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El Progresismo en América Latina: Relación entre Movimientos Políticos y Movimientos Sociales

Segundo Paso para Nuestra América.- El profesor argentino Hugo Ríos reflexiona acerca de los resultados de las elecciones del 11-A en Ecuador y sobre la necesidad de que el progresismo en América Latina fortalezca las relaciones entre los movimientos políticos y los movimientos sociales.

Para el analista político argentino Hugo Ríos, sí había esperanzas de que se restableciera el progresismo en Ecuador, con el eventual triunfo de Andrés Arauz, del Movimiento Unión por la Esperanza, pero la campaña electoral que emprendió su plataforma política no fue lo suficientemente buena; y la táctica, en relación al armado electoral, tampoco.

De acuerdo con Ríos, si bien “Ecuador es un país complejo, haber puesto a Correa como figura de la campaña creo que fue un error táctico, porque en Ecuador, como en otros países de América Latina, el anti progresismo o el anti correísmo es muy fuerte, y creo que los resultados eran bastante esperados, por lo menos para el análisis político”.

Hace una lectura del problema desde Argentina: “Nosotros resolvimos de otra manera el frente político electoral, incorporando a sectores que habían sido críticos al gobierno y, de alguna manera, trayendo votos de sectores que nunca hubiesen votado a un candidato duro, o del riñón, en este caso, del kirchnerismo, en Argentina, o del correísmo, en Ecuador”.

Afirmó que “a veces, hay que planificar mejor las tácticas electorales no poniendo solamente a los candidatos que nosotros queremos, sino pensando siempre en ampliar el campo propio. Después, obviamente, uno tiene que construir la hegemonía dentro de un movimiento o un partido político, con los sectores progresistas o más avanzados de ese movimiento; pero en los momentos electorales creo que siempre hay que ampliar la cantidad de votos y no se puede ampliar la cantidad de votos cuando ponemos a un candidato duro la nuestra línea política de cara a la sociedad o conjunto del pueblo, me refiero”.

Explicó que en su país se construyó el Frente de Todos, que aglutinaba desde el Partido Comunista Revolucionario, el Partido Comunista, el Partido Justicialista y el Partido Humanista, hasta sectores más conservadores. De modo que al integrar a muchos más espacios dentro del movimiento político, obtuvieron el resultado electoral que esperaban, el objetivo número uno que se habían planteado: la derrota del neoliberalismo y el macrismo.

Respecto de la posibilidad de seguir avanzando en la agenda progresista en América Latina afirmó que “me parece que sí, que hay que fortalecer las relaciones entre los movimientos políticos progresistas, nacionalista-revolucionarios, y me parece que lo que hay que consolidar son los movimientos de masas. Creo que hay algunos países donde los partidos y los movimientos de masa van de la mano, como puede ser el Partido Comunista de Cuba, el Frente Sandinista, en Nicaragua; el PSUV, en Venezuela; el PT, en Brasil, si bien ha sufrido algunas derrotas, y el peronismo en Argentina”.

“Me parece que el camino es ese: fortalecer los frentes de masas, fortalecer los movimientos políticos, nacional popular y revolucionarios, con una impronta progresista y que necesitamos construir una agenda común para Latinoamérica”.

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