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Israel: Victimarios, criminales, ocupantes y colonizadores

Segundopaso ConoSur – Es fundamental combatir al régimen nacionalsionista con medidas políticas, que signifiquen, por ejemplo: presentaciones ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya cuando hablamos de crímenes de lesa humanidad: en la Federación de Futbol Internacional – FIFA – para prohibir la participación de equipos israelíes como se ha hecho contra otros países, incluyendo el Comité Olímpico Internacional – COI -. En las Naciones Unidas cuando hablamos de los asentamientos que día  a día pueblan el territorio palestino de colonos extremistas.

La entidad israelí ha sido, desde el año 1948 a la fecha una entidad, que junto al concepto de criminal, debemos asignarle claramente la conducta de una ideología nacionalsionista, dotada de un cinismo intrínseco, a partir de la política de ocupación y colonización, que lleva a cabo contra el pueblo palestino. El asalto a la explanada de las Mezquitas en Al Quds, en pleno mes sagrado del Ramadán, es un ejemplo evidente de un nacionalsionismo cuyo objetivo es exterminar al pueblo palestino. El hecho que cientos de miles de israelíes salgan a la calle exigiendo que Netanyahu no lleve adelante su reforma judicial, no implica, ni es posible asimilarlo a una demanda que contemple el fin de la ocupación y colonización de palestina. No es parte del discurso de esta sociedad, que mayoritariamente acompaña el trabajo criminal de sus gobiernos. No nos equivoquemos, los israelíes en las calles no llevan banderas palestinas, no demandan el fin del apartheid, el respeto a los derechos humanos de millones de palestinos, el cese d ela agresión contra los países vecinos, desean simplemente que su particular forma de gobierno siga los parámetros que hasta ahora ha tenido.

Por ello, el proceso de ocupación y colonización continúa sin grandes contratiempos, no hay oposición “ciudadana”. Y, esto es un comportamiento consciente, defendido a ultranza por la casta política, militar y una sociedad mayoritariamente dotada de una visión de mundo mesiánica, racista y donde la segregación y el concepto de superioridad, son partes componentes y que salvaguarda y practica una política, que representa la impudicia de llevar a cabo un proceso de exterminio del pueblo palestino, sometido a la violación de sus derechos humanos integrales. Esto, durante 75 años a cuestas del más cruel de los procesos de ocupación y colonización, que haya sufrido pueblo alguno. Por ello, definir a la sexta administración de Benjamín Netanyahu, como una administración de sionistas, extremistas y fanáticos religiosos es lo más cercano a la realidad, en una sociedad dominada por un régimen nacionalsionista, que lo conducirá al mismo suicido que su referente histórico.

El sionismo y su marco de enseñanza omniabarcante, en todas las esferas de la sociedad, ha estructurado una sociedad militarizada, que con una creencia mitificada se consideran un “pueblo elegido” despreciando a los “impuros” a los denominados “Goyim” o no judíos. Una sociedad racista que siempre tendrá respuestas, según ellos adecuadas, respecto al por qué de la ocupación, el por qué su política armamentista, el por qué su programa nuclear, el por qué considerar al pueblo que asesinan día a día a hombres, mujeres y niños. Ello, porque el sionismo y sus portavoces siempre van sobre los efectos y no las causas, defendiendo un status quo – avalado por las grandes potencias occidentales – que se ha construido en torno a mitos.

Entre esas creencias falsarias encontramos sus relatos bíblicos que le asignan supuestos privilegios como pueblo considerándolos, sobre todos los pueblos de la tierra como “los elegidos”. Un mesianismo inherente a la ideología sionista, que conforma la estructura política del país y un victimismo en cuanto sentirse y hacer sentir que debemos soportar todos sus excesos porque han sido históricamente víctimas. Presentándonos en forma habitual una historia de masacres, pogromos, y que hoy, supuestamente se ve amenazado en todos los flancos por países que no quieren que exista. Cuestión que, supuestamente, la ha obligado a constituirse como una sociedad militarizada, nuclearizada y agresiva con respecto a otros pueblos. Hablamos de un Israel que posee armamento nuclear, que es protegido y avalado por Washington y potencias como Francia, Gran Bretaña y Alemania, entre otros. Es este régimen que ha asesinado, sólo este primer trimestre del año 2023 a 95 palestinos y que vuelve a victimizarse cuando en verdad es el actual victimario y desestabilizador, no sólo de Palestina, sino también El Líbano, Siria y sus ataques permanentes contra Irán.

