LATAMPolítica

Narrativas subalternas sobre la descolonización de la ciencia política en Latinoamérica

AUTOR: JOSÉ JAVIER CAPERA FIGUEROA. ILUSTRACIÓN: ETTEN CARVALLO

Segundo Paso para Nuestra América.- La ciencia política, al ser una disciplina que incorpora las ciencias sociales en el marco de la narrativa nomotética y tradicional, se ha caracterizado históricamente por establecer una serie de discursos, teorías y esquemas epistémicos funcionales a los intereses propios de los paradigmas, enfoques y corrientes teórico- analíticas como son: el funcionalismo, racionalismo, materialismo e institucionalismo entre otras. Así pues, la apuesta de repensar las categorías propias de la investigación politológica, implica superar los dilemas clásicos de los métodos normativos, positivistas y tradicionales de hacer ciencia desde las epistemes hegemónicas.

De este modo, la finalidad del presente artículo de investigación consiste en explorar una perspectiva descolonizadora de la ciencia política en el marco de los procesos de liberación que incorporan las narrativas, discursos y prácticas provenientes de las luchas, resistencias y demandas de grupos de abajo y a la izquierda anti-sistémicas y anti-partidistas. Un resultado evidente es reconocer las experiencias subalternas desde la praxis ético política de los grupos de abajo sobre la posibilidad de repensar categorías como: Estado, gobierno e instituciones políticas que históricamente han sido reflexionadas desde escuelas tradicionales de la ciencia política en Latinoamérica.

La narrativa histórica constituida en los discursos de la ciencia política en el marco de los paradigmas, se ha caracterizado por promover una serie de reflexiones propias de la corriente post-positivista sobre dicha disciplina de las ciencias sociales. Los análisis provenientes de escuelas, centros y universidades orientadas a investigar sobre temas como: el gobierno, las instituciones, los Estados, el poder y la política representan los campos epistémicos por excelencia que han fundado los esquemas históricos – institucionales de la politología en el siglo XX.

Las discusiones anquilosadas e insípidas para establecer un estatuto epistémico de orden conceptual, teórico y analítico sobre la ciencia política, implica un conjunto de reflexiones provenientes de escuelas, medios, redes y grupos de poder académicos ligados a toda una tradición eurocentrada del saber, los cuales establecen un tipo de racionalidad privada, instrumental y cerrada de negar la existencia de otras narrativas de orden popular, comunal y desde abajo.

La narrativa epistémica descolonizadora sobre la ciencia política en Nuestra América, radica en la posibilidad de legitimar otras discusiones pragmáticas, empíricas y comunitarias que constituyen otros espacios desconocidos por las teorías, conceptos y metodologías tradicionales de la colonialidad del poder-saber propio de la politología funcionales de las dinámicas hegemónicos del Estado moderno- capitalista.

La visión de reconocer la amplia descendencia de la ciencia política en el marco de los estudios anglosajones, responde a una lógica sumida en la configuración de paradigmas alternativas proveniente de las experiencias, emociones y sentidos al interior de las organizaciones que apelan al sentido de pluralizar los debates contemporáneos sobre las epistemologías del sur y la decolonización de la politología en la región. Los procesos teórico- conceptuales de la política basada en el análisis del Estado, el gobierno, las instituciones y los poderes políticos público- privado acordes a los intereses de las estructuras modernos-coloniales del Estado colonialista.

A su vez, los discursos teórico-conceptuales sobre la capacidad de romper con los proyectos moderno-colonizadoras, lo cuales se encargan de reproducir los debates el Estado moderno monolítico y colonizadora sustentado en la ruptura con la colonialidad del poder-saber. La apuesta por incursionar en discusiones desde la intersubjetividad y la praxis ético – política de los grupos marginados de la modernidad – capitalista.

Por tal motivo, la lógica teórica expuesta por Santos (2009), que manifiesta la existencia de toda una corriente epistémica de corte eurocéntrico, la cual va en función de los intereses privados de un proyecto moderno propio de las élites que imponen una serie de modelos socio-político pensados desde una racionalidad instrumental en función del control de las instituciones pasando por encima de las formas de expresiones subalternas de los grupos oprimidos de la modernidad /colonialidad.

