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Diplomacia digital y la americanización del mundo

Segundopaso – Lo Reciente 18: El colonialismo digital estadounidense se ha venido expandiendo por todo el planeta desde hace dos décadas, afectando diversos sectores de la vida social y política de la humanidad.

Un estudio realizado en el año 2020 ha demostrado que el 50 por ciento de la población mundial utiliza las redes sociales, la mayoría de las cuales son fundadas, desarrolladas y patrocinadas por empresas estadounidenses. De esta forma, contribuyen inconscientemente al colonialismo digital del país norteamericano.

Según el sitio web Dxmedia, en el año en curso, se ha observado que los consumidores del mundo digital se pasan más de 100 días en línea, una media de 6 horas y 43 minutos cada día (el 40 % de su vida despiertos). De ellas 2 horas y 24 minutos se emplean solo para las redes sociales, o sea más de un tercio de su tiempo en Internet.

Entre las redes más usadas, de acuerdo con la fuente citada, se puede mencionar a Facebook, Youtube, Whatsapp, Instagram, Twitter, etc., creadas en su totalidad en los Estados Unidos y financiadas por sus empresas, que invierten en las nuevas tecnologías, especialmente en inteligencia artificial.

No cabe duda de que estos medios de comunicación han facilitado, en gran medida, el acceso a la información y permitido que millones de personas estén en contacto y mantengan sus relaciones amistosas, profesionales, familiares, etc. En un mundo globalizado como el nuestro, sin embargo, ¿nos hemos preguntado alguna vez si los propietarios y fundadores de las redes sociales nos están entregando un cheque en blanco o estamos satisfaciendo, por inadvertencia, sus intereses?

Si realizamos un estudio de la historia política global, nos daremos cuenta de que ninguna potencia colonialista ni imperialista, en particular EE. UU. (como país promotor de 56 invasiones militares a otras naciones, según datos oficiales y que ha dejado millones de muertos en las Guerras Mundiales para coronarse rey del mundo), ha beneficiado jamás a la humanidad de una forma completamente gratuita, actualizando y diversificando sus servicios a diario.

En este sentido, el sector de la diplomacia tampoco ha sido una excepción, ya que, actualmente, un gran número de líderes y autoridades políticas de diferentes países son consumidores de redes sociales, incluso de algunos Estados en los que, por ley, se censuran varias plataformas de las mismas.

Americanización diplomática

A modo de ejemplo, la llamada “Diplomacia de Twitter” o “Tuitplomacia” es un término inventado a partir del uso diplomático de las redes por las autoridades mundiales.

En este caso, la presidencia de Donald Trump ha estado marcada por su actividad en Twitter, su red social preferida. La agencia de noticias CNN en español emitió un reporte en el que el mandatario de la Casa Blanca publicaba, como promedio, 48 tuits a la semana desde su cuenta personal (según cifras de Twitter recopiladas con CrowdTangle). Esta cifra representa un total de aproximado de 11 mil tuits hasta el 24 de noviembre de 2020.

Con esta maniobra, Trump ha logrado obtener alrededor de 33 millones de seguidores, además de captar la atención de miles de políticos y líderes de la comunidad internacional, quienes muchas veces prefieren responder a sus posturas y ataques a través de la misma plataforma.

De hecho, la tuitplomacia se ha convertido ya en una forma de hacer política y exponer posturas más contundentes, pero con menos repercusiones que en el mundo real; de ahí que varios jefes de Estado y diplomáticos hayan optado por comunicarse con sus interlocutores públicos y particulares de esta manera.

No obstante, sea cual sea la razón del uso de esta plataforma por los políticos, de cierta forma, están sirviendo a la causa ajena y, en paralelo, fomentando el colonialismo digital de Estados Unidos en las interacciones diplomáticas internacionales.

Hegemonía sociocultural de las superpotencias

Los seres humanos, por su parte, dependen cada día más del espacio virtual, tanto desde el punto de vista social como cultural, económico, profesional, etc., a medida que Internet va cambiando o evaluando el estilo de vida de la gente.

La crisis creada por la pandemia del coronavirus ha impulsado notablemente a la población mundial a hacer uso del ciberespacio a fin de satisfacer sus necesidades; en otras palabras, las personas prefieren naturalmente comprar, trabajar y comunicarse mediante internet, en lugar de personarse para cumplir estos objetivos.

Incluso en estas circunstancias complicadas (causadas por la pandemia), otra vez, son las superpotencias y, entre ellas los EE. UU., quienes sacan más partido de la situación. El gigante del comercio electrónico estadounidense Amazon ha conseguido su mayor beneficio de la historia gracias al coronavirus. Según el diario español El País, la compañía de Jeff Bezos ha facturado, entre abril y junio, 88 910 millones de dólares y eleva su ganancia neta hasta los 5243 millones, a pesar de haberse disparado sus gastos. Amazon, que vale ya 1,5 billones de dólares, está entre las tres empresas más valiosas de Wall Street. La compañía se disputa la segunda plaza con Microsoft, también radicada en los Estados Unidos.

Colonialismo digital mediante adicción y dependencia

En conclusión, la humanidad se encuentra caminando por un sendero de creciente dependencia del mundo virtual y, especialmente, de las herramientas que pone a su disposición un país como Estados Unidos. El orbe se llena cada vez más de usuarios adictos a las redes sociales.

La situación nos alerta de que la humanidad viene actuando según las normas y reglas que impone Washington y a favor de sus intereses, aunque queda la esperanza de que el mundo se despierte del llamado “sueño americano”.

Amir Abbas Mousavi

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