fabricantes de productos para la agricultura y jardinería que ofertan una amplia gama de semillas, sustratos, fertilizantes, fitosanitarios, sistemas de riego macetas y jardineras a ser utilizadas en huertos urbanos.

“Se estima que más de 800 millones de personas están involucradas en agricultura urbana y periurbana”, dijo Makiko Taguchi, agrónoma de FAO. Explica que, en los países industrializados, el cultivo en las ciudades se practicó casi como un “hobby”. En los países en vías de desarrollo, en cambio, la agricultura urbana surge de la necesidad.

Las denominadas ciudades “verdes” destacadas por la FAO en el 2016 incluyen o fomentan la agricultura doméstica y urbana como una forma sostenible de garantizar la seguridad alimentaria. En el centro o en la periferia de las ciudades latinoamericanas y del Caribe se cultivan plantas y crían animales para alimentación, según estudios de la FAO, donde se observa un crecimiento de las prácticas urbanas de agricultura.

Algunos ejemplos destacados se encuentran en La Habana, que fue denominada “la reina de las ciudades verdes”, con aproximadamente 100.000 residentes que cultivan huertos caseros y las granjas pecuarias comerciales de la ciudad. Actualmente, entró en la compleja fase de su batalla contra el coronavirus, pues ya llevaba meses movilizada para resolver uno de sus grandes problemas de producción de alimentos, la escasez de diésel, difícil acceso a plaguicidas y fertilizantes a causa  del embargo, no obstante, es la oportunidad de dar un giro más decidido hacia una agricultura ecológica y sostenible, según lo expresa José Goitia (2020)

Según la investigación de la FAO, “La Habana ha agregado una palabra nueva – organopónicos, un sistema de cultivo ecológico – al vocabulario de la agricultura urbana y se ha convertido en pionera en la transición global hacia una agricultura sostenible que produce ‘más con menos’.

El área metropolitana de la Ciudad de México conforma una de las aglomeraciones urbanas más grandes del mundo, por esta razón es necesaria la implementación masiva de huertos urbanos. La mayor parte de la agricultura del Distrito Federal de México puede calificarse como periurbana e incluso suburbana. Se está promoviendo cada vez más la agricultura sostenible en las zonas rurales y la producción de alimentos en la propia ciudad especialmente en espacios comunitarios situados en el corazón de la ciudad para la obtención de hortalizas orgánicas donde participan diversas iniciativas públicas y privadas en la creación de las “azoteas verdes”.

Proyectos similares se han ejecutado exitosamente en Nicaragua, mediante programas gubernamentales con el objetivo del establecer 250.000 huertos domésticos en las ciudades de todo el país, de esta manera, se han creado huertos familiares, bancos comunitarios de semillas, capacitaciones a los productores urbanos, acceso a insumos y asistencia técnica, así como también el desarrollo de tecnologías de riego para superar la escasez estacional de agua. En los centros de capacitación los participantes han aprendido buenas prácticas hortícolas, que luego se aplicaron en sus patios; por ejemplo, el enriquecimiento del suelo con fertilizantes obtenidos de la fermentación anaeróbica de desechos domésticos. En Honduras, Bolivia, Argentina y Ecuador, los huertos urbanos son cada vez más comunes y ya se han obtenido buenos resultados en el desarrollo urbano y mejoramiento de la calidad de vida.

ECUADOR ANTE LA EMERGENCIA SANITARIA

Desde el confinamiento, la agricultura urbana se ha incrementado en Quito. Los nuevos productores quieren disminuir los gastos del hogar a la vez que es muy útil y entretenido, algunos programas se proyectan ya como emprendedores. Esta actividad se ha reflejado en un aumento de la demanda de los cursos de agricultura y de los negocios de semillas, plantas y suministros. Antes de la pandemia la mayoría de ventas era de plantas ornamentales. Ahora, la demanda ha dado un giro y las plantas comestibles y medicinales representan el 90% de ventas. Carmen Cornejo, de la empresa de flores y semillas Cultivare, señala que ha habido un incremento de ventas del 30% durante la emergencia sanitaria. La venta de semillas de hortalizas y hierbas aromáticas se ha disparado, mientras que la línea de flores ha bajado drásticamente.

El proyecto Agricultura Urbana Participativa (Agrupar) brinda servicios de la implementación de huertos caseros orgánicos; entre marzo y junio de 2020 la organización efectuó 55 capacitaciones en línea, con una asistencia en promedio de 40 y 60 participantes por curso. Antes de la pandemia, Agrupar dictaba unos ocho cursos al mes, con un máximo de 25 personas. Actualmente la gente ha visto la necesidad de sembrar. Por un lado, disminuyó el poder adquisitivo debido a la crisis y, por otro, cultivar es una terapia de ocupación y recreación, así lo manifestó Pablo Garófalo, de Agrupar. Se han abierto 127 huertos en tres meses tras las capacitaciones.

Los espacios comunales y familiares son aprovechados para la siembra de rábanos, cebolla, remolacha, tomate y calabacín. La producción abastece varios hogares, pero muchos ya planifican aumentarla para vender los excedentes a vecinos y amigos. La mayoría de personas que se capacitan, son mujeres y existen testimonios de productos orgánicos sembrados en botellas de plástico o en terrazas de edificios donde se cultiva remolacha, zanahoria, acelga, lechuga y otras verduras.

En la capital ecuatoriana se acordó en el año 2000 la primera Declaración que llama a las ciudades de la región a “comprometerse decididamente con la agricultura urbana”.

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