LATAMPolítica

Mariátegui: a propósito de las Tradiciones de Ricardo Palma

Autora: Alexandra Mulino. Ilustración: Etten Carvallo

Segundo Paso para Nuestra América.- En esta oportunidad, Mulino lleva a cabo un ejercicio interpretativo del brillante ensayo “Ricardo Palma, Lima y la Colonia”, que forma parte de los “7 ensayos de interpretación de la realidad peruana” y que funge como prólogo de las “Tradiciones limeñas” de Palma, editado por la Biblioteca Ayacucho, en el año de 1994. En ese estudio, el Amauta refuta abiertamente los argumentos literarios de José Riva Agüero y Federico More en torno de la adscripción de la obra de Palma en el canon colonialista.

La Fundación Biblioteca Ayacucho, en el año de 1994, presentó una interesante selección de las Tradiciones limeñas[1], de Ricardo Palma (1833-1919), con la atinada idea de escoger textos escritos por Ventura García Calderón (1886-1959), como presentación, y José Carlos Mariátegui (1894-1930), a modo de prólogo. De éste último, eligieron el título “Ricardo Palma, Lima y la Colonia” ubicado en 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana.[2]

La clasificación ideológica de la obra de Palma fue harto debatida por la intelectualidad peruana; básicamente, limeña. En consecuencia, en esta sucinta nota se aspira mostrar la tesis del Amauta en relación con la adscripción de la obra de Palma en el canon colonialista. Al respecto, en discusión con la “generación futurista”,[3] éste afirmó:

“…Situar la obra de Palma dentro de la literatura colonialista, es no sólo empequeñecerla sino también deformarla. Las Tradiciones no pueden ser identificadas con una literatura de reverente y apologética exaltación de la Colonia y sus fastos, absolutamente peculiar y característica, en su totalidad y en su espíritu, de la académica clientela de la casta feudal.”[4]

A su juicio, Felipe Pardo (1806-1868) y José Antonio de Lavalle (1833-1893), exaltaron las bondades de la Colonia; mientras que Palma “la reconstruía con un realismo burlón y una fantasía irreverente y satírica”.[5] Entonces, ¿por qué se les catalogó de colonialistas sin distingo alguno? Éste consideró que la raíz del problema radicó en las divergencias entre Palma y Manuel González Prada (1844-1918). Si bien, insistió que, más allá de la legendaria diatriba, el problema continuaría ad infinitum en vista de que la crítica literaria no asumió el concepto de totalidad social; “para una interpretación profunda del sentido de una literatura, la mera erudición literaria no es suficiente. Sirven más la sensibilidad política y la clarividencia histórica…”.[6]

Mariátegui, a diferencia de José Riva Agüero (1885-1944) y Federico More (1889-1955), basó su estudio en el materialismo histórico y dialéctico; la concepción de la lucha de clases, reorientó la vieja discusión entre “pradistas” y “palmistas”. Por lo tanto, explicó que Prada representó al demos criollo ya que en el “Perú el advenimiento de la República no representó el de una nueva clase dirigente”;[7] mientras que Palma encarnó los ideales de una mesocracia que no logró devenir en burguesía; aunque es de sumo importante destacar que el marxista peruano reivindicó la tesis de More donde afirmó que “en el Perú o se es colonial o se es inkaico”;[8] “no estoy lejos de pensar como More que este conflicto, este antagonismo, es y será por muchos años clave sociológica y política de la vida peruana”.[9]

Ahora bien, en el marco de esa oposición, rebatió la conjetura de More al considerar a Abelardo Gamarra (1852-1924) como el literato que representó al Perú integral; Ciro Alegría (1909-1967) lo llamó el “escritor del pueblo”. A su parecer, Palma fue el representante de ese denominado “Perú integral”, en vista de que “traduce el criollismo, el mestizaje, la mesocracia de una Lima republicana que…revisa su propia tradición, reniega su abolengo colonial, condena y crítica su centralismo, sostiene las reivindicaciones del indio y tiende sus dos manos a los rebeldes de provincias”.[10]

Por último, de igual manera, despacha a More en su opinión de que no existió más que una sola Lima, “la conservadora, la somnolienta, la frívola y la colonial”.[11] Lo rebate al observar que también en esa Lima frívola y pacata, un nuevo grupo de hombres y mujeres mascullaron las primeras lecciones de un marxismo que se pretendía renovado.

 

Alexandra Mulino

amulinove@yahoo.es

 


[1] Ricardo Palma. Tradiciones limeñas. Biblioteca Ayacucho, Colección Claves de América, Caracas, 1994.

[2] Durante la escritura de este sucinto examen, tomé en consideración los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana y otros escritos, tomo II, de la Fundación Editorial el perro y la rana, Caracas, 2010.

[3] “La generación futurista…señala un momento de restauración colonialista y civilista en el pensamiento y la literatura del Perú”. En: Memoria de un peruano en Asturias. “Riva Agüero y su influencia. La generación futurista”, noenasturias.blogspot.com

[4] Tradiciones limeñas, Op. Cit., p. XI.

[5] Ibídem, p. XI.

[6] Idem., p. XIII.

[7] Idem., p. XIV.

[8] Idem., p. XVI

[9] Idem.

[10] Idem., pp. XVII-XVIII.

[11] Idem., XVIII.

 

La profesora Alexandra Mulino es socióloga, editora, escritora e investigadora. A través de su ELUCIDARIO AMERICANO nos invita a releer la riqueza ontológico social nuestroamericana, a contracorriente del canon occidental, con la pretensión última de legitimar otra mirada de carácter descolonizadora de los procesos históricos sociales y culturales que han consolidado hitos en torno de la nacionalidad y americanidad.

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