La política, al ser una actividad social por excelencia, realizada por los seres humanos y medida por las condiciones internas/externas que configuran las relaciones de poder, sociabilidad y acción-pragmática en las dimensiones socioculturales constituyentes de las sociedades modernas. Así pues, existen algunos elementos de análisis general sobre la actividad de pensar la política desde el sujeto en el ámbito comunal:

  1. Una actividad, acción y construcción social, cultural y cotidiana en torno a la organización, integración y deliberación de los intereses internos/externos que instituyen lo público.
  2. El análisis de la política como ciencia denota una serie de reflexiones sobre las formas de investigación y sistematización en el marco de las experiencias, casos y fenómenos políticos que emergen sobre un tipo de sociedad, comunidad o grupo que se encuentra mediado en una temporalidad y espacialidad en concreto.
  3. La política como la actividad por excelencia del poder y como desde esta premisa, aparece una serie de reflexiones que denotan el análisis de procesos que existen en las instituciones, el gobierno, el Estado y la sociedad civil sumidas en las dinámicas del sistema mundo- capitalista.
  4. El análisis de la política responde a una serie de sucesos, dilemas y situaciones orientadas a constituir las acciones, demandas y procesos que asumen la ciudadanía al interior de la sociedad civil en el marco de la democratización de los poderes político vinculados a la esfera pública-privada de la sociedad civil moderna-colonial.

De esta forma, la ciencia política no sólo implica teóricamente el estudio de una disciplina orientada a explicar los fenómenos políticos que emergen en la sociedad moderna, la cual se encuentra sumida en las estructuras normativas-procedimentales acordes a las raíces de la modernidad/colonialidad. La lógica analítica de estudiar la política más allá del poder, implica romper con la visión tradicional de Estado, instituciones y sociedad civil, para dar un salto al reconocimiento de las luchas y procesos de resistencias que aparecen en los pueblos, movimientos y actores en resistencia ético-política en un determinado momento histórico de la humanidad.

La narrativa eurocéntrica de la ciencia política se instituye en un conjunto de reflexiones que han constituido un estatus epistémico, conceptual y metodológico de instrumentalizar esta disciplina de las ciencias sociales y humanidades. La tarea de analizar de forma critica los debates contemporáneos provenientes de los enfoques teórico-conceptuales de investigaciones orientados a comprender la complejidad del Estado, nación, sociedad civil, democracia, instituciones y movimientos sociales entre otras, representan discusiones de gran importancia en la consolidación sobre las narrativas que rompe con las visiones tradicionales propias de la crisis disciplinar de la ciencia política en la región.

La necesidad de promover un marco epistémico sobre la ciencia política descolonizadora, tiene que ver con la importancia de comprender los procesos emergentes en el Sur-global desde la posibilidad de experiencias y situaciones de comunidades indígenas, negritudes, gitanos, migrantes y agrícolas entre otras, las experiencias de gobiernos autonómicos, populares, democráticos e ideológicamente en contravía del proyecto civilizatorio del capitalismo teniendo en cuenta los avances, retrocesos y contradicciones que denota dichas formas de expresiones subalternas en nuestros tiempos.

En efecto, el fuerte debate contemporáneo sobre el objeto de estudio de la ciencia política, ha despertado al interior de las diversas escuelas de pensamiento enfocadas a comprender de forma analítica los discursos contemporáneos de la politología en el marco de los procesos intersubjetivos desde la capacidad del sujeto – político en interacción con la sociedad civil moderna en medio del sistema mundo-capitalistas. Discusiones teórico –metodológica enfocada a comprender la dimensión extensa de narrativas inmersas en el significado constitutivo del Estado, la sociedad, las instituciones, los movimientos sociales, las organizaciones socio-políticas, el poder, y los partidos políticos entre otros, por ello, se han convertido en el principal referente de estudio al momento de construir conocimiento propio de la politología que sea acorde a los intereses epistémicos de una disciplina cooptada por los dilemas de la colonialidad del poder.

Estas categorías han permitido que al interior de la politología, se constituya un cuerpo de conceptos, teorías y metodologías que se articulan con enfoques propios de la ciencia política y la sociología esta relación, según Oyhandy (2010) es un fenómeno paradigmático propio que tiene un carácter reflexivo entre campos como el poder y su relación con el Estado y la autoridad política que se refleja en la sociedad civil, siendo los temas de gran relevancia en lo concerniente del aparato investigativo de esta disciplina de las ciencias sociales.

