InternacionalPolítica

Qué decir sobre Nicaragua

AUTORA: JESSICA PERNÍA. ILUSTRACIÓN: ETTEN CARVALLO

Segundo Paso para Nuestra América.- Cuando cualquiera se dispone a tener noticias políticas sobre Nicaragua llueven los titulares y análisis que denuncian una dictadura, un régimen de persecución y censura, un gobierno autoritario que ataca a la iglesia, que viola derechos humanos u otros asuntos no menos importantes, sin embargo, cada fuente cita a la OEA, o la CIDH, o al Departamento de Estado Norteamericano y otro sin número de ONG´s y medios abiertamente opositores, lo cual genera bastante duda, fundamentalmente cuando se revisan también los triunfos electorales recurrentes y avasallantes del FSLN y de su líder Daniel Ortega, así como los índices de crecimiento social y económico de la nación. Cabe preguntarse entonces ¿qué decir sobre Nicaragua?

Revisar los números, sorprende. Nada más durante las elecciones generales del 2021 que ya cumplieron un año, Daniel Ortega ratificó su liderazgo con más del 75% de los votos a favor, del mismo modo que el Frente Sandinista de Liberación Nacional ratificó el suyo con 75 escaños de 90 para la Asamblea Nacional y 15 de 20 del Parlamento Centroamericano. Ni qué decir de las elecciones municipales de finales del 2022 en las que el Frente Sandinista conquistó en su totalidad las 153 alcaldías del país.

Otro factor para revisar son los índices de estabilidad económica alcanzados por el gobierno sandinista. A pesar de padecer las ya clásicas agresiones y sanciones norteamericano – europeas impuestas sobre las naciones no alineadas al imperialismo, el Banco Central de Nicaragua informó durante 2021 de un crecimiento sostenido que alcanzó un 10,3%, y que esperaban se sostuviera sobre el 5% durante el 2022, pese a la desaceleración en el penúltimo trimestre del año. Sin ir muy lejos el propio Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional catalogaron a la economía nicaragüense como la cuarta economía de mayor expansión en Centroamérica, del mismo modo que han reconocido una perspectiva económica favorable para Nicaragua en este 2023, debido a la política financiera que mantiene a la banca capitalizada así como a las medidas de gobernanza y anticorrupción.

Según algunos análisis desde el primer triunfo de Ortega en 2007 hasta el año 2017 ya el crecimiento económico estándar se alzaba sobre el 4% gracias a la inversión extranjera, las remesas, la producción agrícola, la manufactura y la exportación, ampliándose más adelante a políticas de corte macroeconómico, de ajustes en la paridad monetaria y de regulación del gasto público. La inversión se hizo una constante en áreas como infraestructura, telecomunicaciones, transporte, salud, educación y servicios públicos que se convirtieron en políticas para la calidad de vida que contribuyeron en el crecimiento del PIB, al menos hasta la crisis política del 2018.

 

 

La nefasta aplicación de la fórmula estadounidense

A pesar del sostenido desarrollo nicaragüense, la recesión económica superó los dos años consecutivos luego de la crisis política del año 2018 tras la reforma del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) sobre el sistema de cotización y pensiones que, según el gobierno, funcionarían para estabilizar las finanzas y compensar el riesgo de privatización a falta de liquidez que sostuviera el sistema de pagos.

La medida derivó en una serie de protestas violentas callejeras al modo “guarimbas” en Venezuela y al modo “golpe blando” en países como Ecuador o Cuba, práctica recurrentemente financiada por ONG´s norteamericanas, que en el caso lamentable de Nicaragua resultó en más de 200 personas fallecidas, producto de la confrontación entre manifestantes y fuerzas policiales.

En ese mismo contexto, el presidente norteamericano Donald Trump promovió una serie de medidas coercitivas y agresiones económicas contra la República de Nicaragua, firmando una orden ejecutiva que la declara como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional estadounidense, y decretando la Ley de Condicionalidad de la Inversión Nicaragüense que licencia sanciones contra el gobierno limitando su acceso al sistema internacional de créditos.

Esperaban con estas sanciones lograr reducir la inversión extranjera en la nación, tanto como obstaculizar la inversión pública producto de la estabilidad económica y las alianzas multilaterales; reducir los flujos económicos externos que daban oxígeno al sistema comercial, al sistema financiero y a la industria de la construcción e infraestructura, impactando así la solidez del gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Los efectos de la pandemia por COVID 19 hicieron lo propio para debilitar el proceso de crecimiento, y el paso de los huracanes Eta y Lota durante el año 2020 contribuyeron a un panorama difícil en materia económica y social. Sin embargo, gracias a las políticas de contención asumidas por el gobierno, el impacto económico negativo de la pandemia fue limitado y la contención de los daños tras las tragedias naturales estimados en más de 700 millones de dólares, fueron reconocidos por organismos internacionales como UNICEF.

Más adelante el fortalecimiento de actividades como la manufactura, la minería, el comercio, el turismo y las comunicaciones ayudaron a levantar la economía durante los años 2021 y 2022, gracias también a las diferentes alianzas internacionales con países potencia como China, Irán y Rusia; y con países de la propia región como Venezuela, Cuba y Bolivia, recibiendo inmediatamente y como contraparte un castigo más severo por parte de la administración Biden, que ataca a la dirección general de minas, administradora del oro y otros minerales, ente adscrito al Ministerio de Energía y Minas, así como restringe el ingreso de migrantes nicaragüenses a EEUU, y sanciona a funcionarios y políticos del país.

Ventajas en el panorama

A pesar de que también persiste una preocupación legítima de actores políticos dentro de Nicaragua que buscan hacer contrapeso en la búsqueda del equilibrio de poder, de la profundización revolucionaria, de la lucha anticorrupción y de medidas más eficaces en materia social y política, la verdad es que el gobierno de la revolución sandinista permitió superar con creces la herencia de miseria y desigualdad del período neoliberal 1990 – 2006, que derivó en una “parálisis nacional” como destacó el periodista nicaragüense Ervin Vega.

Es así que los índices, mediciones y evaluaciones internas y externas ofrecen un panorama esperanzador para Nicaragua, el país más seguro de Centroamérica, con las mejores carreteras de Centroamérica, la más grande red hospitalaria de Centroamérica, y con las mejores perspectivas a futuro de la región.

Se tendrán que contemplar aquí las ventajas que ofrece al panorama nicaragüense el fortalecimiento de la nueva ola progresista en la región y la posibilidad de reactivación de los organismos y alianzas regionales que puedan terminar de sortear y hasta sepultar el afán dominador imperialista sobre Nuestra América.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button