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George W. Bush: El Hijo Bobo de la Dinastía

Segundopaso – El analista político Pablo Jofre Leal presenta a la audiencia el Ensayo Global Sobre la Política Exterior de Estados Unidos, en este articulo hablando sobre George W. Bush, un tipo poco brillante, pero que con la ambición de poder, llevo a la humanidad a una nueva etapa llena de duras consecuencias que se viven al dia de hoy, analicemos los hechos relevantes de su gobierno.

Tras dos periodos de gobierno, encabezados por el presidente demócrata Bill Clinton, los republicanos volvieron a la Casa Blanca con el empresario y político George Walker Bush, hijo del ex presidente George Herbert Walker Bush quien gobernó entre los años 1989 a 1993.

Un triunfo plagado de polémica para este político de pocas luces, el bobo de la familia, pero dotado de poder económico y buenas relaciones, grandes avales para acceder al salón oval (1) George W. Bush, en las elecciones de noviembre del 2000 fue elegido el presidente N°43. El fallecido escritor y premio Nobel de Literatura, el portugués José Saramago se preguntó, en un breve artículo sobre Bush Hijo, titulado La Edad de la mentira “cómo y por qué Estados Unidos, un país en todo tan grande ha tenido, tantas veces, tan pequeños presidentes…George W. es seguramente el más pequeño de todos. Con su mediocre inteligencia, su ignorancia abisal, su expresión verbal confusa y permanentemente atraída por la irresistible tentación del disparate, se presenta ante la humanidad con la pose grotesca de un cowboy que ha heredado el mundo y lo confunde con una manada de ganado. No sabemos lo que realmente piensa, no sabemos siquiera si piensa (en el sentido noble de la palabra), no sabemos si en realidad no será un robot mal diseñado que constantemente confunde y cambia los mensajes que le pusieron dentro…” (2)

George W. Bush fue el primer presidente, desde el siglo XIX que llegó a la presidencia sin contar con la mayoría del voto popular, ya que triunfó en los llamados votos electorales, donde consiguió 271 electores contra 266 de su contrincante demócrata. Ello, en el marco de un escándalo de proporciones por la definición de los 25 electores del Estado de Florida, donde era gobernador el hermano menor de George W. Bush, el también republicano Jeb Bush (John Ellis Bush)

 

Bush padre, George W. Bush y Jeb Bush.

 

Efectivamente, el candidato demócrata, en números de la demografía electoral, para una población habilitada para votar de 205 millones 815 mil estadounidenses y donde votó el 51,2% (algo más de 105 millones de ciudadanos) Al Gore obtuvo el triunfo en el voto electoral, con un 48,38% de las papeletas válidamente emitidas, equivalente a 50 millones 99 mil ochocientos noventa y siete votos. George W. Bush, por su parte, consiguió el 47,87% de los votos lícitamente expresados, que equivalen a 50 millones 456 mil dos votos.  El sistema electoral estadounidense da como ganador en las elecciones es quien obtiene el mayor número de electores por Estado y no el voto popular. La discrepancia por los sufragios en Florida llegó a la Corte Suprema quien dictaminó, finalmente, el triunfo de Bush Hijo tras semanas de fuerte tensión política, conocida en el campo político judicial como el caso “Bush v/s Gore” (3)

El politólogo de la Universidad de Harvard Steven Levistky junto a Daniel Ziblatt, en una columna escrita en The New York Times (4) plenamente relacionado con lo que fue la elección del año 2000 señala que “en Estados Unidos, quien gana el voto popular en las elecciones no necesariamente llega a la presidencia, en un sistema de 200 años de antigüedad, que le otorga, sobre todo en los últimos tiempos, una ventaja no intencional al Partido Republicano. La discusión sobre poner fin al Colegio Electoral es contenciosa y desde la academia hay quienes consideran que es importante que las instituciones no favorezcan a las mayorías para preservar la democracia…un sistema político que repetidamente permite que un partido minoritario controle las oficinas más poderosas en el país no puede permanecer en la legitimidad por mucho más tiempo…”

Levistky y Ziblatt sostienen que “el problema principal es que nuestras instituciones están diseñadas para favorecer a zonas rurales y territorios escasamente poblados. La forma en que se elige al mandatario sobre todo en las últimas tres décadas, ha convertido a los republicanos en un partido que se favorece de esas características, a diferencia de los demócratas que son fuertes en las grandes ciudades. Esto implica un sesgo a favor de los republicanos en el colegio electoral y el Senado. No es una democracia cuando existe esa diferencia entre quien obtiene el voto popular y el que gana los votos del colegio electoral, por tanto, no se refleja la realidad de un país diverso. En los últimos años se ha favorecido a los republicanos y sus redes de apoyo en los granjeros, las zonas rurales, el mundo cristiano (ligado estrechamente al sionismo) así como el sostén que obtienen en los grupos de presión del mundo energético y el petrolero.

