NorteaméricaPolítica

La Política Exterior Norteamericana (Parte II)

Segundopaso – Loreciente 37 – En 1945 el mundo se quedo asombrado al ver el lanzamiento de las bombas atómicas por parte de Estados Unidos a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en Japón, de ahí el país de barras y estrellas a establecido una política exterior la cual mas allá de promover ideales falsos como libertad y democracia, solo a usado a distintos países del mundo para tomar el control global y así luchar contra su férreo enemigo de aquel entonces llamado ex Unión Soviética, ahora veamos que tipo de medidas a tomado la política exterior estadounidenses hasta nuestros días.

Los días 6 y 8 de agosto del año 1945 el mundo conoció asombrado la decisión de Estados Unidos de lanzar las dos únicas bombas atómicas que se han hecho estallar sobre ciudades en el mundo: Hiroshima y Nagasaki,  que generarían no sólo la muerte de 150 mil personas en forma instantánea, sino también el monopolio nuclear de Estados Unidos durante cuatro años, hasta que la ex Unión Soviética el 29 de agosto del año 1949 probara su propio artefacto nuclear y se reestableciera el equilibrio.

El creciente poderío soviético forzó una política de contención desde el lado estadounidense, ya sea a través del llamado Article X (o también llamado Telegrama largo) de George Kennan como la Doctrina de Contención contra la URSS diseñada por el gobierno de Harry Truman, que llevó aparejada, por ejemplo, una estrategia de apoyo político, económico y militar a gran parte de los países europeos que quedaron fuera de la influencia soviética: el llamado Plan Marshall y la conformación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). A fines del año 1949 el panorama internacional para Washington aparecía más bien nebuloso, La URSS adquirió su bomba nuclear, China deviene en un régimen comunista. En ese marco la estrategia de contención de Kennan quedó obsoleta, lo que obligó a pensar en concretar una nueva estrategia. Tarea que le fue encomendada al Consejo de Seguridad Nacional  de la mano de Dean Acheson (ex secretario de Estado bajo el gobierno de Truman)  y Paul Nize convencidos que la única manera de frenar a Stalin en Europa y Asia era asegurar la superioridad militar norteamericana, no era suficiente la mera contención, apoyada sobre todo en la acción diplomática y en la ayuda económica a los países más amenazados.

Nace así el El NSC-68  documento, remitido a Truman en abril de 1950, se concluía que la URSS haría cuanto pudiera para conquistar el mundo, y que era necesario que los Estados Unidos se rearmasen cuanto fuera necesario para conservar su superioridad militar. Para ello se decide: Desarrollar la Bomba de Hidrógeno. Incrementar las fuerzas Armadas Estadounidenses, Desarrollar el complejo militar industrial y triplicar el presupuesto de defensa.

Las complejidades de la política interna estadounidense se aclaran, cuando en junio del año 1950 se inicia la Guerra en la península coreana lo que hace pasar al NSC-68 de la teoría a la práctica y la guerra fría comienza a calentarse.

El NSC-68  este es uno de los documentos más esclarecedores respecto a la política exterior estadounidense, surgido en tiempos de la administración de Harry Truman  y con enorme influjo en posteriores gobiernos. Considerado uno de los principales documentos secretos de la Guerra Fría, que en esencia, y bajo una lectura crítica, no aséptica, expresaba la necesidad de una “represión justa” bajo un régimen de sacrifico y disciplina, para trabajar por una vía democrática para el mundo, en oposición al comunismo, evitando para ello cualquier tipo de disidencia interna, y desviando los recursos públicos para satisfacer las necesidades de la industria avanzada, que es hablar de la industria militar, cuya expresión práctica es el complejo militar industrial. Un complejo que se ha convertido en el motor de la economía estadounidense, que sigue absorbiendo hasta el día de hoy la mayor cantidad de recursos estatales. El NSC-68 fue la excusa pero también el motor, para aprobar fondos millonarios, que acrecentaron el desarrollo militar de los Estados Unidos (militarizando su política interna y externa).

