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Las elecciones parlamentarias de El Líbano: la superioridad democrática de la Resistencia

Segundopaso – ​​​​​​​La vigésima cuarta edición de las elecciones parlamentarias de El Líbano se celebró el 15 de mayo de 2022 a lo largo y ancho de todo el país y sus resultados muestran que la población sigue apoyando al eje de la Resistencia pese a las presiones de los árabes, occidentales y judíos tanto de El Líbano como de fuera del país y de todas las presiones económicas que soporta la población.

En estas elecciones, 718 candidatos incluidos en 103 listas y de 15 zonas electorados competían para obtener los 128 escaños del Parlamento.

Más de 3 millones 917 mil personas participaron en las elecciones. Anunciaron que el nivel de participación superó más del 41 %; en otras palabras, más de un millón 605 mil personas han votado en las elecciones.

También, el 60 % de los libaneses que viven fuera del país acudieron a las urnas: en las últimas elecciones de El Líbano, que se celebraron en 2018, participó el 49 % de la población.

Existen muchas razones para explicar la reducción de la participación en la vigésima cuarta edición de las elecciones parlamentarias de El Líbano.

Quizá la razón fundamental es el descontento de la nación con la actuación de los políticos libaneses en los últimos cuatro años: El Líbano ha vivido una situación muy inestable.

En los últimos cuatro años, 4 personas fueron elegidas para conformar el Gabinete. Durante dicha época, se encomendó a Saad Hariri (dos veces), a Hassan Diab, a Mustapha Adib y a Najib Mikati conformar el Gabinete. Hariri lo consiguió después de transcurridos nueve meses, pero, finalmente, a los nueve meses renunció.

Hassan Diab fue jefe del Gabinete durante 6 meses y permaneció en su puesto como primer ministro durante 14 meses; Mustapha Adib lo intentó a lo largo de un mes y a continuación Saad Hariri por unos 13 meses, pero ninguno de los dos logró conformar el Gabinete. Solo han transcurrido 8 meses desde la elección de Najib Mikati como primer ministro de El Líbano.

Otra razón de que la participación popular cayera un 8 % en la vigésima cuarta edición de las elecciones parlamentarias es el aumento de los problemas económicos en dicho país durante los últimos cuatro años.

Durante dicha época el valor de la moneda de El Líbano se devaluó intensamente, el nivel de desempleó subió al 40 % y la inflación alcanzó el 50 %.

Casi la mitad de la gente vive bajo la línea de pobreza. De hecho, según los datos del Banco Mundial, El Líbano está pasando por la peor crisis económica de este siglo. La población cree que los políticos de su país no solo no piensan en disminuir los problemas del país, sino que además son corruptos.

Otra posible razón de la disminución del nivel de participación en las elecciones podría ser el hecho de que Saad Hariri y su partido, que se llama El movimiento de futuro boicoteó las elecciones parlamentarias. Cuando Hariri se vio incapaz de conformar un Gabinete, anunció que no participaría en las elecciones. Parte de la población suní de ese país son partidarios de‌ Hariri y de El movimiento de futuro y prefirieron no participar en las elecciones.

Los resultados de las elecciones parlamentarias

Los resultados de la vigésima cuarta edición de las elecciones parlamentarias de El Líbano muestran que La alianza del 8 de marzo, una alianza de partidos que están en favor de la Resistencia, ha ganado la mayoría preferencial del nuevo Parlamento de ese país, que cuenta con 128 escaños.

El voto preferencial significa que el pueblo de El Líbano, entre los nombres de los candidatos que están en las listas originales en las distintas zonas, ha votado a aquellos que parecen autónomos, pero, en realidad, han llegado al Parlamento por los votos de las personas que han votado a un partido o a una lista en particular en dicha zona. Es obvio que dichos candidatos han llegado al Parlamento con los votos preferenciales y por tanto a quién vota el pueblo en momentos cruciales.

Los medios occidentales-árabes, después de las elecciones, han reclamado que en estas elecciones ha ganado el partido rival de la Resistencia (La alianza del 14 de marzo), liderado por el partido cristiano al-Quwwāt al-Lubnānīyah (que significa, Fuerzas de El Líbano) y cuyo líder es Samir Geagea, pero, contrariamente a la propaganda, los datos oficiales muestran otra cosa.

Según los resultados finales de las elecciones, los escaños que han conseguido los partidos en el Parlamento siguen el siguiente orden:  Hezbolá y el movimiento Amal 31 escaños; al-Quwwāt al-Lubnānīyah, liderado por Samir Geagea, 20 escaños; El movimiento nacional, con el liderazgo de Gebran Bassil, 18 escaños; El partido social principal, liderado por Taymur Jumblatt, 9 escaños, y Las fuerzas civiles 12 escaños.

