SP Conosur

Los Otros Muros (Parte I)

SegundoPaso ConoSur – El mundo occidental liderado por Estados Unidos y sus aliados incondicionales como Francia, Gran Bretaña y Alemania, principalmente, suelen hacer recuerdos sesgados a la hora de hablar de muros, de aquellos que separan pueblos, países, seres humanos.

El mundo occidental liderado por Estados Unidos y sus aliados incondicionales como Francia, Gran Bretaña y Alemania, principalmente, suelen hacer recuerdos sesgados a la hora de hablar de muros, de aquellos que separan pueblos, países, seres humanos.

Por ello, traigo a colación un trabajo efectuado, precisamente cuando se cumplieron 25 años de la caída del muro de Berlín donde señalaba, que ese actuar hegemónico dimensiona en forma monumental algunas de estas construcciones, como fue el caso del llamado Muro de Berlín que estuvo en activo 28 años y sin embargo invisibiliza otras construcciones que se extienden por cientos y hasta miles de kilómetros generando segregación y apartheid. Tal es el caso del Muro Sionista en palestina y el Muro marroquí que separa los territorios ocupados del Sáhara Occidental de los territorios liberados por el Frente Polisario en la guerra entre los años 1975 a 1991.

En el caso del Muro de Berlín, esta desaparecida construcción de hormigón, se extendía por 160 kilómetros, cuarenta y cinco de ellos dividiendo la ciudad de Berlín en dos y el resto que circundaba su parte oeste separándola de la República Democrática Alemana (RDA). Comenzó su construcción el día 13 de agosto del año 1961. 28 años después, en la noche del 9 al 10 de noviembre del año 1989 el mundo, en vivo y en directo, en una catarsis colectiva, fue testigo del desmoronamiento, no sólo de tres décadas de un Muro divisorio, sino que un modelo político-económico que venía en franca caída desde la decisión de la nomenklatura soviética, encabezada por el recientemente fallecido Mijail Gorbachov de encauzar sus pasos a otro modelo de desarrollo. Esto, tras una agotadora lucha contra Estados Unidos y sus aliados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en lo que se denominó el período de la Guerra Fría.

No hay justificación para los muros

El Muro de Protección Antifascista – Antifaschistischer Schutzwall – como lo denominaban los dirigentes de la RDA, el Muro del Vergüenza como lo llamaban en el oeste – Schandmauer – significó la muerte, en cifras en la cual aún no hay acuerdo pero que la Fiscalía de Berlín signa en 270 personas que trataron de cruzar hacia la parte occidental, de las cuales treinta de ellas murieron como consecuencia de la explosión de minas. Diez muertos por año, en un promedio trágico y vergonzoso para cualquier modelo político pero, en especial para aquellos que sostenían que la libertad del hombre es un derecho irrenunciable y que se trabajaba por la construcción de una sociedad más justa.

La justificación para la dirigencia de la RDA en construir el Muro se fundamentaba en la sangría de ciudadanos, personal calificado y la huida de otros ciudadanos de países del este que cruzaban a occidente desde Berlín Oriental. Entre el año 1949 y 1961, unos 3 millones de personas abandonaron la RDA desde Berlín Oriental. Cifra que en la primera quincena del mes de agosto del año 1961 significó la salida de 50 mil personas. Bajo la aprobación de Moscú la casta dirigente de la RDA decidió la construcción, primero de un muro provisional consistente en una alambrada de 165 kilómetros de largo y cinco metros de alto. Decidiendo además el cierre de 69 de los 81 checkpoint de la ciudad. Esta resolución, no sólo tenía el sentido de evitar la sangría de personal calificado y población deseosa de huir a occidente, sino también mostrar una determinación de fuerza ante el mundo occidental en momentos que el combate ideológico, industrial, militar, aeroespacial y político entre el este y el oeste estaba en su apogeo.

Hoy, a 33 años de la caída de ese muro, constatamos la continuación, desarrollo y creación de muros tan vergonzosos como el de Berlín. Muros que se han erigido bajo los más disímiles argumentos: otorgar seguridad a los habitantes del país o territorio que se desea proteger. Aislar un territorio y ejercer allí medidas y acciones de represión, invisibilizando a esa sociedad. Impedir que «indeseables» «extranjeros» «indocumentados» “ilegales” o simplemente personas de otras nacionalidades, busquen oportunidades laborales en países más desarrollados. Incluso separar social y económicamente a miembros de una misma sociedad.

Frente a esas creaciones, violatorias de los derechos de millones de seres humanos, los mismos que conmemoran hoy la caída del Muro de Berlín y criticaron con fuerza su edificación, callan, enmudecen y hasta justifican que se construyan nuevas separaciones, nuevas divisiones, nuevas formas de tener seres humanos de primera y segunda categoría. A la par del viejo muro berlinés, esos muros de la vergüenza siguen siendo ocultados, minimizados y hasta justificados, por gran parte de los medios de comunicación del mundo.

El fallecido escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro “Espejos” señala, lúcidamente “El Muro de Berlín era la noticia cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro… Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros brotaron, y siguen brotando, en el mundo. Aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada. Poco se habla el muro que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla. Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y será quince veces más largo que el Muro de Berlín, y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que perpetúa el robo de la patria saharaui por el reino marroquí y mide sesenta veces más que el Muro de Berlín. ¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?” (1)

Efectivamente, esos otros muros no merecen la preocupación de medios como The Washington Post, The New York Times, las cadenas CBS, Fox News o CNN. The Times, Le Figaro, El País, Il Corriere della Sera. La televisoras españolas, francesas, alemanas transmitieron con detalle cada homenaje a los caídos por el Muro de Berlín, editoriales, columnas, opiniones, reportajes y documentales han dado cuenta de la importancia de la caída del Muro de la Vergüenza en el corazón de Europa y el triunfo de la libertad pero…más allá de cierta enumeración de los otros muros que pueblan nuestro mundo, no se ha levantado la voz para exigir el derrumbe de esa construcciones, ignominiosas, vergonzosas pues indudablemente significaría morderse la cola.

