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Ensayo Global Sobre la Política Exterior Estadounidense (Parte VII)

Segundopaso – Loreciente 44 -La política exterior de Nixon y Ford – con la presencia e influencia del asesor de seguridad nacional Henry Kissinger – estuvo dominada por la cuestión del Equilibrio del Poder Global entre los cinco centros de poder: China, URSS, Japón, Europa Occidental y los propios Estados Unidos.

El mundo, para el dúo Nixon/Kissinger no podía ser concebido ya como un rígido enfrentamiento entre el “Mundo Libre” por un lado y el “Bloque de Acero” por el otro, y que ello equivaldría a esperar demasiado de su condición de gendarme mundial. No hay duda que en esta concepción influyó, poderosamente, la crisis económica que sufría Estados Unidos en el año 1973 y en general el mundo occidental, producto de la subida de los precios del petróleo signado por la decisión de la Organización de Países Productores de petróleo (OPEP). Una decisión eminentemente política definida por la OPEP de no vender ni exportar a las naciones que habían apoyado a al régimen sionista durante la guerra de octubre del año 1973, que enfrentó al régimen israelí contra Siria e Egipto.

Esa guerra en oriente medio, más la que sustentaba Estados Unidos en Vietnam, sus intervenciones, agresiones y apoyos a Golpes de Estado en todos los continentes.  generaron en la dupla Nixon-Kissinger la idea que los Estados Unidos deberían contribuirán a la defensa y el desarrollo de los aliados y amigos, pero con la tesis que Washington no harían todo “trazar todos los planes, no elaborarán todos los programas, no tomarán todas las decisiones, no pueden ni quieren cargar con toda la defensa del mundo libre. Ayudaremos allí donde importe y responda a nuestros intereses” (1) pero ojo con esto, pues en modo alguno significa que los Estados Unidos asumieran una actitud pasiva en el ámbito exterior.  Se trabajó el concepto de regionalismo, con la idea de crear un clima de confianza en el centro, es decir las grandes potencias, consiguiendo estabilidad en la periferia, y con ello crear las condiciones de paz para delegar poder en los organismos regionales de defensa (2).  Esta idea es abiertamente contradictoria en, a lo menos en tres puntos:

1. Fines contradictorios entre los fines militares perseguidos y los niveles de contención del gasto.

2. Se intervendrá selectivamente a partir de allí, en los países de la periferia, considerado un mero espectador en toda esta madeja de relaciones de poder.

3. No existe interés de llevar a la mesa de negociación de las grandes potencias, el deseo y las esperanzas de los países del Tercer Mundo, principalmente porque la bipolaridad impide un enfoque sistémico de las relaciones internacionales.

En relación a la Unión Soviética, Nixon trabajó la idea de terminar con el omnipresente Equilibrio del Terror (aunque ello siguiera siendo una espada de Damocles permanente sobre la seguridad mundial) y así lógicamente limitar los enormes gastos militares de una carrera armamentista, que desangraba los presupuestos de ambos países. Desde noviembre de 1969 los negociadores de ambas superpotencias se reunieron en las capitales europeas de Helsinki y Viena, para elaborar un Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (Strategic Arms Limitation Treaty) denominado SALT I. Acuerdo firmado el 26 de Mayo de 1972 en la capital rusa, Moscú (3). James  Schlesinger ex director de la CIA y el último secretario de defensa de Richard Nixon confirmó en 1974 la orientación anti-fuerza del arsenal nuclear estadounidense. Es decir, la idea que los misiles nucleares, en cualquiera de sus ubicaciones apuntaría primero a objetivos duros (instalaciones militares en lugar de objetivos blandos (ciudades) de tal forma de evitar represalias sobre las. ciudades.

Recordemos que también, y coincidente con estas conversaciones entre las superpotencias, los países de Europa del Este y oeste habían iniciado sus propias conversaciones sobre Cooperación y seguridad en el Viejo Continente, que culminaría el 1º de agosto de 1975 con la firma del Acta Final de los Acuerdos de Helsinki que sentó las bases para la creación de un clima de confianza en las dos Europas. “La crisis derivada de la Guerra del fracaso norteamericano en Vietnam, y la renuncia de Nixon por el escándalo Watergate, contribuyeron a producir la percepción de un retroceso en la política exterior de los Estados Unidos, al mismo tiempo que se estimuló la búsqueda de nuevas alternativas de política exterior, y Helsinki fue uno de esos caminos independientes.