Israel no es lo que dice ser, ni lo que pretende mostrar como “la única democracia de Asia Occidental o “una sociedad víctima de sus vecinos obligada a defenderse”. Israel es una potencia ocupante de la Palestina histórica y de los territorios tras la guerra del año 1967. Es una entidad racista, colonialista y criminal. Es una entidad nacionalsionista y esta denominación le otorga su carácter ideológico a una creencia aparentemente religiosa, ya que Israel se define como el Estado judío.  Por ello, el desenmascarar el carácter colonizador del régimen nacionalsionista, genera que la dirigencia, los políticos y el sionismo en su conjunto, tanto en Israel como en los países donde el lobby de ese país se expresa con fuerza, vincule sionismo con el judaísmo mediante una enorme campaña de propaganda. Intentando de esa manera convencer, que la ideología sionista de origen europeo, de creyentes judíos que habitaban principalmente en Inglaterra y Francia, es en esencia inherente a la condición judía.  De ese modo, esa imbricación ficticia origina una conducta política, avalada por gobiernos como el estadounidense y europeos aliados de Israel, donde cualquiera que condene o se oponga al sionismo sea acusado de antisemita, antijudío y con ello apuntar críticas y condenas contra quien ose criticarlos.

En este trabajo de desenmascarar el sionismo y sus objetivos de hacer desaparecer al pueblo palestino, no sólo en forma física, sino también respecto a su memoria histórica, su gastronomía, vestuario, arqueología, reviste importancia sacar a la luz todo aquello que de muestra de esa existencia: fotografías,   pruebas audiovisuales, la historia traspasada voz a voz, el tener presente el nombre de todas y cada una de las aldeas y pueblos que el sionismo en los territorios de la Palestina histórica ha borrado, colocando  nombres hebreos o tratar de ocultar la presencia física de esas aldeas mediante la plantación de miles de árboles bajo la política establecida por el denominado Fondo Nacional Judío – JNF por sus siglas en inglés

Esta institución, fue creada el año 1901 con un propósito fundamental: colonizar Palestina a través de la compra y la gestión de la tierra exclusivamente para los asentamientos de colonos extranjeros de creencia judía. Hoy, 122 años después sigue desempeñando un papel central en la colonización y la ocupación violenta de Palestina y se ha convertido en una institución clave en la conservación del apartheid israelí. Es una entidad con privilegios y funciones paraestatales, que administra tierras, sobre todo aquellas en los territorios ocupados para la población judía que vive en lo que denominan Israel y aquella que es trasladada en condición de colonos, pero, al mismo tiempo discriminando a las ciudadanos árabe-israelíes que no pueden adquirir ni arrendar tierras que estén administradas por el JNF.

En los trabajos de investigación llevados a cabo por la International Jewish Anti-zionist Network – IJAN – esta entidad sostiene que “el JNF opera en países de todo el mundo y apoya a una red más amplia de instituciones y organizaciones sionistas que respaldan a los militares israelíes y asentamientos judíos con fondos directos. El JNF y su red de organizaciones también proporcionan el apoyo político necesario para legitimar y promover políticas públicas y paquetes de ayuda para Israel. Cada año traen miles de funcionarios públicos y líderes a Israel para presionar su apoyo. En cada uno de los países, estas organizaciones censuran las críticas a Israel e incluyen a personas y organizaciones en listas negras. El JNF no hace lo que dice que hace. Alega que existe para el bienestar del pueblo judío. En realidad, sus actividades y las actividades de las organizaciones que financia se dirigen casi exclusivamente a la expansión de la colonización de Palestina y el Estado de apartheid de Israel”

