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Más países europeos promueven islamofobia

Segundopaso – En los últimos años, varios países como Francia, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Alemania y en estos días se ha sumado Suiza mediante un referéndum donde constan las propuestas que han sido firmadas por 10.000 ciudadanos.

Prohibición del uso del velo integral

Francia fue el primer país europeo en prohibir el uso del niqab tras una ley de 2010 que penalizaba “la ocultación de la cara en sitios públicos” y que se aplica a la calle, tiendas y lugares de la administración, así como al transporte público, edificios municipales y salas de cine. Ratificada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 2014, la ley impone multas de hasta 150 euros a quienes no la respeten. De igual forma en Francia según otra ley que se remonta a 2004, las muchachas musulmanas tampoco pueden vestir hiyab (el pañuelo que cubre el cabello, pero no el rostro) en los colegios públicos ya que está prohibido mostrar en la ropa “una ostensible filiación religiosa”, prohibición no se aplica a las universidades.

Sorprende que algunos países europeos y Francia principalmente que se jactan de su democracia basada en la “libertad” emitan este tipo de leyes totalmente excluyentes que responden a su pensamiento euro centrista y intereses de poder político y económico, donde el Islam solo es un pretexto, puesto que son países con gobiernos racistas y neofascistas que cumplen con la misión de implementar agendas anti islámicas.

En Austria está prohibido ocultar el rostro en lugares públicos de acuerdo con una ley de 2017 que prevé multas de hasta 150 euros. En 2020 el Tribunal Constitucional de Austria anuló otra ley de 2019 que prohibía a las niñas usar hiyab en las escuelas primarias.

En Bélgica está prohibido desde 2011 cubrirse el rostro con niqab en lugares administrativos bajo penas de siete días de prisión y/o una multa de entre 15 y 25 euros. Esta ley fue confirmada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 2017.

En Dinamarca, una ley de 2018 prohíbe vestir niqab en espacios públicos con multas de 130 euros que pueden llegar a los 1.300 euros en caso de reincidencia.

Desde 2017 Alemania prohíbe que las funcionarias y las soldados lleven niqab y les obliga a llevar la cara despejada totalmente durante el servicio. Sin embargo, el niqab no está prohibido en lugares públicos, aunque las que lo usen deberán mostrar el rostro cuando tengan que identificarse. En algunos estados, en la educación pública está prohibido el uso del niqab.

En Holanda una ley de 2019 prohíbe el uso del niqab en instituciones de enseñanza, en instituciones públicas, hospitales y el transporte, con multas de 150 euros, pero puede llevarse en la calle. En Italia y Suecia también existen restricciones en lo tocante al uso del niqab.

Ahora es Suiza

Los suizos prohibieron el domingo el velo integral que usan algunas mujeres musulmanas en un ajustado referéndum en el que se registró un 51,21 por ciento de votos favorables frente a un 48,79 en contra. Los resultados se incorporarán a la Constitución y se aplicará a espacios como restaurantes, comercios, el transporte y la vía pública.

Según un estudio de la Universidad de Lucerna, esta medida solo afectará a entre 21 y 37 mujeres que se estima que usan el niqab o velo integral de una población musulmana de aproximadamente 400.000, lo que representa el 5 % de la población total de 8,6 millones de habitantes.

La iniciativa del plebiscito fue propuesta por la formación conservadora Unión Democrática de Centro (UDC) y fue muy cuestionada y sectores de la oposición ya que no justificaba una ley dado el numero muy reducido de mujeres que lo usan. Por tal razón, se deduce que el interés estaba dirigido a desprestigiar el Islam, ya que el argumento que se usó fue que, con la prohibición se impedirán atentados terroristas y demás formas de violencia, al tiempo que se promocionará la igualdad de las mujeres musulmanas “controladas, oprimidas y cautivas”. Está claro que los mentores de esta ley no estaban interesados en los supuestos derechos de estas mujeres, sino provocar una reacción adversa al islam, vinculando la vestimenta con el terrorismo y el fanatismo, para provocar miedo de la población y recelo ante los musulmanes a través de su publicidad insidiosa, que hipócritamente dicen defender la “igualdad” de las mujeres musulmanas. Algunos medios europeos recogen algunas opiniones sobre este caso:

La “iniciativa” fue criticada por distintas organizaciones religiosas, grupos de derechos humanos y cívicos. Hace unas semanas, el Consejo Suizo de Religiones la condenó diciendo que la libertad religiosa debería proteger prácticas religiosas como los códigos de vestimenta.

El Consejo Central de Musulmanes publicó un comunicado señalando que el domingo fue un “día negro”. “La decisión reabre viejas heridas, contempla el principio de no igualdad y envía una señal clara de exclusión a la minoría musulmana… discriminando a una comunidad religiosa en particular”.  (Agencia EFE)

Inés al Shikh, miembro de un colectivo musulmán feminista, considera que se trata de “un claro ataque contra la comunidad musulmana… que estigmatiza y margina aún más a los musulmanes”. Por su parte, Amnistía Internacional lo considera una “política peligrosa que viola los derechos de las mujeres, incluido el derecho de libertad de expresión y de religión”.

Por su parte, la directora de Amnistía Internacional suiza para los derechos de las mujeres, Cyrielle Huguenot, ha avisado de que “la prohibición propuesta del velo no puede considerarse en modo alguno una medida para la liberación de las mujeres”. “Al contrario”, ha apuntado, “es una política peligrosa que viola sus derechos, y tendría un efecto especialmente negativo en las mujeres musulmanas”. (EUROPA PRESS)

“Su efecto es el contrario: propone sancionar a las mujeres por su elección de vestimenta y, al hacerlo, socava las libertades que Suiza afirma respetar y defender”, ha explicado Huguenot sobre la posible prohibición, que “entraña el riesgo de estigmatizar a mujeres que pertenecen a un grupo ya de por sí marginado, consolidando los estereotipos sobre determinadas personas e incrementando la intolerancia.”

La oficina de derechos humanos de la ONU en Ginebra expresó su consternación el martes de que Suiza se sume a otros países por “discriminación activa contra las mujeres musulmanas” en forma abierta y legal. Ravina Shamdasani, vocera de la oficina de derechos, reconoció que era un “tema controversial” y dijo que no se debería obligar a las mujeres a cubrirse el rostro, pero “el uso de la ley para dictar cómo deben vestirse las mujeres es problemático desde la perspectiva de los derechos humanos”.

Es notorio que los países llamados del primer mundo, no les interesa el bienestar de sus propios conciudadanos, pues con estos temas polémicos y controversiales desvían la atención de los verdaderos problemas sociales que ellos atraviesan, consumo de drogas y alcohol, trata de personas, alto porcentaje de suicidios que refleja su decadencia moral.

Suiza por ejemplo, consumen cada año unas cinco toneladas de cocaína, con valor de unos 330 millones de francos, de acuerdo con el Observatorio Europeo de la Droga y las Toxicomanías. Cada año, los problemas relacionados con la dependencia -sea de las sustancias o de los juegos de azar- provocan más de 11 000 muertes y unos costos sociales de unos 14 000 millones de francos.

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