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Agua: que fluya en beneficio del conjunto de la humanidad. Parte I

SegundoPaso ConoSur – “El agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y es fundamental para el desarrollo socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y para la supervivencia de los seres humanos. El agua también forma parte crucial de la adaptación al cambio climático, y es un decisivo vínculo entre la sociedad y el medioambiente. El agua es, además, una cuestión de derechos…”

Leí hace algunos días una interesante reflexión sobre el agua, con datos que demuestran la importancia de este vital elemento y que nos obliga como individuos, como sociedad como estados, como habitantes de este planeta, no sólo a pensar en su cuidado, sino en implementar, llevar a cabo una conducta que cuide este recurso que no es eterno. Teniendo en consideración que el día 22 de marzo se conmemora el Día internacional del Agua en SegundoPaso ConoSur entregará una serie de artículos para hacerse parte de esta fecha.

“El 75% de su superficie está cubierta por agua, un elemento que también conforma más de la mitad de nuestros cuerpos. Desde la cocina hasta la agricultura –tarea que se lleva la inmensa mayoría del agua que se extrae de los ríos, lagos y acuíferos–, pasando por la higiene personal y las actividades industriales, sería imposible concebir nuestro día a día sin el líquido que hace posible la vida humana. Sin embargo, millones de personas tienen que hacerlo: tres de cada diez personas en todo el mundo carecen de acceso a agua potable. Para 2050 se espera que al menos un 25% de la población mundial, viva en un país afectado por la sequía, la desertificación o la escasez crónica de recursos hídricos” (1)

Desde el año 2003 a la fecha la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO por sus siglas en inglés – ha emitido valiosísimos documentos sobre lo que denomina en general: Recursos Hídrico, dando cuenta con ello del valor que tiene para la humanidad y en general el planeta tierra el cuidado, uso y proyecciones del agua. Estudios de importancia suprema que ofrecen, no sólo un panorama global sobre el estado de los recursos hídricos sino que dotarnos de herramientas para una mejor toma de decisiones y que ello implique un uso sostenible de este cada día más escaso bien, fundamental para la vida en el planeta.

Organismos como la ONU y sus instituciones especializadas nos señalan, acertadamente, que “El agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y es fundamental para el desarrollo socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y para la supervivencia de los seres humanos. El agua también forma parte crucial de la adaptación al cambio climático, y es un decisivo vínculo entre la sociedad y el medioambiente. El agua es, además, una cuestión de derechos. A medida que crece la población mundial se genera una necesidad creciente de conciliar la competencia entre las demandas comerciales de los recursos hídricos, para que las comunidades tengan lo suficiente para satisfacer sus necesidades. Merece la pena destacar que las mujeres y las niñas deben tener acceso a instalaciones de saneamiento limpias, que respeten su privacidad. El desarrollo del ser humano requiere que el agua y los sistemas de saneamiento se lleven a cabo de forma separada. Ambos son vitales para reducir el número de enfermedades, mejorar la salud, educación y la productividad económica de las poblaciones” (2)

Tomando en cuenta los propios resúmenes que la UNESCO publica frente a cada documento que sale a la luz, cada uno de ellos consigna pensamientos, acciones y conductas que nos permitan visualizar, sin lugar a duda la importancia de este recurso. Es así, por ejemplo que el año 2021 el título del informe fue “El valor del agua” donde se examina el estado actual y los retos de la valoración del agua en distintos sectores y desde diferentes perspectivas e identifica las formas en las que se puede fomentar dicha valoración como una herramienta que contribuya a alcanzar la sostenibilidad. Por su parte, la edición del año 2020 del “Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020: Agua y Cambio Climático” se plantea como objetivo ayudar a la comunidad del agua a afrontar los desafíos del cambio climático e informar a la comunidad del cambio climático sobre las oportunidades que ofrece la gestión mejorada del agua en términos de adaptación y mitigación.

La edición 2018 del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos (WWDR) busca informar a los responsables políticos y tomadores de decisiones, dentro y fuera de la comunidad del agua, sobre el potencial de las soluciones basadas en la naturaleza para afrontar los desafíos actuales de la gestión del agua en todos los sectores, particularmente los relacionados con el agua para la agricultura, para las ciudades sostenibles, para la reducción del riesgo de desastres naturales y los de la calidad del agua. Desde su extracción hasta su retorno a la naturaleza, luego de pasar por sus diferentes usos, el agua es un factor clave para la creación de empleo en ámbitos relacionados directamente a la gestión de este recurso – suministro, infraestructura, tratamiento de aguas residuales – o a sectores económicos basados en recursos hídricos como la agricultura, la pesca, la energía, la industria y la salud. En suma, el acceso a una fuente de agua potable y el saneamiento favorece a la educación y la salud de los trabajadores concernidos, factor indispensable de desarrollo.

Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos – WWDR – es el informe principal de las Naciones Unidas sobre el agua. Se trata de un estudio exhaustivo que ofrece un panorama global sobre el estado de los recursos de agua dulce del planeta y tiene como objetivo proporcionar herramientas a los responsables de la toma de decisiones para la implementación del uso sostenible de los recursos hídricos. Mediante una serie de evaluaciones, los Informes proporcionan un mecanismo para dar seguimiento a los cambios en los recursos y en su gestión, y miden los progresos en el avance hacia diversos objetivos, sobre todo los Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuya realidad nos hace pesimista sobre su cumplimiento tomando en cuenta los intereses de las grandes potencias en juego. Los Informes, indudablemente, proporcionan una guía de mejores prácticas, así como análisis teóricos en profundidad con el fin de estimular ideas y acciones que mejoren la administración en el sector del agua. Pero ¿Ello es suficiente? En mi juicio, ello, en modo alguno lo es y lo he sostenido en trabajos anteriores donde afirmo que el agua, valga en ello la imagen recurrente: se nos escurre entre los dedos.