Elaborado un par de meses antes del comienzo de la Guerra de Corea (Guerra que transcurrió entre los años 1950-1953) nos da una muestra cabal del mesianismo, del pragmatismo totalitario, la desinformación y la manipulación con que se maneja la política exterior de los Estados Unidos. Se percibía la amenaza soviética a través de los acontecimientos de Corea,  lo paradójico es que en el NSC-68  se estima,  por los propios elaboradores del documento, que los Estados Unidos era muchísimo más poderoso que la ex Unión Soviética, sin contar en ello con Canadá ni con Europa, y sin embargo se sostiene que estaban a punto de ser destruidos. Si no fuera por lo absurdo y lo trágico que significó la puesta en marcha de las recomendaciones de dicho memorándum, se diría que es un manejo brillante de la demagogia y la dialéctica en su grado más engatusador.

Los cerebros de tal documento daban la explicación seudomística, que el propio atraso de la URSS era una ventaja para ellos “pues los soviéticos podían hacer más con menos”, de manera que su propia debilidad era su fuerza, por lo cual !ergo! debían defenderse de tal amenaza. “Había incluso atisbos de realidad en este documento, se decía que los Estados Unidos podían verse afectados por una depresión, que había un declive económico. Se decía que el gasto militar sería un estímulo para la economía, como lo había sido durante la Segunda Guerra Mundial. Además había que proteger los extensos dominios de los EE.UU, lo cual requería medidas disuasivas. Debemos impedir toda resistencia contra el intervencionismo norteamericano: una idea expresada bien a las claras en el informe secreto. Así las cosas, teníamos que reforzar el poderío militar de EE.UU. por razones tanto internas como internacionales, pero la defensa no era una de ellas”

El NSC-68 es una muestra ejemplificadora de lo que normalmente sucede en los Estados Unidos,  cuando se hablaba de reforzamiento militar, por ejemplo con el gobierno de Kennedy, que realizó una gran expansión del gasto militar,  punto de arranque para la carrera armamentista, desarrollo de la intervención en Cuba, Vietnam. En aquella ocasión se puso de ejemplo el desfase de los misiles, un fraude absoluto pero que sirvió de excusa para fortalecer el complejo militar industrial. Con Truman,  Corea sólo fue el pato de la boda, en una combinación de trágico campo de batalla para contener el comunismo, con la premisa del aumento del gasto militar,  y al mismo tiempo dar una señal al mundo que el gendarme estaba en acción.

El destino manifiesto

Los Estados Unidos se erige, a fines de la Segunda Guerra Mundial, como una superpotencia mundial en todos los planos imaginables. Es el líder de un mundo occidental que comenzará su confrontación con un bloque de países encabezados por la entonces denominada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que significará una lucha en los campos ideológico, económico, político y militar, haciendo la salvedad que el enfrentamiento militar nunca será directo, sino más bien ocupando como fichas de peón a los países del Tercer Mundo. Es extremadamente complejo calificar el comportamiento de un país, sin que se caiga con ello, en un normal juicio de valores, sobre todo si quienes contestan son ciudadanos de países que han sentido directamente los efectos de la política exterior estadounidense, que no ha respetado jamás los argumentos de valor, creencias, y tradiciones que decían defender.  De todas maneras un ensayo permite esas calificaciones valóricas, sin que ello signifique restar el valor científico del estudio de hechos y procesos que demuestran tanto la coherencia de la política interna como externa de los Estados Unidos en conseguir los fines que se han propuestos desde que firman su declaración de independencia de Inglaterra el 4 de julio del año 1776 se independizaron de Inglaterra en 1783. Esa ilación es verdaderamente un arma potentísima,  pues los ha situado en el lugar que actualmente ocupan.

