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George W. Bush: El Hijo Bobo de la Dinastía Parte II

Ensayo Global Sobre la Política Exterior Estadounidense Parte XVII

Segundopaso – El análisis sobre la administración de Bush hijo y el análisis de su discurso inaugural, refrenda esta visión condescendiente, idealista y alejada de los intereses del mundo. Excepto si este se define, como aquella parte de la humanidad destinada a servir los objetivos hegemónicos de Washington.

“Viviré y guiaré según estos principios – nos dijo George W. Bush (GWB): promover mis convicciones con cortesía, perseguir el interés público con valentía, hablar por una mayor justicia y compasión, pedir responsabilidad y tratar de vivirla también. De todas estas formas, llevaré los valores de nuestra historia al cuidado de nuestro tiempo…Les pido que sean ciudadanos: ciudadanos, no espectadores; ciudadanos, no súbditos; ciudadanos responsables, construyendo comunidades de servicio y una nación de carácter. Los estadounidenses son generosos, fuertes y decentes, no porque creamos en nosotros mismos, sino porque tenemos creencias más allá de nosotros mismos”

 

Todo discurso presidencial inicial estadounidense se precia de tener, las ideas de Thomas Jefferson o aquellas ligadas de alguna forma a este tercer presidente estadounidense “Desde que se firmó la Declaración de Independencia, el estadista de Virginia John Page le escribió a Jefferson: Sabemos que la carrera no es para los rápidos ni la batalla para los fuertes. ¿No crees que un ángel cabalga en el torbellino y dirige esta tormenta? ” Ha pasado mucho tiempo desde que Jefferson llegó para su investidura. Los años y los cambios se acumulan. Pero él sabría los temas de este día: la gran historia de valentía de nuestra nación y su simple sueño de dignidad…Sin cansarnos, sin rendirnos, sin terminar nunca, renovamos ese propósito hoy, para hacer nuestro país más justo y generoso, para afirmar la dignidad de nuestras vidas y de cada vida. Este trabajo continúa. Esta historia continúa. Y un ángel todavía cabalga en el torbellino y dirige esta tormenta. Dios los bendiga a todos y a Estados Unidos”

 

Las palabras de GWB son la esencia idealista que anima la política estadounidense, supuestamente alejada de deseos, intereses y necesidades del mundo y con sus propias contradicciones sociales internas, que también están desvinculadas de las necesidades de una población multiétnica, con diversas creencias pero que suele ser dominada por el grupo WASP (White Anglo Saxon Protestan) que genera los estallidos sociales que cada cierto tiempo sacuden a este país.  Un Bush hijo que lanzó al viento, en su discurso inaugural, promesas de un futuro mejor, de generar una sociedad más justa y generosa. Pero, que a poco andar mostrarían que la realidad es más fuerte que los deseos. Un Bush alejándose de aquellas palabras de buena crianza, y más cercanas a sus objetivos hegemónicos.

 

La escasa capacidad intelectual de George W. Bush fue ampliamente comentada, analizada y denunciada en Estados Unidos. Y, en esa disminuida facultad se destacó su nula comprensión de la política internacional donde se lanzaba según fueran las indicaciones de su entorno y camarilla de hierro. Para el analista y ex director del The New York Times, Howell Raines ”el legado político de George W. Bush se definió por tres desastres distintos: Irak, en política exterior; Katrina, en bienestar social, y la influencia de las grandes empresas en las decisiones fiscales, presupuestarias y de regulación…Detrás de George W. Bush, hay cuatro generaciones de los Bush dedicados primero a utilizar redes políticas para amasar y proteger sus fortunas personales y a valerse de absolutamente cualquier medio, para lograr un cargo, no porque quisieran hacer el bien, sino porque son lo que en Estados Unidos pasan por ser aristócratas hereditarios. En resumen, George W. Bush está situado en la cima de una pirámide de privilegio cuya historia e importancia social él, casi seguro, no entiende, dada la animosidad que muestra por el pensamiento académico” (1)

 

Las palabras de Raines se refrendan, plenamente cuando recordamos, que apenas habían transcurrido ocho meses de su primer mandato como presidente, cuando los atentados del 11 de septiembre del año 2001 mostraron las dicotomías que envuelven a la nación norteamericana. Un atentado que el paso del tiempo mostró, que dentro de los involucrados se encontraban ciudadanos de Arabia Saudí, país aliado fundamental de Washington en Asia occidental (2). A pesar de la incertidumbre respecto al verdadero responsable detrás de los atentados en Nueva York y Washington, los halcones de la Casa Blanca declararon la “guerra contra el terror” que significó, en lo inmediato, la invasión de Afganistán en octubre del año 2001. La invasión de Irak el año 2003 bajo la falsa acusación (3) demostrada por el Informe Chilcot, que el régimen de Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva. El Bush agresivo, militarista y cegado por los intereses de los grupos de presión en su país, lo conducirán finalmente a guerras, que a dos décadas aún no concluyen.