La narrativa teórico – conceptual, que exponen estudiosos de la ciencia política con respecto a las formas de organización, desarrollo e institucionalización como: Sartori, G. (1969); Dowse and J. A. Hughes (1972); Bottomore (1993); Nash (2009) y Dobratz, Waldner, & Buzzell (2011), configuran discursos teórico-conceptuales basados en las teorías eurocentradas que desconocen elementos esenciales de la sociedad emergentes inmersas en la crisis civilizatoria, siendo un aspecto de gran relevancia en la tarea de tomar distancia con las discusiones monolíticos propias de tipo de politología estructuralista anclada en la reproducción de conocimientos funcionales a las escuelas tradicionales de la colonialidad del poder-saber.

Las dinámicas epistémicas que devienen de las formas de organización de los sistemas socio-políticos que existen en la sociedad moderna, simbolizan la posibilidad de comprender de forma analítica la dimensión de los sistemas socio-políticos que constituyen los factores institucionales de la realidad concreta que incorporan la comunidad, la autoridad, el Estado y el poder político entre otros. Sin embargo, consideran necesario llegar a un punto de interdependencia sobre el uso de los enfoques y metodologías que respondan a un determinado fenómeno de investigación relacionado a la fundamentación analítica de la politología.

De esta manera, la politología se ha considerado como un sub-campo disciplinar en disputa entre teorías de la ciencia política y la sociología, partiendo de su aparato epistémico –conceptual propio de teorías eurocentradas históricas que ha sido reproducidas por los diferentes programas de formación académico – investigativo, siendo un aspecto esencial al momento de comprender los discursos, prácticas y esquemas de aprendizaje en el ámbito del estudio sobre la política en las diferentes sociedad modernas. En efecto, dicha condición inter-epistémica se instituye en un panorama reconocido como un hibrido interdisciplinario que intenta combinar variables, conceptos, elementos, paradigmas y enfoques para el análisis de las categorías que configuran el plano de los estudios políticos enfocados en comprender los procesos endógenos de la política y exógenos de la sociedad civil que configuran un modelo de sociedad moderna-occidental (Sartori, 1969).

Una muestra de estas discusiones son las temáticas y enfoques que han caracterizado los debates existentes a lo largo de la historia en el plano de la ciencia política, la cual ha impuesto una serie de nociones sobre el papel de la institucionalización de la misma, al ser un tema de gran valía para un tipo de academia pensada desde los intereses pragmáticos, mediáticos y lineales de los programas, proyectos, corrientes y enfoques eurocéntricos del saber moderno-colonial. Por ende, la necesidad de superar las epistemes hegemónicas impuestas por grupos de poder colonizadores, los cuales desconocen y niegan experiencias alternas que configuran procesos de investigación desde abajo en el marco de la liberación de los pueblos en movimiento.

De este modo, las narrativas provenientes de paradigmas de investigación tradicionales, que han sido implementados en una visión de manual, catecismo, modelos y esquemas de la ciencia política, develan una serie de avances teórico-conceptuales, aunque con el paso del tiempo no responden de forma concreta a las necesidades que denota un área del conocimiento inmersa en problemáticas estructurales que instituyen los fenómenos socio-políticos de una sociedad, comunidad y gobierno en particular.

Las perspectivas teóricas hegemónicas que han constituido las narrativas de la ciencia política, son corrientes analíticas como: estructuralistas, funcionalistas, marxistas, analítico e institucionalistas (Oyhandy, 2010). Siendo un aspecto, que ha marcado los horizontes de los debates epistémicos sobre la configuración del objeto/sujeto de investigación que sea congruente con las necesidades y demandas que coexisten en las comunidades, movimientos y territorios.

Lo que implica, reconocer la lógica teorética de la politológica frente al uso de la dimensión política y social para así vincular elementos de la teoría sociológica destinada a la construcción del objeto de estudio y el reconocimiento de prácticas intersubjetivas propias del sujeto (Oyhandy, 2010:52). En el marco de los estudios políticos, toma relevancia la capacidad de realizar análisis profundos sobre las relaciones de poder, la autoridad, el gobierno, lo político y la política. Dichos campos se convierten en espacios de oportunidad que son característicos para comprender la figura paradigmática de los sistemas socio-políticos en sociedades modernas.

La fuerte tradición que existe en los procesos de investigación de la ciencia política, refleja esquemas y modelos de investigación desde las corrientes tradicionales y positivistas de las ciencias sociales, las cuales han impuesto un estatuto epistémico sobre la concepción de analizar el Estado, democracia, partidos políticos, instituciones, movimientos sociales, actores políticos y procesos electores desde la lógica de las teorías eurocentradas y hegemónicas propias de la colonialidad del saber- poder epistémico. Al mismo tiempo, el intento de promover un tipo de disciplina por parte de las escuelas del conocimiento, las cuales apuestan por la objetivación y la producción de teorías tradicionales que respondan a la constitución de discursos nomotéticos y posiblemente leyes orientadas a la generalización de un saber de carácter politológico.

