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Ecuador: Entre el desplome del narco gobierno y el ascenso progresista

AUTORA: JESSICA PERNÍA. ILUSTRACIÓN: ETTEN CARVALLO

Segundo Paso para Nuestra América.- Ecuador vive un escenario político convulso. Una crisis institucional basada en el descrédito de la propia presidencia de la República en la mira de la justicia tras varios escándalos de corrupción y los intríngulis del caso “León de Troya” sobre la relación del gobierno de Guillermo Lasso con el narcotráfico. La decisión de la Corte Constitucional de la nación de aprobar un juicio político en su contra abre las puertas para que los más importantes movimientos sociales llamen a una total radicalización de la lucha. Bocanadas de aire para las fuerzas de la oposición relacionadas a la Revolución Ciudadana que se posicionan en el escenario político abriendo expectativas sobre su retorno al poder, en medio de la ola progresista en la región.

El Ecuador de la actualidad se enfrenta a un retroceso evidente en materia económica, política, social e institucional. Según datos aportados por el analista Franklin Ramírez Gallegos, la pobreza está estancada en veinticinco por ciento desde el año 2019, mientras que la pobreza extrema creció a más del diez por ciento, según datos de mediados del año 2022.

El aumento del desempleo, las desigualdades y los índices de criminalidad y violencia develan una situación de crisis estructural que contrasta mucho con la de años y gobiernos anteriores.

Las diferentes tensiones carcelarias han heredado terribles masacres conexas a la influencia de mafias y pandillas dentro del sistema penitenciario.

Según datos del consultor Luis Ortíz para el medio Aljazeera, en diciembre de 2021 una polémica sentencia de Michael Fitzpatrick, embajador de Estados Unidos en Ecuador, denunciando públicamente a los “narco generales” del país, dejó entrever que los cárteles de la droga también se han infiltrado en la policía y el ejército.

Sin olvidar el caso del informe “León de Troya”, en el que la Unidad de Antinarcóticos de la Policía del país, expuso las relaciones del gobierno con el crimen organizado de origen albanés.

Situación agravada tras la solicitud de la Asamblea Nacional del Ecuador de abrir un proceso de juicio político contra el presidente Lasso, acusándolo de actos de corrupción con empresas públicas, aceptada por la Corte Constitucional recientemente.

Esta sucesión de escándalos, crisis y retrocesos ha derivado en el crecimiento de la impopularidad de Guillermo Lasso y su gobierno, quedando expuesto políticamente y derivando en el rechazo electoral durante el referéndum realizado en el pasado mes de febrero, en el que el gobierno buscaba modificar la Constitución en áreas sustantivas relacionadas con la institucionalidad, la representatividad política, la seguridad, entre otras; y derivando también en una derrota en las elecciones seccionales, en las que la tendencia favoreció al Movimiento Revolución Ciudadana, triunfando en 9 prefecturas y 48 alcaldías — dos de ellas de las principales ciudades del país: Quito y Guayaquil—, abriendo el panorama a lo que diferentes autores han denominado como el retorno del correísmo.

La puja política se profundiza

Durante los años de gobierno que ya alcanza el empresario y banquero Guillermo Lasso, en América Latina y el Caribe, se han gestado transformaciones significativas. Las consecuentes victorias electorales de la izquierda en diferentes naciones, el retorno de líderes de la primera ola progresista, el ascenso de nuevos liderazgos con perspectivas democratizadoras, sin olvidar las alianzas y relaciones con países de los bloques emergentes de poder en el mundo, abren el compás para nuevos tiempos políticos, de los que Lasso no parece poder escapar.

Se vuelve urgente la recuperación de Ecuador frente a lo que podría ser una recomposición de la política de integración suramericana, así como de las políticas antineoliberales y antiimperialistas, en el contexto de la guerra y de un feroz posicionamiento norteamericano y europeo en lo que Rafael Bautista Segales ha catalogado como una reformulación de la Doctrina Monroe, y lo que otros autores han denominado el Nuevo Plan Cóndor.

En este sentido, la puja política se profundiza en la medida en que las tendencias develadas pueden potenciar o desvirtuar el proyecto geopolítico que es la superación de la dependencia de las naciones de América Latina y el Caribe, el concurso de la región en la configuración y fortalecimiento de otros bloques de poder y la lucha contra el colonialismo y la colonialidad imperialista.

El papel de los movimientos sociales e indigenistas de Ecuador

Cualquiera de las vías que defina el destino de Ecuador pasará por la participación de los movimientos sociales e indígenas de la nación. Es un hecho que, durante las crisis de los años previos, frente a los intentos de paquetazos neoliberales y decisiones políticas antipopulares, el movimiento social ecuatoriano fue protagonista principal en la defensa de los derechos fundamentales del pueblo. Definitorio, inclusive.

Y es por esa misma razón que frente a los escenarios de puja política presentes, frente a la caída de las máscaras del poder constituido y el repunte del movimiento ciudadano, la radicalización de las luchas sociales serán un faro.

Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE –la más poderosa de las confederaciones indígenas del país y del continente– en una entrevista organizada por el Foro de Comunicación para la Integración de Nuestra América, dejó claro que hay una necesidad histórica en Latinoamérica, en el continente todo y en el mundo, resaltando que “en los últimos procesos electorales de América Latina, el Tahuantinsuyo, Abya Yala, han dado el mensaje de que la región no está dispuesta a seguir las políticas neoliberales, ni a seguir cargando sobre sus hombros las políticas de imposición del Fondo Monetario Internacional”, con lo cual deja por sentada la posición del movimiento en la política ecuatoriana, incluso si eso implica una alianza que permita disputar los escenarios colonialistas del Estado ecuatoriano, en referencia a las contiendas electorales.

La movilización en los territorios y la movilización nacional son parte de los métodos que podrán permitir, no solo velar por la aplicación de justicia contra aquellos que han malversado y destruido el patrimonio público, sino que podrán profundizar las posibilidades de una transformación política e institucional en Ecuador, poniendo en perspectiva la integración regional, precisamente desde los pueblos.

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