 

George W. Bush y su círculo de Hierro: Donald Rumsfeld y Dick Cheney

 

Esa conducta belicista de la administración de Bush Junior se trató de explicar, por parte del propio padre del ex presidente, el también ex mandatario George H.W Bush quien defendió la gestión de su hijo señalando en su biografía que existió “un mal servicio que se le dio a la administración de mi hijo”. George Bush padre criticó con contundencia a Dick Cheney, al que denominaba “culo de hierro” y consignaba que en el caso de Donald Rumsfeld su principal característica era la arrogancia “una ausencia de humildad, una incapacidad de poder ver lo que otra persona piensa”.  Para el padre de George W. Bush, Dick Cheney “Se convirtió en un extremista, una persona muy diferente al Dick Cheney al que yo conocí y con el que trabajé”, apuntó Bush padre, en referencia a quien fuera su secretario de Defensa entre 1989 al 2003. George H.W Bush, declaró a su biógrafo Jon Meachman, que Cheney estaba dispuesto a utilizar la fuerza para todo y eso se expresó en sus tareas de asesor bajo el gobierno de Bush hijo.

 

Tanto Cheney como Rumsfeld son considerados los grandes artífices en la conformación de la estrategia de política exterior de definir a una serie de países como parte del “eje del mal” y con ello generar una división del mundo entre los “buenos” por tanto aliados de Washington y los “malos” que están, por tanto, sujetos a una política de máxima presión con métodos como sanciones, embargos, bloqueos, golpes de estado y procesos de desestabilización constante. La política exterior de Bush se definió en función de un hecho que marcaría el rumbo de sus dos períodos presidenciales: los atentados del 11 de septiembre del año 2001.

 

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La historiografía, respecto a la política exterior estadounidense, señala que George W. Bush habría arribado a la Casa Blanca con esa tantas veces mencionada política aislacionista del país norteamericano, y que habrían sido los ataques del 11 de septiembre del año 2001 los que viraron tan determinación ideológica.  “convertido en un intervencionista entusiasta, conversión que sus asesores neoconservadores intentaron dotar de cierto contenido teórico con ocasión de la invasión de Irak” Otros analistas lo situaron como un continuista “que pertenece a la misma escuela de política exterior norteamericana que Cabot Lodge, el gran antagonista del presidente Wilson, y que ambos habían bebido en la misma fuente doctrinal: el nacionalismo conservador norteamericano. Visto así, la aparente contradicción entre el primer Bush, contrario a la presencia norteamericana en conflictos como el de los Balcanes por considerarla incompatible con su agenda doméstica – refrendad por su eslogan electoral, America first – y el presidente que luego impulsaría el mayor despliegue de tropas estadounidenses en el exterior desde la Segunda Guerra Mundial, no sería tal, ya que en ambos casos habría actuado de acuerdo con una visión estrecha y tradicional del interés nacional” (3)

 

Pablo Jofré Leal

Artículo Exclusivo para www.segundopaso.es

 

1. https://elpais.com/diario/2005/12/29/opinion/1135810809_850215.html

2. https://radio.uchile.cl/2016/09/11/torres-gemelas-una-farsa-que-ya-no-se-sustenta/ A 20 años de los atentados del 11 de septiembre, la verdad sale a la luz, ya no se puede ocultar. Se desentraña la relación criminal entre Washington y Riad, devenido en el principal impulsor del terrorismo a nivel global. Queda al descubierto que el derribo de las Torres Gemelas, el ataque –que aún genera interrogantes respecto a su ejecución- contra el Pentágono y la caída, derribo o acto heroico de uno de los aviones secuestrados –el llamado Vuelo 93– son hechos que permanecen en una nebulosa difícil de despejar pues involucran a los gobiernos de Washington y Riad.

3. El informe elaborado en Gran Bretaña por la misión presidida por Sir John Chilcot respecto a la participación británica en Irak, y por extensión a la de sus socio estadounidenses, y que salió a la luz  en julio del año 2016 estableció,  fundamentalmente que “las circunstancias en las que se decidió que existía una base legal para la acción militar de Reino Unido en Irak no eran aceptables”. los servicios de inteligencia “no concluyeron más allá de la duda razonable” que Sadam Hussein producía armas químicas y biológicas. Las declaraciones de Blair se basaron en sus convicciones y no en los juicios emitidos por el Comité de Inteligencia Conjunta (JTC) [en referencia a la parte del Gabinete británico encargada de dirigir las distintas organizaciones de inteligencia]. “no se habían agotado las alternativas pacíficas” en el momento en el que Reino Unido decidió sumarse a la guerra de Irak. “La situación de Irak en 2009 [fecha en la que concluye el periodo analizado por la investigación] no cumplía con ninguno de los objetivos descritos en enero de 2003″. Los éxitos estratégicos fueron muy limitados”. https://elpais.com/internacional/2016/07/06/actualidad/1467803349_850707.html

4. . En realidad, la administración Bush había dejado patente su rechazo al multilateralismo incluso antes de llegar al poder. Durante la campaña presidencial de 2000, la futura asesora de seguridad nacional, Condoleeza Rice, ya se había referido despectivamente a la tradición Wilsoniana, que según ella se basaba en «la creencia de que Estados Unidos solamente utiliza su poder legítimamente cuando lo hace en beneficio de los demás».https://charlespowell.eu/wp-content/uploads/2016/02/2011-Diez-a–os-de-pol–tica-exterior-norteamericana.-de-la—revolución-Bush–….pdf

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