publicado el: 18 agosto 2021 - 05:54

GALERÍA TIERRA VIVA

Memorias hechas a mano

Obras de Adriana González Toledo
Memorias hechas a mano

Segundo Paso Nuestra América.- Adriana González Toledo es una artista nacida en Venezuela y residenciada en Italia. Creadora integral en diferentes lenguajes del arte. Instalaciones, pintura, poesía y performance forman parte de su trabajo creativo.

Memorias hechas a mano

Obras de Adriana González Toledo

@avilasol71

Coordinación y texto curatorial de Óscar Sotillo Meneses

Onírico, infantil, memorioso, son las primeras palabras que saltan del trabajo creador de Adriana González. Su universo creativo está habitado por memorias infantiles, evocaciones domésticas y una sensorialidad cargada significativamente de una materia a veces etérea y a veces cotidiana. La memoria sutil que envuelve su obra está compuesta por acumulaciones extraordinariamente ricas en texturas, colores, y evocaciones. Los materiales que utiliza en la construcción de estas evocaciones son a la vez la manifestación física de la intemperie, del tiempo que los desgasta y los afecta para dejar su huella en la memoria.

Adriana González es venezolana de nacimiento y corazón. Actualmente vive en Italia donde construye su particular universo creativo. Su obra desanda los caminos de la escultura, la edición, la instalación, el dibujo y el perfomance. Su trabajo creativo borra las fronteras conceptuales y técnicas para establecer un referente sensorial que ordena las emociones y las texturas, lo sutil y lo crudo, el adentro y el afuera de un paisaje que inunda de inmediato los sentidos.

Casas muñeca, zapatos, almohadas, poemas, y objetos del ámbito de la intimidad hacen del trabajo de González Toledo un recordatorio permanente de que la vida avanza por los escalones del tiempo y es la memoria y la experiencia lo que queda para seguir andando por los caminos de la incertidumbre. Todo arte evoca de alguna manera el abismo de lo desconocido y le da forma a contradicciones, intuiciones, sueños que el creador ordena en un afán permanente de encontrar sentido a este abismo que le sigue los pasos.

Estos objetos están materialmente construidos de otros objetos cuya vida útil parece haber caducado. La artista los recoge con paciencia, los observa y clasifica y los reinserta, filtrados por su emocionalidad, a un universo lúdico y memorioso. Estamos ante una obra vital, desnuda que es producto de la experiencia de su creadora que despojados de artilugios y escenarios está directamente conectada a su ecosistema material y espiritual.

Adriana González Toledo deja claro que son necesarios los cinco sentidos para experimentar su obra. Las memorias infantiles llevan directamente a escudriñar viejas anécdotas, desempolvar cuentos y leyendas que nutrieron la infancia y que dieron sentido a los primeros mapas del miedo y de las certidumbres. No se sale intocado de la experiencia de caminar entre los objetos de la artista. Algún punto del alma ya no volverá a ser el mismo.

El universo creativo de Gonzales Toledo es una provocación permanente a la memoria, a la piel, la a emoción de volver a mirar con ojos poéticos la casa de la infancia, la muñeca olvidada, la sutil historia que ha estado relegada esperando volver a protagonizar la escena principal de la vida y la larga hilera de creación.

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