Fue un día oscuro. Perdí a la mayoría de mi familia y parientes en un abrir y cerrar de ojos. Todavía no puedo creerlo. Es como si estuviera soñando, lo perdimos todo… y no quedó casa ni tierra de cultivo alguno.
Mi padre era un tallador muy hábil, los edificios que construyó no tenían igual. Era un experto en cierto tipo de arquitectura, un tipo especial, muy popular en nuestra ciudad. Sus habitantes solían tallar grandes montañas y construían magníficas casas dentro de ellas para que las inundaciones, los terremotos y los incendios no pudieran destruirlas.
Mi padre siempre estuvo orgulloso de las estructuras que construía. Un día, cuando terminó la construcción de su mansión, se hizo a un lado, miró su edificio con una mirada llena de jactancia y dijo: "Dime, hijo mío, ¿qué puede hacer temblar este gran edificio? ¿Un terremoto o inundación? ¡Incluso los dioses no podrían mover este palacio!"
A pesar de todo, el gran desastre llegó hasta nuestras tierras, los campos florecientes fueron quemados y convertidos en humo. ¡Cuán prósperos eran nuestros llanos y tierras! ¡Qué productos y qué frutas solíamos producir! Ofrecíamos lo mejor de ellos a nuestros dioses cada año. Yo mismo llevé la mejor producción de la familia a nuestro gran Dios en varias ocasiones. Ahora que lo pienso, veo que fue nuestra propia estupidez. Después de todo, ¿puede una roca ser Dios? ¡Cuánto dinero desperdiciamos en esas piedras!
Todo comenzó con la matanza de esa camella y su cría. Desde el momento en que apareció fue como la llegada de un enemigo y tormento a los ojos de la mayoría de la gente de nuestra ciudad. Nuestros mayores ni siquiera podían soportar verlos. Yo mismo escuché que un día mi padre le decía a su amigo: "Cada minuto que esta camella pasta en esta ciudad, da un golpe a nuestro honor y dignidad".
Honestamente, me gustaba mucho esa camella. Era un animal noble, puro y especial. Daba una buena sensación cuando la mirabas, aunque no era más que un animal, igualmente impresionaba. No conocía bien la historia de este camello… Un día le pregunté a mi hermano sobre esta camella y descubrí su significado. Él era muy diferente a mi padre, no era para nada intolerante ni orgulloso. Cada vez que cometía un error, lo aceptaba y se disculpaba. Era muy amable, humilde y de buenos modales.
Durante mucho tiempo, una persona de nuestra ciudad había afirmado estar conectada con el verdadero Dios y ser su mensajero para llevar su misión. Había dicho que estos ídolos y rocas no eran dioses, ya que ni siquiera pueden defenderse, no pueden tomar una decisión, ni tampoco moverse. Yo también creo que tenía razón; después de todo, ¿una roca podría ser Dios?
Su nombre era Salih, él afirmó: “Mi Dios es el único Dios que creó los cielos y la tierra.” Dijo que Él tenía el poder de hacer cualquier cosa, Dios es muy bondadoso y ordenó a las personas que sean bondadosas y humildes entre sí.
Como dijo mi hermano, a los ancianos y aquellos con riqueza y poder no les gustó estas palabras justas y protestaron: "Por qué se atreve a hablar en contra de nuestras tradiciones? Nosotros no abandonaremos la religión y las costumbres de nuestros padres". Honestamente, pensé para mis adentros, que eso no era algo bueno. Tal vez los ancestros cometieron un error… ¿Se deben repetir los errores del pasado?
Pero desde que Salih dijo: “Mi Dios no permite que los ricos y los influyentes le quiten los derechos a los oprimidos y a la gente común”, todo se estropeó… También afirmó: “mi Dios no permite que nadie sea oprimido, ni que nadie acepte la opresión.” Estas palabras fueron muy fuertes para los poderosos y quienes tenían autoridad en la ciudad. Por lo tanto, decidieron confrontar a Salih.
