Ha llegado el momento de abandonar nuestras sandalias,
arroparnos en la fragancia y brisa infinita.
Ha llegado el momento de que nuestra alma
contemple la presencia luminosa de Dios
y que perciba el agradable misterio de la fiesta de Dios;
Es el instante entre el Creador y su criatura
Es el momento de cercanía entre mi alma y mi Creador
constante e infinito
Llegué al valle sagrado de Ramadán.
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