El 13% de la tierra concedida a los judíos el año 1948 – la Palestina Histórica – está controlada directamente por el JNF (1) toda ella usurpada a los palestinos. Hoy, esta entidad con dineros provenientes del lobby judío, en todo el mundo, genera proyectos de judaización de territorios y zonas palestinas en Al Quds y Al Jalil, además de generar y gestionar las reservas de agua del West Bank que son robadas a Palestina y entregadas para el uso exclusivo de los colonos de los asentamientos en la Ribera occidental, principalmente. Se suma a ello la labor de desplazamiento de las poblaciones beduinas desplazando a este pueblo hacia “reservas o zonas de concentración”. Se recuerda con especial énfasis que el JNF, cuando el ejército sionista, en la Guerra del año 196, arrasó con las aldeas palestinas de Imwas, Yalu y Beit Nuba, destruyendo casas, comercio, infraestructura, expulsando a sus habitantes, demoliendo sus casas y quitando todo vestigio estructural de vida palestina. El Fondo Nacional Judío construyó el llamado Parque Nacional de Canadá, sobre las ruinas de esos pueblos.

Casa palestina en medio de las ruinas de las aldeas demolidas por Israel para hacer Canadá Park en tierras de tres aldeas palestinas ocupadas por colonos (Bukvoed)

Recordar esto, no es sólo un ejercicio de nostalgia y de llantos melancólicos, sino que de resistencia pues esa resistencia implica acción y de afirmación de la condición de palestino, pues ella conlleva un trabajo en materia de compromiso y dignidad. La resistencia, la afirmación de la identidad palestina implica, en ocasiones, el uso de todas las formas de lucha. La violencia ejercida por el pueblo palestino es una violencia legítima, se llama resistencia contra un ejército y colonos que ocupa y usurpa su territorio. Una violencia donde no hay oponentes equivalentes, no hay equilibrio de fuerzas por más que el sionismo y su campaña comunicacional pretenda hacer aparecer un cuchillo o una piedra que blande un palestino como un arma “terrible” frente a aviones, tanques, granadas aturdidoras, blindados y todo el aparataje bélico sionista. El ataque a colonos sionistas en tierras palestinas es legítimo, se trata de ocupantes, colonizadores, usurpadores

Pero, esa mínima violencia ejercida con toda razón por el pueblo palestino, seguirá siendo una violencia estéril mientras las fuerzas políticas palestinas sigan desunidas. Mientras algunas organizaciones y políticos palestinos le sigan haciendo el juego a Netanyahu y a Washington. La unión del pueblo palestino le dará más fuerza a ese ejercer la violencia contra una entidad que asesina día a día, cotidianamente, a niños, mujeres y hombres en la Franja de Gaza, Nablus, Jenin, Bayt Lahm, Tulkarem, Al Jalil y Al Quds. Esa violencia que tanto critica la doble moral de gobiernos, políticos y el propio sionismo es plenamente justificable, legítima y necesaria de apoyar.

Se hace necesario combatir a ese ocupante con medidas políticas, con presentaciones ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya cuando hablamos de crímenes de lesa humanidad: en la Federación de Futbol Internacional – FIFA – para prohibir la participación de equipos israelíes como se ha hecho contra otros países, incluyendo el Comité Olímpico Internacional – COI – en las Naciones Unidas cuando hablamos de los asentamientos que día  a día pueblan el territorio palestino de colonos extremistas. Esto, a pesar que el régimen nacionalsionista es capaz de ejecutar acciones de represión con sus propios ciudadanos cuando critican el actuar del gobierno de Netanyahu, como sucede con el director de una ONG israelí – BTselem – Hagai El Ad, que en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llamó a “adoptar las medidas necesarias para poner fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos”.