Después de prestar juramento como 43° mandatario de Estados Unidos, George W. Bush, como es tradición en los gobiernos estadounidenses da su discurso inaugural, donde se marcan las líneas de lo que será su administración. En ese plano, las palabras de esta narrativa no difieren de lo que han hecho anteriormente aquellos políticos, republicanos y demócratas que han sido electos como presidentes de esta nación (5). Agradecimientos a las autoridades salientes y destacar la transferencia pacífica que da afirma viejas tradiciones y genera el comienzo de nuevas. Bush destaca “La historia de una sociedad esclavista que se convirtió en sirvienta de la libertad, la historia de un poder que entró en el mundo para proteger, pero no poseer, para defender, pero no conquistar”. Palabras idealistas que no reflejan la conducta práctica de Estados Unidos, desde los inicios de su historia, caracterizado por la agresión, la conquista, las invasiones, muy lejos de esos ideales declarados para la galería, frases para el bronce sin sostén de veracidad.

El Destino Manifiesto, que caracteriza la línea histórica de esta nación americana, se expresa en cada discurso inaugural, como una especie de tradición inmutable a pesar de lo falsario de dichas expresiones “El más grande de estos ideales es una promesa estadounidense en desarrollo de que todos pertenecen, que todos merecen una oportunidad, que nunca nació ninguna persona insignificante. Los estadounidenses están llamados a promulgar esta promesa en nuestras vidas y en nuestras leyes…Durante gran parte del siglo pasado, la fe de Estados Unidos en la libertad y la democracia fue una roca en un mar embravecido. Ahora es una semilla en el viento, que echa raíces en muchas naciones. Nuestra fe democrática es más que el credo de nuestro país, es la esperanza innata de nuestra humanidad, un ideal que llevamos pero que no poseemos, una confianza que llevamos y transmitimos. E incluso, después de casi 225 años, aún nos queda un largo camino por recorrer”. Verborrea idealista, plagada de buenas intenciones e incluso con el convencimiento que su acción en el plano exterior genera el deseo de las sociedades de replicar el modelo estadounidense.

Afirma George W. Bush en su alocución “Mientras muchos de nuestros ciudadanos prosperan, otros dudan de la promesa, incluso de la justicia, de nuestro propio país. Las ambiciones de algunos estadounidenses están limitadas por las escuelas fallidas y los prejuicios ocultos y las circunstancias de su nacimiento. Y a veces nuestras diferencias son tan profundas que parece que compartimos un continente, pero no un país. No aceptamos esto y no lo permitiremos. Nuestra unidad, nuestra unión, es el trabajo serio de líderes y ciudadanos de cada generación. Y esta es mi promesa solemne: trabajaré para construir una nación única de justicia y oportunidades. Sé que esto está a nuestro alcance porque somos guiados por un poder más grande que nosotros mismos que nos crea iguales a Su imagen Y confiamos en principios que nos unen y nos guían hacia adelante. Estados Unidos nunca ha estado unido por sangre, nacimiento o suelo. Estamos atados por ideales que nos mueven, más allá de nuestros antecedentes, nos elevan por encima de nuestros intereses y nos enseñan lo que significa ser ciudadanos”. Idealismo puro, imagen de un país que no es lo soñado, y frente al cual se confía que deben ser guiados por una divinidad del cual se sienten elegidos.

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Para George W. Bush la elección del futuro de su país está refrendado, en el plano de la política interna por saber “si el ejemplo de nuestros padres y madres nos inspirará o nos condenará. Debemos mostrar valentía en un momento de bendición al enfrentar los problemas en lugar de transmitirlos a las generaciones futuras. Juntos, recuperaremos las escuelas de Estados Unidos, antes de que la ignorancia y la apatía reclamen más vidas jóvenes. Reformaremos el Seguro Social y Medicare. Y reduciremos los impuestos para recuperar el impulso de nuestra economía y recompensar el esfuerzo y la empresa de los trabajadores estadounidenses. Construiremos nuestras defensas más allá del desafío, para que la debilidad no invite al desafío”.

