Para presentar un artículo y comercializarlo, se intentan relacionar las necesidades del consumidor con el producto para crear un vínculo entre los dos elementos y establecer un objetivo, para lograrlo se construyen símbolos y lo ofertan al público. El símbolo o logotipo del producto se plasma en las paredes, autos, prendas de vestir e incluso en vasos con la intención de conectar la empresa con la mente del consumidor a través de la imagen, que se repite frecuentemente. Sin embargo, su logro no va más allá del diseño.
En el mensaje de Karbala de Husáin (La paz de Dios sea con él) hemos sentido toda una serie de símbolos que nos vienen a la mente, sean cercanos o lejanos… El seco desierto de Karbala ató nuestros corazones al agua clara que hablaba de un alma sedienta: ¡Husáin (P)!
Este símbolo se conservó tan bellamente con lágrimas e hizo una conexión con el afecto profundo y eterno que siempre nos recuerda los labios agrietados y ensangrentados de los hijos del Profeta de Dios (La paz y la bendición de Dios sea con él) en la tierra de Karbala cuando vemos aquella agua.
Mientras las empresas se empeñan en introducir su símbolo en el aspecto y apariencia del vaso, los verdaderos amantes y seguidores de Husáin (P) han llegado a la fuente y han calmado su sed. Este símbolo no está grabado en el exterior del vaso que con el pasar del tiempo se puede borrar, más bien, está en su interior lo que provoca que siempre recordemos los labios sedientos y el hígado calcinado de Husáin (P).
Los productos exitosos casi siempre tienen algo en común: poseen una propuesta única y convincente en su publicidad. Es decir, lo que las diferencias de sus competidores y anima a las personas a elegir su producto entre otros similares. Incluso si Karbala no tuviera un slogan nuevo y repitiera las frases de los demás, desde el cielo seguiría lloviendo las lágrimas de los amantes seguidores de Husáin (P) hasta el Día del Juicio por la inconmensurable opresión que vivieron. Porque "agua" no es solo un símbolo, sino también una excusa para deshacerse de la tierra oscura de los opresores y tiranos, y las lágrimas por el mártir sediento de Karbala son el arma de los oprimidos desarmados en la guerra intelectual y cultural contra todos los malvados Yazides de este mundo.
Esta "agua" no es solo un símbolo, sino también un líquido purificador que limpia la inmundicia del alma y el espíritu, es la fuente de vida para las almas frías y muertas, y el medio para salvar a los cautivos de la oscura prisión mundanal.
El Imam Sadiq (P) describe esta característica extraña y extraordinaria de la siguiente manera: "No hay creyente que beba agua recordando a Husáin (P) y maldiga a su asesino, a menos que Dios escriba cien mil recompensas para él y lo limpie de cien mil pecados, lo eleve cien mil grados espirituales, con esta acción libera a cien mil prisioneros y en el Día del Juicio Dios Todopoderoso lo traerá con un corazón feliz y en paz”.
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