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Nazismo y Sionismo, Almas Gemelas en Ucrania

Segundopaso – Para muchas personas, con escaso acceso a la información no corporativa, fue una sorpresa encontrarse con un judío apoyando neonazis y a herederos de nazis, como es el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, quien por lo demás es un firme aliado de Occidente en general, y desde luego, del régimen sionista de Israel.

Son diversos ejemplos de los grupos de ultraderecha, nazistas y neonazis que pululan en Ucrania, esto, gracias a la promoción de los mismos en base al domicilio político del actual gobierno de Zelensky, entre los que destacan: Batallón de Azov, Batallón Dnipro, Batallón Aidar, Milicia del Sector de la Derecha, Batallón 1 de la Policía de Jarkov, Milicia C-14, Batallón de Donbas, Batallón de la Centuria, Batallón Policial Shaktar y el Batallón Policial Shaktar. La mayor parte de ellos exhiben como su símbolo base a la runa Wolfsangel, empleada por grupúsculos nazistas y neonazistas, además de su otra enseña, el Sol Negro, acuñada por neonazis y fascistas.

A estas alturas de la historia muchas personas, incrédulas por lo demás, se niegan a hacer el cruce ideológico entre un sector de los judíos y el nazismo. Sin embargo, hay buenas noticias: la memoria histórica, pues no es necesario quedarse mucho tiempo pensando en cómo se llegó a esta instancia, ya que, si revisamos los antecedentes de la Segunda Guerra Mundial, encontraremos la existencia (que los sionistas se empeñan en ocultar) de los “judíos kapo”, judíos de ultraderecha al servicio del Tercer Reich, es decir, serviles y cómplices de la Alemania Nazi, muchos de ellos también partícipes en la ocupación de Palestina en 1948.

Podríamos citar un fragmento de Wikipedia, plataforma digital muy manipulada por los sionistas israelíes, pero, ante esta arrolladora realidad, no pueden soslayar este pasado, que nos ayuda a dimensionar la naturaleza criminal del régimen sionista de Israel, y la de sus actuales vínculos con los grupos terroristas de los nazis ucranianos. He aquí el fragmento “Normalmente, los kapos no realizaban trabajos manuales, sino que ejercían funciones de supervisión. Se les asignaban capataces y gozaban de privilegios relativos en comparación con los demás presos (mejor alimentación y mejores condiciones laborales), lo cual aumentaba sus posibilidades de supervivencia. La decisión de la SS de escoger a uno u otro prisionero como Kapo era táctica, y su objetivo era que las órdenes se transmitieran de la forma más fluida posible y se impusiesen sin escrúpulos. Kapos fueron, por ejemplo, criminales profesionales, antiguos integrantes de la SA o presos políticos. En el campo de Ravensbrück, la SS elegía al principio con frecuencia a presos clasificados ‘antisociales’ o ‘criminales’ como Funktionshäftlinge.​ Sin embargo, a partir de 1941 comenzó a elegir a presos políticos para sacar provecho de su eficiencia y disciplina.9​10​ En algunos campos se instauró un “servicio de orden judío” (Jüdischer Ordnungsdienst), heredero de la “policía judía” de los guetos”.

Ahora se entienden los motivos por los cuales el exprimer ministro israelí, Benyamin Netanyahu exculpó con tanta vehemencia al tirano nazi Adolf Hitler por los pasos que los nazis dieron para enviar judíos a Palestina, tal como se evidencia en las publicaciones de la Federación Sionista en Alemania, apoyada en aquel entonces por las SS nazis, a objeto de promover la ocupación que Palestina sufrió luego.

Se debe recordar que, en 1936, en plena Alemania nazi, se celebró en Berlín una de las reuniones al más alto nivel de la Convención Sionista, la que no podría haberse realizado sin la activa participación de los judíos kapo (overkapo).

Por otro lado, la colaboración de las SS y la Gestapo, a través de la gestión de Himmler, establecieron distintas conexiones con los grupos extremistas sionistas de la época, para formar escuadrones terroristas de judíos kapo enviados a Palestina, a través de la emigración activa y la entrega de armamento para promover asesinatos de palestinos, en vías de allanar el camino de la ocupación total.

Y a esto arribó, finalmente, en 1941 el grupo judío fundamentalista de la banda Stern (de Avraham Stern), acordando una coordinación con la Alemania nazi por medio de su hombre ancla en Beirut, el entonces cónsul Otto Werner von Hentig.

A la luz de estos antecedentes, y otros más, no es de extrañarse estas alianzas, que a primera vista parecen bizarras o sacadas de la ciencia ficción, muy por el contrario, nos ayudan a entender por qué un sector de judíos realiza este tipo de vínculos con los nazis. De seguro que otras mentes enfermas hasta las justificarían, pero, lo cierto es que están encabezadas por el presidente Zelensky, de confesión judía.

Tanto los judíos sionistas como los nazis confluyen en la matriz de un discurso único, a raíz de que los primeros pregonan ser el pueblo elegido, de acuerdo a una la lógica sectaria exclusiva y excluyente, mientras que los segundos, es decir, los nazis, reivindican ser la raza superior. Otro factor que respalda la convergencia de nazis y sionistas es su enfoque económico, confluyendo en el modelo capitalista exacerbado, poniendo el Estado al servicio del gran capital, como lo vemos reflejado en el fortalecimiento de las grandes corporaciones internacionales, cuya propiedad se encuentra en manos de la gran banca, donde los apellidos se repiten.

Las actuales trincheras en Ucrania están siendo excavadas por manos nazis y de los herederos de los judíos kapo, una relación de camaradería que ya tenía su antecedente previo en la historia, la que terminó perjudicando a los palestinos por medio de la expoliación de sus tierras, lo que al día de hoy tampoco es distinto, ya que Zelensky ha facilitado el envío de familias judías a Palestina, lo que se ha logrado mediante la entrega de ciudadanía por parte del régimen israelí a los ciudadanos ucranianos que emigren a los territorios ocupados palestinos, quienes en su mayoría son destinados a los asentamientos ilegales del Valle del Jordan y Naqab, repitiendo así la historia de la ocupación, bajo las mismas alianzas.

Estos antecedentes sirven para cuantificar cómo se manipula la información por parte de los sionistas, quienes buscan confundir a la opinión pública mundial, que no sabe distinguir entre la religión judía y la ideología racista del sionismo, que aprovecha la desorientación política para sus propósitos de estafa política, en base a la cual, el régimen sionista perpetra los peores crímenes contra los palestinos, a quienes detesta por ser los genuinos semitas en esta ecuación internacional, pero, que con la gran prestidigitación sionista, son acusados de ser antisemitas, con lo cual se les quita el respaldo para poder desconocerles sus legítimos derechos, tanto a sus tierras como a su autodeterminación.

 

La prensa corporativa occidental, en concomitancia con el sionismo, han desviado la atención de las opiniones públicas, esto, porque, por un lado, centran sus lágrimas en Ucrania, cuya matriz ideológica se vincula al neonazismo y a la limpieza étnica de la población rusa en Donbas, así como desvían la atención sobre la limpieza étnica y genocidio del pueblo palestino, a quien han quitado el enfoque mediático, ocultando los crímenes del régimen sionista de Israel.

La campaña de desmilitarización que lleva adelante la operación especial militar rusa en Ucrania podría permitir que en un futuro mediano se evite la creación y fomento de grupos neonazis en diferentes partes de Europa, los que incluso puedan perpetrar atentados contra sus aliados, tal como lo han hecho los grupos que Occidente creó para golpear a los países musulmanes, como el Daesh o Al Qaeda.

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