El muro de la vergüenza marroquí

En 2.735 kilómetros de recorrido, sujeto a una férrea y permanente presencia militar de la Monarquía marroquí, esta barrera, denominada por el pueblo saharaui como el «Muro de la Vergüenza» tiene enormes similitudes a la ocupación y construcciones implementadas por la entidad sionista con los territorios palestinos, que sufren la presencia de una potencia ocupante como es Israel. Uno de esos paralelismos y amplificada a niveles dramáticos, es la construcción de esta creación que se extiende a lo largo del Sahara Occidental y que separa a los territorios liberados de la República Árabe Saharaui Democrática de aquellos territorios ocupados por Marruecos. Inspirada en la Línea Bar Lev, que Israel construyó a lo largo del canal de Suez y cuya experiencia, con sus técnicos y la ayuda financiera de la monarquía saudí permitió a la Monarquía Alauita construir este esperpento represivo en varias fases.

Son 2.735 kilómetros de muro, con una altura de 3 metros, dotado de fosos, muros de piedra, alambradas, campos minados, fortificaciones militares, 160 mil miembros del ejército marroquí, armamento y tecnología de última generación, que divide a los legítimos dueños de esas tierras de sus hermanos, que habitan los territorios liberados y los campamentos en Tindouf, en territorio argelino. Cada cinco kilómetros este muro tiene acuartelada una compañía de infantería y cada 15 kilómetros un radar y baterías de artillería (definidos desde radares del tipo rasura hasta aquellos artilugios como el AN/PPS-15 que detecta movimientos hasta un alcance de 60 kilómetros). Dotados de armamento vendidos por la propia España – potencia que debía garantizar el referéndum crónicamente postergado – a contrapelo de las decisiones judiciales al respecto.

El muro mencionado no es una única construcción, sino que está conformado por ocho segmentos, que se han ido erigiendo entre los años 1982 a 1987. Una barrera militar, que a un costo diario de 4 millones de dólares – financiados con los recursos naturales extraídos y robados al pueblo saharaui: Fosfato, caladeros pesqueros- da muestra que la Monarquía Alauita sigue empeñada en cercenar los derechos a todo un pueblo, a contrapelo de la legislación internacional y del legítimo derecho de un pueblo de retornar a lo que le pertenece y defender el denominado triángulo útil, que comprende la zona de explotación de fosfatos, las ciudades saharauis y la frontera con los territorios liberados por la RASD.

El recordado escritor portugués y Premio Nobel de Literatura, José Saramago, en una hermosa carta enviada a la luchadora saharaui Aminatu Haidar sostiene, teniendo como referencia ese muro que separa, que segrega al pueblo saharaui que “Creo que los separatistas son los que separan a las personas de su tierra, la expulsan, tratan de desarraigarla para que, siendo algo distinto a lo que son, unos alcancen más poder y los otros pierdan su propia estima y acaben siendo engullidos por la sinrazón. Marruecos con El Sahara incumple todas las normas de buena conducta. Despreciar a los saharauis es la demostración de que la Carta de los Derechos Humanos no se ha instalado en la sociedad marroquí, que no protesta con lo que se le hace al vecino, y es, sobre todo, la evidencia de que Marruecos no se respeta a sí mismo: quien está seguro de su pasado no necesita expropiar al de al lado para expresar una grandeza que nadie nunca reconocerá” (2)

Hoy este muro sigue incólume, aunque sigue siendo blanco lógico y justo de los ataques de las fuerzas saharauis, como muestra del objetivo de lograr su plena autodeterminación como pueblo y el defensa de su hombres y mujeres a lo largo de todo el territorio como aconteció a fines del año 2020. “La protesta de civiles saharauis a la acción delictiva de Marruecos, generó un ataque de tropas del Ejército ocupante en lo que se conoce como la brecha de El Guerguerat, que obligó a las autoridades de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) a través del Ejército Popular de Liberación saharaui, salir en defensa de sus ciudadanos, en una escalada de acciones que finalmente desembocó en enfrentamientos directos entre ambos Ejércitos y la declaración de guerra, por parte del Gobierno de la RASD, cuyos efectivos bombardearon como muestra de su poder militar y efectividad operativa los puestos militares marroquíes a lo largo del Muro que por 2.700 kilómetros divide en dos el territorio saharaui: los puestos de Mahbez en las cercanías de los campamentos de refugiados de Tindouf en el límite con Argelia. Hauza, en el sector que separa el territorio liberado saharaui y el muro a la altura de la ciudad ocupada saharaui de Smara y la zona militar de Auserd, en el sur del territorio bajo invasión marroquí”. La lucha por la total independencia sigue a paso firme.

Pablo Jofré Leal

Artículo Para SegundoPaso ConoSur

Permitida su reproducción citando la fuente

 

  1. http://www.cubadebate.cu/opinion/2014/11/09/muros-3/?fbclid=IwAR2-C2Uvdue7r8LfbwzMeHaz8_Kxtss_Y6WK7ij7tLQ3kOJAdB47cf2qZmQ
  2. https://rebelion.org/carta-de-jose-saramago-a-aminatu-haidar/
  3. https://segundopaso.es/noticias/1148/Saharauis-Un-Pueblo-Cuya-Paciencia

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button