En este primer Acuerdo se estipulaba la cooperación en materia de investigación científica y desarrollo técnico, incluidos viajes conjuntos al espacio, y una entrega gigantesca de trigo a la URSS por debajo de los precios internacionales. Lo medular radicaba en el compromiso de construir únicamente dos baterías de cohetes antibalísticos (ABM) una para la protección de la capital y otra para garantizar una base de lanzamiento de cohetes intercontinentales (ICBM). Sin embargo el avance científico-técnico en el área militar, condicionó el resultado de dichos acuerdos, pues se comenzó a desarrollar armamento de mayor complejidad como es el caso de los MIRV, que dejaban en punto muerto cualquier limitación en ABM e ICBM, si se creaban artefactos capaces de contener en su interior Ojivas Múltiples.

La suficiencia Nuclear de Nixon, al inicio de su gobierno, está basada en el no interés en la paridad nuclear, como tampoco las diferencias, lo que interesa es tener la cantidad suficiente de armas nucleares, para atacar y destruir objetivos militares, mandos y centros de control del enemigo. Con ello se renuncia a la idea del 2º Ataque pero se enfrasca el país en una nueva carrera por conseguir armamento de mayor complejidad para conseguir los objetivos planteados. Unida a esta estrategia de suficiencia nuclear se encuentra la llamada Estrategia de Desenganche, que sostiene la necesidad de incentivar el desarrollo de las Fuerzas nativas, en aquellas áreas donde los Estados Unidos tiene personal militar estacionado. De esa forma no sólo se ganaba en ahorro de gastos militares, sino que se incentivaba la industria militar, como siempre se ha efectuado, para desarrollar la declinante economía norteamericana, pues esas fuerzas nativas se les obliga a comprar armas a su anterior “Protector”.

Todo ello matizado con la llamada Teoría del Loco, atribuida al ex presidente Richard Nixon (y que se ha recordado en función de lo que fue la administración de Donald Trump y su manejo con Corea del Norte). Una teoría destinada a intimidar a la Corea del norte de aquellos años y a la ex Unión Soviética. El ex jefe de gabinete de Nixon, Harry Robbin Haldeman señaló que el mismo presidente le señaló los fundamentos de esta teoría “”La llamo la Teoría del Loco, Bob. Quiero que los Norvietnamitas crean que he alcanzado el punto en el que podría hacer lo que fuera para parar la guerra. Correremos el rumor de que, ‘por amor de Dios, conoces a Nixon, está obsesionado con el Comunismo. No lo podemos reprimir cuando está furioso —y tiene la mano en el botón nuclear y el mismo Ho Chi Minh estará en dos días en parís suplicando por la paz” (4). El autor de la teoría del Loco además ha sido señalado como Borracho y amante del banquero Charles Rebozo según la biografía de este ex presidente aparecida en enero del año 2012 “Los secretos más oscuros de Nixon” escrita por el ex corresponsal de la Casa Blanca y profesor universitario Don Fulsom.

La Teoría del Loco de Richard Nixon.

En pleno escándalo de Watergate Nixon se encontró con la mencionada crisis derivada de la Guerra de octubre de 1973, que nuevamente enfrentó a Israel, Siria y Egipto, lo que traería como consecuencia la Crisis del Petróleo, que marcaría la irrupción de un importante actor internacional, en el juego político como es la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que también trae aparejada la importancia del pensamiento árabe en el mundo de la política internacional. La OPEP es un grupo definido como permanente e intergubernamental, que fue creado en la Conferencia de Bagdad (capital de Irak) en una reunión ampliada entre el 10 al 14 de septiembre de 1960 y conformado, originalmente, por Irán, Iraq, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, países a los que otros se han unido, pero también cancelado su adhesión con el paso del tiempo, por lo que actualmente suman 13 miembros.

La OPEP definió como sus objetivos el coordinar y unificar las políticas petroleras entre los países miembros, a fin de garantizar precios justos y estables para los productores de petróleo. Todo ello para un suministro eficiente, económico y regular de petróleo a las naciones consumidoras; y un justo retorno del capital. La organización representa más del 70 por ciento de la producción mundial de petróleo y 80 por ciento del consumo mundial de petróleo. Una OPEP que con el paso de los años comenzó a sentir el rigor de sus miembros con mayores niveles de producción, estableciendo cuotas o imponiendo criterios en función de alianzas políticas.