La política exterior norteamericana se asienta en ciertos tópicos, creíbles o no para aquellos que no son norteamericanos, y que muestran esa correspondencia de la que hablamos,  pero con una terrible contradicción entre la teoría y la praxis

¿Cómo podemos hablar de coherencia y al mismo tiempo de contradicción?. Para responder esto debemos detenernos en lo que ha sido uno de los elementos fundamentales en la formación del carácter nacional estadounidense, es decir a su moral en lo que dice relación a entender su proceder,  frente al comportamiento de los otros, y es ahí donde la coherencia y la contradicción se unen. Su visión de mundo, su sentido de misión, su firme creencia en un destino manifiesto los hace emprender una serie de acciones y políticas “civilizadoras” que chocan, en la práctica, con los otros pueblos que no tienen esa percepción, por tanto no tienen porque compartir ni aceptar esa autoerigida misión salvadora. Como el convencimiento respecto a su benéfica labor es de carácter enajenante (es decir “Ajeno de si”),  por ello casi con un carácter de dogma de fe, lo tan bellamente ilustrado en discursos, promesas y buenas intenciones se transforma en atropellos, en un fin justifica los medios implementado a sangre y fuego.

Los habitantes de las colonias inglesas en el Nuevo Mundo se sintieron parte de una nueva cosmovisión. Los puritanos de Mayflower escapaban de la persecución en tierras inglesas para establecerse en una tierra llena de “oportunidades”. Llegaron con una moral, una ética y una mirada del mundo, que serían su razón y motor de conducta cotidiana. Ese espíritu marcará el comportamiento, la comprensión, el análisis y la praxis en los fenómenos políticos externos en los que los Estados Unidos participará, ya sea por acción o por omisión. Es en esa conducta donde el concepto de dinero y de riqueza material adquiere una gran relevancia. Ese cruce entre moral religiosa y actividad económica, marca el sistema de valores estadounidense, y en ese contexto las nociones de autodeterminación de los pueblos, lucha por la libertad, son definiciones carentes de significado, cuando su seguridad nacional, que es hablar de su seguridad y tranquilidad económica, se siente amenazada.

La política exterior de los Estados Unidos, en el período histórico de la Guerra Fría la podemos calificar como una política basada en el desprecio absoluto por el respeto a los valores de respeto a la autodeterminación de los pueblos, la defensa de los derechos humanos, la cooperación internacional basada en la igualdad de las partes, en el apoyo de los más represivos regímenes con tal de cumplir los objetivos planteados por el Capital internacional, a cualquier precio, aclarando que el precio no lo han pagado ellos, sino más bien los pueblos que han debido padecer el sistema de control, dominación y agresión de parte de los países desarrollados en general, y muy especialmente de los Estados Unidos, que ha hecho de los últimos 75 años de historia de las relaciones internacionales una cruzada por crear un mundo donde la diversidad no exista, donde el otro sea un símil, pero no en el plano de la igualdad, sino mas bien en el ámbito de consumo, de utilizar lo que producen, en el comprar sin atender a razones en que se deje a ese otro !!no hablamos de permitir!!  hipotéticamente un igual, principalmente pueblos del Tercer Mundo, su propia construcción de destino.

El objetivo principal fue dedicarse, durante todo el período de la Guerra Fría, a contener la amenaza a las Democracias de Mercado, que tanto propugnaban como modelo mundial a seguir. La contención ha dado paso a la extensión de esas Democracias como resultado global en el triunfo sobre el modelo social-económico y político de los socialismos reales. La política tradicional norteamericana, para conseguir ese propósito, osciló entre la moderación y el Rollback que ha sido, pública o no, su política exterior oficial desde 1950, y esto es una muestra fehaciente de la enorme coherencia a través de los años de todo el trabajo internacional desarrollado por las elites gobernantes de los Estados Unidos.

Rollback significaba minar y destruir el poder soviético, y negociar con un estado o estados sucesores, tal como lo afirma el documento del Consejo de Seguridad Nacional Nº68. Indudablemente que en esa correspondencia va implícita la contradicción,  y también la hipocresía, toda vez que la contención a un supuesto enemigo soviético, se debe entender más bien como la contención a la amenaza de la libertad, de la autodeterminación de los pueblos, del respeto a los derechos humanos, y otras amenazas a la autoridad mundial, a la gendarmería universal encabezada por los Estados Unidos. Esa es una constante en su política exterior, toda vez que debemos entender siempre lo contrario a lo planteado, inverso en el sentido a como lo deben tomar los pueblos sometidos a los designios, deseos, intereses y objetivos de los más poderosos.

Pablo Jofré Leal

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button