Aspectos a destacar sobre las elecciones parlamentarias en El Líbano

Primero, los adversarios de la Resistencia han perdido estos comicios; ellos trataron al máximo de eliminar a la Resistencia del campo político de El Líbano.

EEUU, Arabia Saudí, Francia y los Emiratos Árabes Unidos han gastado 40 millones para eliminar Hezbolá, pero al fin solo han obtenido un mínimo de 58 escaños en el Parlamento. Además, el hecho de que la alianza de la Resistencia haya conseguido más escaños en el Parlamento, ha provocado el fallo del proyecto antirresistencia.

Segundo, Saad Hariri y El movimiento de futuro han perdido 14 escaños después de boicotear los comicios. De hecho, han pasado de contar con 20 escaños a solo 6. Así pues, con la eliminación gradual de Hariri del escenario político de El Líbano, la elección del primer ministro y la conformación del Gabinete traerán aún mayores complicaciones.

También, la posición de Hariri entre los poderes extranjeros, especialmente Arabia Saudí, se ha debilitado porque él no ha aprovechado su puesto para favorecer a su grupo y a las personas que están a favor de los saudíes.

Tercero, ahora que el partido de Quwwāt al-Lubnānīyah, liderado por Samir Geagea, cuenta con más escaños en el Parlamento, va a crecer su papel en la estructura de poder de El Líbano. Samir Geagea, que en el pasado se ocupó de asuntos de seguridad y militares, se opone abiertamente a la Resistencia y, además, está relacionado con el incidente de Tayouneh, ocurrido en 2021 y que causó muertos y decenas de heridos.

Después de los cambios habidos en El Líbano, que comenzaron tras las elecciones del 15 de mayo, Geagea debe pensar bien lo que hace, ya que si sigue con su comportamiento violento y permite que le den órdenes desde fuera del país, entonces El Líbano se va a encontrar en un callejón sin salida aún más difícil que el de hace dos años.

Cuarto, Arabia Saudí ha sido el actor extranjero que más ha salido perdiendo en las elecciones parlamentarias de El Líbano: por una parte, Saad Hariri ha dejado de serles útil, y por otra, ninguna personalidad conocida ha alcanzado el Parlamento en representación de la parte suní.

Las obligaciones del nuevo Parlamento de El Líbano

Por fin, podemos decir que el Parlamento cuenta con dos obligaciones importantes: la más urgente es la presentación del primer ministro, cuya función es conformar el Gabinete. Todavía no se sabe mucho sobre la composición del Parlamente, pero si no presentan pronto a un primer ministro, es posible que enfrenten ingentes problemas políticos.

La segunda obligación del Parlamento de El Líbano es presentar en octubre al nuevo presidente: en la última edición de las elecciones, los parlamentarios solo lograron elegir al presidente después de transcurridos 30 meses.

Otros desafíos del Parlamento de El Líbano son: administrar la economía del país, superar la crisis de deuda extranjera, reconstruir el puerto de Beirut tras la gran explosión que sufrió, superar los desafíos impuestos por los países extranjeros como puedan ser Estados Unidos y Arabia Saudí y, además, escapar del peligro que supone la avaricia del régimen de Israel.

De nuevo, la población de El Líbano, participando en las elecciones, ha demostrado su lealtad y esperanza en el sistema político de ese país y ha enviado a sus candidatos al Parlamento. Ahora es el turno para que los delegados del pueblo de El Líbano lleven al país por el buen camino.

A pesar del bloqueo, la corrupción y la crisis, la población de El Líbano sigue teniendo esperanza en el futuro de su país según la triple ecuación de Ejército, pueblo y resistencia.

El Gobierno y el presidente que va a llegar al poder enfrentarán una época muy difícil porque los intermediarios estadounidenses y saudíes tratarán de retrasar la creación del Gobierno y, fomentando la crisis económica de El Líbano, intentarán culpar al movimiento de la Resistencia de la mala situación y, en consecuencia, llevar adelante objetivos como la guerra civil y el desarme de Hezbolá.

Sin embargo, la solicitud de los grupos nacionales y la invitación de los partidos que han ganado las elecciones a otros rivales y grupos políticos para que participen en el nuevo Parlamento y su unión en contra de la intervención extranjera suponen una nueva derrota para la coalición Washington-Riad en Beirut.

Mt/Mo/Ni

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