Existe un hecho de la Política Exterior de Estados Unidos, y que ha sido poco tratado a la hora de hablar de la influencia de Nixon en el mundo “En 1971 el presidente Nixon desmanteló unilateralmente el orden económico internacional, dada su hegemonía global, ellos imponían las reglas. Nixon suspendió la convertibilidad del dólar a la patrón oro, impuso controles temporales sobre los salarios y precios y un recargo general a las importaciones, e inició unas medidas fiscales que dirigían el poder estatal más allá de los parámetros anteriores, al bienestar para los ricos” (5) Un anuncio televisivo que a partir de ese 15 de agosto del año 1971 cambiaría las reglas económicas en el mundo, dejando sentir la influencia de Nixon hasta nuestros días, toda vez, que han sido las líneas maestras de la política económica interna y externa de los Estados Unidos, aceleradas durante la Administración Reagan.

El año 2011 cuando la medida de Nixon cumplió 40 años, la revista Forbes dedicó un extenso estudio a dicha medida considerándolo “el peor crimen por violación de contrato, robo, fraude y falsificación de moneda” (consideración que deja de lado los verdaderos crímenes contenidos por Nixon contra la población de indochina que significaron millones de muertos) sustituyendo el metal oro como medio internacional de pago preferido. La razón principal de esta decisión estaba estrechamente ligada a la situación político-militar en la que estaba enfrascado el gobierno de Nixon “Estados Unidos estaban imprimiendo cada vez más dólares para cubrir los gastos exorbitantes de la guerra en Vietnam y la proporción de oro en las bóvedas de Fort Knox, cuya suma era un secreto guardado celosamente) con relación a los billetes en circulación bajaba peligrosamente, de un monto que tradicionalmente se situaba en la mitad del valor de los dólares circulantes a la cuarta parte y aun menos. Un nivel peligrosamente cercano al mínimo necesario para dar confianza a los poseedores de dólares de que realmente podían confiar en los papeles verdes tanto como éstos proclaman “Confiamos en Dios”. Para escándalo de la ortodoxia económica, Nixon anunció, junto con el fin del patrón oro, la instauración de controles de precios y salarios para contener la inflación y un aumento general de diez por ciento en los aranceles de importación, para defender su balanza comercial” (6).

En 1974 los Estados Unidos eliminaron todos los controles al capital,  haciendo que el sistema internacional experimentara un desordenado crecimiento, según palabras del economista David Calleo, y quienes sufrirán esas consecuencias serían principalmente los países del Tercer Mundo, incapaces de competir en un mercado sin control racional de las economías nacionales y por tanto mayores ventajas para la especulación, la banca privada y el comercio internacional, liberados de los controles sobre el capital y las restricciones oficiales, y que además contaban con la seguridad de las transferencias de fondos públicos orquestadas por los estados si las cosas iban mal (7)

Pablo Jofré Leal

Exclusivo para www.segundopaso.es


1. Citado por The fall of a President por los redactores del Washington Post, Nueva York, 1974, página 134 (La caída de un Presidente, Sedmay, Barcelona, 1975)

2. Es en esta reunión informal de Nixon con periodista en la isla de Guam que el Presidente de los Estados Unidos habla de los compromisos selectivos, por ejemplo dar cobertura nuclear a los aliados si la seguridad nacional de los Estados Unidos así lo requiere (como vemos la ambigüedad es el plato fuerte de este planteamiento), en los otros casos ¿Cuáles ? la responsabilidad recae en los sistema de seguridad regionales.

3. Wilhelmy Manfred. “Política Internacional: Enfoques y realidades” Grupo editor Latinoamericano. Colección Estudios Internacionales, Buenos Aires, Argentina, 1988, página 105.

4. H. R. Haldeman (1978). The Ends of Power. Times Books.

5. Chomsky Noam. “El nuevo orden mundial  (y el viejo), Editorial Crítica, Barcelona, España, 1997, Página 204

6. Roberto Bissio. Director del Instituto del Tercer Mundo. https://www.socialwatch.org/fr/node/13554

7. En el caso chileno tales iniciativas redundarían en el enriquecimiento de una Plutocracia de funcionarios de la Dictadura, empresarios y especuladores. De tales maniobras resultaría la crisis económica de 1981 que dejó la lección que a la hora del reparto ” las ganancias son privadas y las pérdidas sociales”

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