En el plano estrictamente de su política exterior las palabras del sucesor de Bill Clinton advierten que “Enfrentaremos las armas de destrucción en masa, para que un nuevo siglo se libere de nuevos horrores. Los enemigos de la libertad y de nuestro país no deben equivocarse: Estados Unidos sigue comprometido con el mundo por la historia y por elección, configurando un equilibrio de poder que favorece la libertad. Defenderemos a nuestros aliados y nuestros intereses. Mostraremos propósito sin arrogancia. Afrontaremos la agresión y la mala fe con determinación y fuerza. Y a todas las naciones, hablaremos por los valores que dieron nacimiento a nuestra nación. Estados Unidos, en su mejor momento, es compasivo. En la tranquilidad de la conciencia estadounidense, sabemos que la pobreza profunda y persistente no es digna de la promesa de nuestra nación”

 

Pablo Jofré Leal

 

1. Una biografía editada por el CIDOB español señala que este continuador de una estirpe política “Hijo del ex presidente George H. W. Bush (1989-1993) y el mayor de cuatro hermanos y una hermana (otra hermana, Robin, falleció de leucemia a los tres años de edad en 1953), nació en el estado de Connecticut, en Nueva Inglaterra, donde su padre, recién licenciado como piloto de la aviación naval en la guerra contra Japón, había fijado su residencia mientras estudiaba en la Universidad de Yale. Los Bush eran una familia aristocrática de Massachusetts, en la tradición de los wasp, que habían acrecentado su patrimonio con negocios afortunados en Wall Street; el fundador de la saga, Prescott Bush, comenzó también el hábito de combinar negocios y política y sirvió como senador del Partido Republicano por Connecticut. Cuando George Bush Jr. tenía dos años, su padre, ya licenciado, se trasladó con él y con su madre Barbara a Texas, donde emprendió una próspera carrera en la industria del petróleo. George Bush Jr. creció y se educó en este estado sureño, que se convirtió en su terruño adoptivo. La familia primero vivió en Odessa y desde 1951 en la más populosa Houston, donde Bush padre fundó su primera empresa petrolera. El hijo recibió una esmerada educación en la Escuela Preparatoria Phillips de Andover, y en 1964, pese a la mediocridad de su expediente académico, se matriculó en la prestigiosa Universidad de Yale”. https://www.cidob.org/biografias_lideres_politicos/america_del_norte/estados_unidos/george_bush

2. https://elpais.com/diario/2004/10/20/opinion/1098223210_850215.html

3. ¿De qué se trató el caso Bush vs. Gore? A primeras horas de la mañana después del día de las elecciones de 2000, estaba claro que la contienda electoral entre el candidato republicano George W. Bush y el demócrata Al Gore sería decidida por los 25 votos electorales de Florida. Como Bush contaba con un margen de ventaja muy estrecho en el estado, Gore pidió que se contaran manualmente las boletas tabuladas por máquina. Hubo disputas legales durante semanas con litigios en varios tribunales del estado de Florida que, en dos ocasiones, alcanzaron la Corte Suprema de Estados Unidos. Finalmente, la corte suprema de Florida ordenó un recuento manual, en todo el estado, pero ofreció poca orientación a quienes participaban en la revisión de las boletas aparte de pedirles discernir la “clara intención del votante”. Muchos condados de Florida utilizaban boletas perforadas en aquel entonces, y algunos votantes del estado no lograron perforar completamente este tipo de boleta, llamada “chad”, dejando poco claro cuál era su voto. Nuevas frases entraron en el léxico estadounidense: “hanging chads” (boletas parcialmente perforadas), “dimpled chads” (papeletas indentadas, pero no perforadas) y así sucesivamente. Ante la proximidad de la importante fecha límite de mediados de diciembre, los abogados de Bush pidieron la intervención de la Corte Suprema de Estados Unidos. A finales de la jornada de un martes, pocas horas antes de la fecha límite, el tribunal, con una votación de 5 a 4, puso fin al recuento de Florida, declarando a Bush como el próximo presidente. En una opinión no firmada, cinco de los jueces más conservadores de la corte fallaron que las reglas de recuento de la corte suprema de Florida eran vagas e inconsistentes, lo que resultaba en un “tratamiento arbitrario y dispar” de las boletas. Así, por ejemplo, los encargados de contar boletas en el condado de Miami-Dade podrían considerar una boleta parcialmente perforada (hanging chad) como un voto a favor del presidente, mientras que los del condado de Palm Beach podrían no considerarla del mismo modo. https://www.propublica.org/article/la-importancia-del-caso-bush-vs-gore-en-la-elecci%C3%B3n-de-2020

4. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-54765730

5. https://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/inaugural-address.html

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