En esa sesión del año 2016, Hagai Elad además, comparó el estatus de los palestinos en Cisjordania con el de los afroamericanos en los Estados Unidos durante las leyes de Jim Crow y con el sistema de apartheid que existía en Sudáfrica. En sus declaraciones, hizo un llamado al Consejo de Seguridad y a la comunidad internacional para que tomen medidas inmediatas contra la ocupación israelí de Cisjordania y, en particular, para detener la evacuación de Khan al-Ahmar. Elad fue condenado por sus comentarios en la audiencia del primer ministro Benjamín Netanyahu, por el Representante Permanente de Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon, quien dijo que Elad debería estar “avergonzado”, y por la entonces embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley (2). Esas palabras de Hagai Elad, director de BTselem significaron, en su momento, que se revisara, por el gobierno israelí de la época, la posibilidad legal de revocarle su nacionalidad ¿Esa es la mayor democracia de Asia Occidental?

La sociedad israelí y el sionismo que domina su casta política y militar, no sólo fagocita a sus propios críticos como Hagai Elad, obliga a exiliarse como el historiador Ilan Pappé o persigue a periodistas como Gideon Levy o llama como “no verdaderos judíos” a personajes como Norman Finkelstein, sino que vive en la impunidad protegido por sus socios como Washington y la Unión Europea. Una sociedad que se conduce con el pueblo palestino a través del uso de la fuerza, no sólo porque puede hacerlo – a partir de una maquinaria bélica bien aceitada por 75 años de ocupación – sino también porque esa unión entre sociedad cada día más permeada por el sionismo – políticos y militares quieren hacerlo. Esto, pues para esa triada y sus apoyos internacionales el derecho internacional, el respeto a los derechos humanos, la moral y la decencia son letra muerta.

Así lo hemos comprobado en 75 años de ocupación y colonización de Palestina donde el régimen nacionalsionista ha asesinado a decenas de miles de hombres, mujeres y niños palestinos, ocupado más y más territorios y generado un régimen de apartheid que ya había sido definido así el año 1975 mediante la resolución N°3379 de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 10 de noviembre de 1975 por 72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones, que equiparó al sionismo con el racismo en general y con el apartheid sudafricano en particular, y llamó a su eliminación, entendiéndola como una forma de discriminación racial. ¿Qué pasó con dicha resolución? Fue eliminada por presiones de Estados unidos el año 1991, para permitir el reinicio de negociaciones entre la entidad sionista y palestina que culminó con los llamados Acuerdos de Oslo, marco que simplemente afianzó la invasión y colonización de Palestina.

Pablo Jofré Leal

Articulo Para SegundoPaso ConoSur

Permitida su reproducción citando la fuente

 

  1. El Fondo Nacional Judío (JNF por sus siglas en inglés) fue fundado en 1901 con la intención específica de adquirir tierra en Palestina para el  “uso exclusivo” solamente de personas de “fe”, “raza” o “ancestros” judíos. El JNF ha ejercido la función de echar a los palestinos indígenas de sus hogares y de sus tierras ancestrales para dar cabida a las zonas solo para judíos. El JNF ha sido también fundado por las bandas de militares sionistas que actuaban en Palestina antes de y durante la creación de Israel en 1948 y que asesinaron 15 000 palestinos, destruyendo 531 aldeas palestinas y expulsando a sus habitantes. El Fondo aún trabaja para borrar los rastros de las aldeas destruidas y financia el movimiento de asentamientos en los territorios ocupados en el 67. Hoy el FNJ (JNF por sus siglas en inglés) tiene sucursales en más de 50 países por todo el mundo y en muchos países está registrada como una organización caritativa, lo que permite donaciones deducibles de los impuestos y además consigue apoyo directo del gobierno por los delitos cometidos por él. https://www.elciudadano.com/justicia/el-robo-de-la-tierra-palestina/01/12/
  2. www.israelhayom.co.il (en hebreo) . Consultado el 26-01-2021 . דנון למנכ”ל “בצלם” במועצת הביטחון: תתבייש לך, משת”פ”

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