Al hablar del agua usted lector es consciente que este vital elemento lo usa habitualmente utiliza el agua como un bien que está ahí, a su alcance, parece eterna. La usa para cocinar, aseo personal, regar el jardín o como empleo recreacional en piletas, fuentes y jardines. Para usted es algo común, el agua está ahí. Sin embargo, en nuestro planeta, este recurso, sin el cual ningún organismo viviente podría sobrevivir, no es tan común para miles de millones de seres humanos. Según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos del año 2019 (1): 2.200 millones de personas – es decir un 30% de la población mundial – no tiene acceso al agua potable, por tanto, con condiciones de salubridad que representan un peligro social. Dos de cada tres personas en el mundo sufren escases de agua, considerado grave, al menos una vez al año. 750 niños menores de cinco años mueren diariamente, ya sea por no tener acceso a saneamiento básico o por beber aguas insalubres. El año 2030, 700 millones de personas en el mundo, se verán desplazadas de sus lugares de origen por la falta de agua. Y, en materia de género, en cuatro de cada cinco hogares son las mujeres las encargadas de recoger el agua para los hogares, en fuentes ubicadas en ocasiones a varios kilómetros.

Los datos objetivos, tanto aquellos manejados por la ONU como por agencias gubernamentales coinciden en que el uso del agua viene aumentando a una tasa del 1% anual, principalmente desde la década de los 80 del siglo XX hasta ahora. Esto, por el aumento poblacional, el desarrollo social y económico de los pueblos y los cambios en los modelos de consumo, que han incrementado ese uso. En ese nuevo contexto, tanto el agua potable como el saneamiento son reconocidos como derechos humanos fundamentales, tanto en el sentido material (sustento de la población) como también subjetivo (la dignidad de los seres humanos). Esto debería obligar a los Estados a proporcionar a su población el acceso al agua potable y saneamiento sin discriminación, donde se priorice a los sectores más necesitados. Conceptos como acceso, equidad y seguridad son esenciales.

En un interesante trabajo titulado “Agua: ¿dónde está y de quién es? se señala, respecto al agua, en el marco descrito anteriormente, que los temas de propiedad, gestión, manejo y disponibilidad de las aguas ha pasado a constituirse en un eje crítico de las decisiones políticas, económicas y sociales, que debemos tener respecto a este recurso. “A los crecientes problemas de acceso y calidad de los recursos hídricos, se agregan las consecuencias de los procesos de liberalización y privatización del agua, que han transformado su definición desde un bien nacional de uso público, hacia un bien económico sujeto a las reglas del mercado”

En el Informe de la ONU señalado, respecto a Latinoamérica y la región del Caribe, se afirma que esta zona del mundo carece, mayoritariamente, de fuentes adecuadas de agua potable. Con insuficiencias en instalaciones seguras y dignas para la eliminación de las heces. Millones de personas, habitantes de las principales metrópolis del continente están sin acceso al líquido elemento, concentrados en lo que se denomina los cinturones de pobreza, donde el suministro de servicios de agua potable y sanitarios es insuficiente y en otros, sencillamente inexistentes, teniendo que recurrir a camiones aljibes, llaves comunitarias, además del uso letrinas y pozos sépticos, que contaminan además las napas subterráneas.

En gran parte de Latinoamérica, el servicio de agua potable, acompañado de procesos de privatización han generado fragmentación de sus estructuras de servicios, con gran número de prestadores “sin posibilidades reales de lograr economías de escala o viabilidad económica y bajo la responsabilidad de gobiernos locales, que carecen de los recursos e incentivos necesarios, para hacer frente con eficacia a la complejidad de los procesos involucrados en la prestación de servicios. Un ejemplo paradigmático de la privatización del agua lo vive Chile, el único país del mundo que mantiene legalmente privatizada el agua, estableciendo la protección al derecho de propiedad privada más fuerte en el mundo, donde el Estado no interfiere en ningún aspecto para garantizar el bien público.

A principios de los años 90 del siglo XX, en el país sudamericano, bajo el gobierno del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle se privatizó la administración de la infraestructura y los derechos de agua, que pasaron desde el Estado a las empresas privadas. Privatizando así las principales distribuidoras de agua del país. Bajo el gobierno de Ricardo Lagos – sucesor de Eduardo Frei – se optó por un modelo distinto. La llamada Transferencia del derecho de explotación de las concesiones sanitarias, donde a una empresa privada se le entrega la concesión y las inversiones en infraestructura, por un periodo de 30 años al cabo de las cuales definiría su continuidad. Una serie de iniciativas que no van al fondo del problema: la necesidad que nuestras comunidades tenga derecho al agua, a su explotación, uso y disfrute y que sea el estado quien garantice ese derecho. Idea que se pretendía discutir y refrendar en el llamado a una nueva constitución en Chile, que fue rechazada ampliamente en el llamado plebiscito de salida, junto a una serie de otros derechos que se querían refrendar. La manipulación, desinformación la política del miedo y los propios errores de defensa de esta necesidad de cambios estructurales generaron el triunfo de las posiciones más retrógradas de nuestra sociedad.

Pablo Jofré Leal

Articulo para SegundoPaso ConoSur

Permitida su reproducción Citando la fuente

  1. https://ethic.es/2019/03/cinco-articulos-clave-futuro-agua/
  2. Un mejor acceso al agua está ayudando a crear nuevas posibilidades para las personas en algunas de las comunidades más remotas del mundo. El Objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU es garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todoshttps://www.un.org/es/global-issues/water

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