La configuración epistémica de escuelas dedicadas orientar núcleos de conocimientos sobre la ciencia política, basan su formato en implementar los cursos de manuales, catecismos y folletos de como introducir elementos como el poder, acción colectiva y formas de dominación, parte de estos temas son de gran importancia para el estudio de las ciencias sociales. Sin embargo, las prácticas de investigar al interior de los círculos de poder académicos y universitarios se ciñen en establecer rubricas de escribir, publicar y difundir conocimiento bajo los estándares de las grandes corporaciones, redes de editoriales y cánones de universidades anglosajonas.

La creación de las redes, círculos y asociaciones de politólogos representan estructuras de poder moderno-colonizadoras, las cuales imponen decálogos de problemáticas, fenómenos y esquemas de hacer ciencia política al interior de los laboratorios universitarios (Martínez-Andrade, 2011). A su vez, la fuerza interior que coexiste en los grupos de poder hegemónicos de corte epistémico e investigativo, reflejan una agenda de reconocer, legitimar y legalizar una serie de productos o resultados académicos que son funcionales a los esquemas técnico-burocrático de hacer política, al servicio de los grupos tradicionales sumidos en las estructuras político-institucional al interior de la esfera pública-privada.

En efecto, la emergencia de teorías, debates y experiencias proveniente de los sectores excluidos y menos favorecidos de la humanidad. Muestran, una serie de agendas de corte colaborativa y asociativa basadas en la narrativa decolonizadora de aprender desde el sujeto en contravía de la objetivación de conocimientos modernos sumidos en la noción de comprobar, experimentar y validar evidencias empíricas que desconocen los componentes socioculturales de los sectores sociales en un espacios, tiempos y territorio en particular.

La crítica de carácter epistémico sobre la ciencia política en el campo de ser una disciplina científica/académica basada en el estudio del poder, deviene en la necesidad de establecer discursos plurales que sirvan como puente metodológico para articular redes, métodos y proyectos alternativos como eje de pluralizar los métodos, temas y fenómenos de investigar la política, tal como podrían considerarse los pueblos indígenas, comunidades negras, grupos de migrantes y mujeres entre otros, debido a su condición de sub-alternos frente a las amplias desigualdades del sistema mundo-capitalista.

El discurso dominante de la ciencia política eurocéntrica, responde a un conjunto de reflexiones e investigaciones sumidas en los enfoques promovidos por paradigmas anquilosados en las narrativas positivistas del conocimiento moderno. A su vez, se instituye en la imposición de una racionalidad instrumental que desconocen otras epistemes gestadas en las prácticas subalternas provenientes del sur global, parte de estas diferencias son el reflejo del largo trasegar que requiere el intento de la descolonización del saber politológico en Nuestra América.

Los problemas estructurales que subyacen en Latinoamérica, simbolizan un camino en construcción con el fin de establecer posibles rutas para investigar de modo horizontal y democratizador del saber. La tarea de ofrecer espacios para articular las teorías generales del poder, gobierno, ciudadanía, democracia y Estado son campos epistémicos que en la actualidad demandan la necesidad de constituir reflexiones de largo alcance sumidas en experiencias, casos y modulaciones particulares, lo que implica investigar de forma colaborativa o comunal en diálogo intersubjetivo del sujeto en comunidad.

La lógica de las epistemes tradicionales en el campo de la ciencia política, parte de exponer elementos sobre la necesidad de conceptualizar de forma general una serie de narrativas clásicas, las cuales buscan establecer un estatus quo hegemónico sobre métodos como: positivismo, racionalismo, empirismo y funcionalismo entre otras, en donde se establecen manuales, esquemas y modelos para analizar que significa la política, gobierno, Estado y sociedad civil.

José Javier Capera Figueroa es doctorante en Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (México) y Maestro en sociología política del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Politólogo de la Universidad del Tolima. Es también analista político y columnista del periódico el Nuevo Día (Colombia) y Rebelión.org (España). Correo: caperafigueroa@gmail.com  – http://josecaperafigueroa.blogspot.mx/. Parte de este artículo de investigación, fue presentado como conferencia en la “VII Cátedra SurColombiana en el programa de ciencia política”. Universidad Surcolombiana. Agradecemos la invitación hecha por el profesor Jesús Manuel Losada y la corrección de estilo realizada por la literata Indira Henríquez.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button