Incluso escuché que nueve de los enemigos de Salih querían matarlo, por eso estaban al acecho en un rincón de la montaña para que cuando saliera de su lugar de adoración, completaran su trabajo, pero el Dios de Salih era más fuerte que sus dioses pétreos y sin rasgos distintivos. Cuando quisieron atacarlo, en ese momento les cayó encima un gran trozo de piedra y todos murieron. Realmente, el Dios de Salih era un Dios fuerte. Mira cómo cuidaba de su profeta.
Un día Salih dijo: "Vamos a ver quién tiene razón. Yo hago una petición a vuestros dioses y vosotros también hacéis una petición a mi Dios. Cualquiera que responda nuestros deseos, debemos creer en él". Ellos aceptaron.
Salih había pedido a los dioses que hicieran llover, pero esos ídolos no habían podido responder a su pedido. La gente de nuestro pueblo, que estaba avergonzada por el hecho de que su deseo no se cumpliera, pensó entre sí, qué le podían pedir al Dios de Salih, algo que él no pueda hacerlo. Finalmente, decidieron pedirle, que sacara del corazón de una de las grandes rocas de la ciudad una camella pelirroja que esté preñada de diez meses. Estaban seguros de que una petición tan irrazonable nunca podría ser cumplida por el Dios de Salih, sobre todo partir las rocas de aquella ciudad, que eran conocidas por ser muy resistentes.
Salih les dijo: "Este trabajo es difícil para mí, pero es fácil para mi Señor". Mi hermano, que había estado allí mismo, narró: "De repente, con un sonido espantoso, la gran montaña de la ciudad se abrió y el camello con las mismas características que habían dicho salió de la montaña".
Mi hermano dijo que nuestro padre y sus necios amigos, que estaban enojados con Salih, le dijeron que además pidiera a su Dios que haga nacer el camello en ese mismo momento. Eso pasó, pero nuestro fanático padre y sus amigos, peor que él, no creyeron en Dios de Salih.
Mi padre no habló con nosotros durante mucho tiempo debido a la ira. Especialmente con mi hermano que creyó en el Dios de Salih. Honestamente, incluso yo a mi corta edad, también creí desde que escuché esta historia. El ser humano cuando compara el poder del Dios de Salih con esas piedras y rocas con rasgos indefinidos, finalmente va a creer.
Por supuesto, Salih dijo que: el único Dios no solo es su Dios, sino el Dios de todos nosotros; creemos en él o no. Dijo que Él nos creó a todos y nos crio. Él estaba en lo correcto. En verdad, me gustaría decir Dios mío, Dios nuestro, Dios de todos, Dios de este mundo en lugar de Dios de Salih.
¿Entiendes ahora por qué mi padre decía: "Cada minuto que esta camella pasta en esta ciudad es como un golpe a nuestro honor y dignidad"?
Los que perdieron su reputación con la llegada de esta camella, decidieron matarla para rebajar algo de esta deshonra. Salih, quien fue informado, les dijo que nunca dañaran a este animal porque era una señal de Dios y Dios ha prometido que cualquiera que dañe a esta señal divina sufrirá un severo castigo.
Pero ellos no prestaron atención a esta advertencia de Salih, al igual que sus otras palabras, y mataron a la camella y su cría. Fue en ese momento que el cielo se volvió oscuro. El día se convirtió en noche en un abrir y cerrar de ojos. Era evidente que el cielo también estaba cansado de tanta intolerancia y crueldad. El aliento de todos estaba bloqueado en su pecho. Todos estaban asustados. Ellos mismos se dieron cuenta de que la paciencia del Dios de Salih se ha agotado y ahora es el momento de que el castigo de Dios los alcance.
Algunos de ellos, confiando demasiado en sus palacios y estructuras fuertes, fueron a sus refugios para protegerse, sin saber que lo que se avecinaba era más devastador de lo que se imaginaban.
Para ser sincero, en esos momentos, la impotencia de la gente fue muy visible. Esos grandes y hermosos palacios, esos sólidos y magníficos edificios, toda esa riqueza, todo ese orgullo, honor y gloria - que hacía que la gente de nuestra ciudad no considerara a nadie como humano - todo ello se convirtió en un momento en impotencia. Nadie podía hacer nada. Podías sentir su ansiedad y arrepentimiento por sus respiraciones fuertes y sus ojos sorprendidos.
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