Podríamos ver la enfermedad como una avalancha, que, además de dejar destrucción a su paso, saca a la superficie cosas que antes estaban enterradas en el olvido.
Es curioso ver cómo con la llegada de una enfermedad aparentemente tan simple, se han traído a la luz los más oscuros aspectos de nuestro sistema pseudocivilizado; cómo la putrefacción social, a la que estamos habituados a esconder y minimizar, crece de tal forma que es imposible ignorarla. Los problemas sociales que ahora nos resultan tan evidentes no son nuevos, en realidad.
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