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Lenguas Indígenas: el Corazón de América Latina

Segundopaso – El Continente Americano se ha caracterizado por su diversidad y el carisma de los pueblos a lo largo de su extenso territorio, día tras día vamos conociendo mas aspectos sobre la cultura de estos pueblos, y en esta oportunidad iremos a conocer cuántos idiomas nativos existen en este continente, cuáles son los países que albergan pueblos indígenas y si existe el riesgo de que sus idiomas originarios desaparezcan con el transcurrir del tiempo y de la sociedad.

El lenguaje es una de las características diferenciadoras del ser humano. Para cualquier comunidad, la lengua permite comunicarse con su entorno y explicar concepciones del mundo propias de su cultura. Desde los tipos de lluvia hasta conceptos abstractos como la “bondad” son diversas en cada parte del mundo. América Latina, con más de 22.000.000 km², cuenta con 522 pueblos indígenas y 420 lenguas diferentes, una realidad muy compleja y que algunas corren el peligro de desaparecer.

De acuerdo al estudio del Atlas sociolingüístico de pueblos originarios en América Latina, el documento reveló que Latinoamérica es la región con la mayor riqueza del mundo en familias lingüísticas. Cuenta con 99 frente a otras regiones como África, Asia del Sur y Nueva Guinea que presentan entre 10 y 27.

Estos datos nos hablan de un gran patrimonio lingüístico presente en América, pero el peligro llega al analizar su estado: casi una quinta parte de los pueblos latinoamericanos ha dejado de hablar su lengua indígena manifestándose en que 44 pueblos utilizan como único idioma el castellano y 55 el portugués. El reflejo de esta situación también se muestra en que, por ejemplo, las lenguas de áreas como el Caribe insular están prácticamente extinguidas.

Datos rápidos:

– Se calcula que en Latinoamérica hay 103 lenguas transfronterizas, que se hablan en dos o más países.

– 108 pueblos indígenas son transfronterizos, lo que estimula a pensar por encima de las fronteras nacionales.

– México, Bolivia, Guatemala, Perú y Colombia reúnen al 87% de indígenas de América Latina y el Caribe.

– Se estima que en México 25.7 millones de personas, se auto adscribe como indígena, se hablan al menos 68 idiomas autóctonos. Cada uno de ellos con variantes lingüísticas o siendo estos alrededor de 364 en total. México es uno de los países más ricos en diversidad lingüística en el mundo.

– En el Estado Plurinacional de Bolivia un 66,2% se declara indígena según último censo. Los pueblos indígenas reconocidos oficialmente en son 37. Existen 6 lenguas aborígenes en todo el territorio nacional. – Bolivia es registrado como el país con mayor número de lenguas oficiales en el mundo.

– Brasil es el país con más diversidad de pueblos indígenas con 241 que hablan 188 lenguas.

– El quechua se habla en siete países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador (Kichwa) y Perú.

– Argentina tiene 29 pueblos ancestrales diferentes.

– En Lima y Buenos Aires se habla aymara y quechua.

– Más del 70% de la población mapuche habita en ciudades y centros poblados de Chile y Argentina.

– Los afros indígenas garífunas mantienen vivo el uso de su lengua en comunidades y ciudades de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

– El 26% de las lenguas indígenas de la región se encuentra en peligro de extinción.

Ruth Moya, lingüista, investigadora y catedrática ecuatoriana afirma que los pueblos indígenas han sido discriminados en los sentidos económico, social y político, pero también en términos lingüísticos y culturales. Es así como se han visto forzados a utilizar los canales dominantes de expresión social, incluida el propio idioma: el español. El derecho que tienen los grupos étnicos a expresar verazmente su propia identidad, sus propias necesidades y aspiraciones, tiene como único marco de referencia posible la concreción del ejercicio de sus reivindicaciones sociales.

La tradición oral es patrimonio de todos, sin diferencias; es verdaderamente democrática. La literatura oral, o si se prefiere, la expresión artística de dicha tradición, ocurre en relación a las actividades pecuarias, artesanales… los procesos de la vida: el nacimiento, el matrimonio, la muerte… (Mineduc,2009)

A continuación, una breve historia Kichwa que refleja los valores humanos y estéticos de la cosmovisión indígena en la cotidianidad.

El origen del lobo

En tiempos antiguos un joven muy ocioso se casó con una rica mujer. La suegra solía ordenarle:

— Ve a arar la tierra, ¡ve a regarla!, pero el yerno no hacía caso alguno.

Un día, su pequeño hijo que estaba con hambre, le mordió a su padre el dedo gordo del pie.

Viendo esto la suegra “¡Bien mordido!”, exclamó.

— ¿Qué le das tu hijo? ¿Por qué no quieres trabajar?, dijo la suegra.

— ¿Para qué te casaste?

Ante estas palabras, el yerno se llevó consigo todas las herramientas: el azadón, la barra, también la pala.

Al día siguiente volvió por semillas de maíz. Todos los días llegaba a casa quejándose.

— ¡Hayy!, pobre de mí, decía.

¡Vengo con hambre de tanto trabajar!

A ocultas, aquel hombre, llevándose el fiambre se iba por el bosque…

El padre descubre al joven ocioso durmiendo plácidamente en un rincón de la siembra. El padre lo

golpea y súbitamente el ocioso se convierte en lobo, sinónimo de la pereza.

Una vez que llegaba a algún solitario lugar, comenzaba a prender fuego a la leña, por lo que su suegra le preguntaba:

— ¿Este es el trabajo que has hecho? ¿Dónde están los sembríos? ¡Aquí sólo veo ociosidad!

Se dice que después de haber prendido la leña, el yerno se había quitado el poncho.

El suegro, asustado, le vio una desmadejada cola con la cual el yerno comenzó a barrer los rescoldos. En aquel lugar arrojó el maíz, el que, al tostarse, empezó a sonar: “putuc” “putuc”

Luego, el yerno se escapó a otro rincón para comer. Por su parte, la enojada suegra se acercó al rincón del yerno y le dijo:

— ¡Con que de esta manera has estado trabajando! ¡Por tu ociosidad te has convertido en lobo!

El yerno miró al suegro. Ese yerno lobo, como un rayo, partió hacia el monte. Desde entonces hasta el día de hoy no se sabe qué ha pasado.

Así sucedió en tiempos muy antiguos…

Ahora, cuando nuestros hijos no trabajan con presteza les decimos: “Van a convertirse en el lobo de las quebradas”.

Así decimos los mayores…

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