Identidad

“Ser, o no ser, ésa es la cuestión”

Teología Ep. 2

Islamaldia – Todos los fenómenos que nos rodean necesitan una causa. Sin una causa, no existirían. Decir que los fenómenos pueden llegar a existir sin una causa implicaría que los fenómenos podrían llegar a existir sin necesidad de condiciones: cualquier cosa puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar.

Si el Principio de la Causalidad fuera falso, deberíamos haber sido capaces de encender un fuego en medio del agua, respirar agua, o saltar a la luna. Sin la ley de la causalidad, si nada requiriese de una causa, cualquier cosa sería posible.

Pues, si nosotros existimos, ¿quién es nuestra causa?

Considera una taza de té endulzado. Tanto el azúcar como el té endulzado pueden ser descritos con el adjetivo “dulce”. Hay, sin embargo, una diferencia fundamental entre la dulzura del azúcar y la de té. Si eliminamos la dulzura del té, todavía tendremos té. El té amargo es té, no alguna otra esencia. Pero ¿es el azúcar todavía azúcar si la desproveemos de la dulzura? El azúcar sin la dulzura no es azúcar.

Teniendo este ejemplo en mente, definamos ahora los términos “necesario” y “contingente”. Cuando analizamos la relación entre un ser y la existencia, ésta es, o necesaria, o contingente.

Si la relación entre un ser y la existencia es necesaria, ese ser debe existir necesariamente; es imposible que no exista. Este Ser se denomina “Ser Necesario”. Del mismo modo que el vínculo entre la dulzura y el azúcar es un vínculo necesario, así también la relación entre el Ser Necesario y la existencia es fundamental. El Ser Necesario evidentemente existe; la posibilidad de su no existencia es ilógica.

Un ser contingente, por otro lado, es aquel cuya relación con la existencia es dependiente en vez de necesaria. Así como la relación entre el té y la dulzura es contingente (el té puede o no ser dulce), así también la relación entre un ser contingente y la existencia es subjetiva: un ser contingente puede o no existir.

Ahora que hemos examinado y entendido el significado de los dos conceptos, consideremos la relación entre el Ser Necesario y los seres contingentes. Para una mejor comprensión de esta asociación, consideremos el siguiente ejemplo que puede ayudar. Cuando el fuego destruye una casa algunos oficiales son designados para que investiguen la causa del incendio. Lo que es obvio es que es imposible que el fuego ocurra sin una causa. El fuego es causado ya sea por factores naturales o por la gente. Este ejemplo muestra cómo todas las personas presuponen un principio muy básico y general, que es que, para que algo llegue a existir, o para que cambie de una forma a otra, es necesario que haya un agente que concrete la existencia o el cambio.

Imagínate una manzana roja. ¿Existiría esta imagen si no fuera por ti o por tu actividad mental? Sin lugar a dudas, la imagen mental de la manzana roja depende de ti para llegar a existir y permanecer en la existencia. Tú eres la causa de su presencia.

La relación entre el Ser Necesario y los seres contingentes es similar. El Ser Necesario es la causa existencial de todos los seres contingentes. Sin el Ser Necesario, ningún ser contingente podría existir, porque, como se ha explicado anteriormente, la conexión entre un Ser Necesario y la existencia es una relación esencial (como la relación entre el azúcar y dulzura), lo que significa que el Ser Necesario debe existir y es imposible que no exista. Por otro lado, la relación entre los seres contingentes y la existencia es dependiente; es decir, que pueden o no pueden existir, y para que existan, debe haber una causa que concrete su realidad. Esta causa es el Ser Necesario, que en la jerga religiosa es conocido como “Dios”.

Por lo tanto, como todo en el mundo es contingente, y los seres contingentes necesitan contar con un Ser Necesario, Dios es el Autosuficiente Creador del mundo que otorga existencia a todos los demás seres. Ahora podemos entender adecuadamente por qué Dios es Autosuficiente. Si Él hubiera necesitado de algo, habría sido necesaria la existencia de alguna causa que satisficiere la necesidad de Dios. Eso significaría que Dios necesita de una causa, mientras que es imposible que un Ser Necesario dependa de otro ser.

“Ser, o no ser, ésa es la cuestión”

 

El reloj

¿Alguna vez has echado un vistazo de cerca a las piezas de un reloj -los muelles, las ruedas y los piñones-?

Un solo reloj puede contener decenas de ruedas, piñones y otras piezas relacionadas. El movimiento de cada una de estas piezas genera el movimiento de una pieza anexa. La primera rueda mueve a la segunda, y ésta a su vez mueve a la tercera, y así sucesivamente. Si sigues el patrón de las piezas, puedes encontrar el muelle real, que es la fuerza motriz del reloj. El movimiento del muelle real no depende de ninguna otra parte en el reloj.

Ahora, imagina que un reloj contiene un número infinito de ruedas, todas las cuales fueron unidas entre sí, pero sin acabar en un muelle real. Obviamente, esa imagen es absurda. Es imposible tener una infinidad de ruedas que carezcan de un primer muelle real que las mueva. Este simple ejemplo demuestra la imposibilidad de lo que los filósofos denominan “regresión infinita” y que ellos consideran absurdo racionalmente.

Regresión infinita es el término empleado para sugerir una serie interminable de causas y efectos que no se remonta a una causa final donde la serie termina y comienza la cadena del agente causal. Es un escenario completamente absurdo. No puede haber un vasto número de efectos que carezcan de una primera causa o causa primordial. Los efectos, no importa qué tan numerosos sean, deben volver a una primera causa.

La carrera

Imagina que has sido convocado para participar en una carrera que ofrece un magnífico premio que tentaría incluso a la más frágil de las personas a probar fortuna. Sin embargo, para participar debes cumplir con una peculiar condición: para iniciar la carrera, debes esperar a que el otro corredor comience, y él también debe esperar que tú comiences a correr. Cada uno de los dos competidores puede empezar a correr sólo después que comience el otro. Obviamente, la carrera jamás tendrá lugar y ninguno de los dos corredores comenzara a correr jamás.

En la jerga filosófica, esta situación es denominada “círculo vicioso”. Un círculo vicioso indica una situación en la que una cosa depende, con uno o más intermediarios, de sí misma. El Fenómeno A depende del Fenómeno B, el cual depende del Fenómeno C, que a su vez depende del Fenómeno A: esto es una cadena circular de dependencia y es, por lo tanto, imposible. La razón por la que esta cadena circular es imposible es que A es, al mismo tiempo, la causa y efecto de C.

Formulando el Argumento Cosmológico

Sabemos que es un hecho que existimos y que hay otros seres aparte de nosotros que también existen. También sabemos que nosotros y todos los demás seres que percibimos alrededor nuestro, somos seres contingentes. La existencia de seres contingentes presupone la existencia de un Ser Necesario, porque, por un lado, es absurdo suponer que los seres contingentes se han causado a sí mismos, ya que ello constituiría un círculo vicioso, al igual que es absurdo suponer que existen sin una causa, ya que ello implicaría la regresión infinita.

Dado que se ha demostrado que tanto la causalidad circular como la regresión infinita son imposibles, podemos concluir que debe haber una causa necesaria de la que todas las otras causas y efectos – la totalidad de los seres contingentes- derivan. La fe monoteísta identifica a un Ser Necesario como la Causa Última de todo el mundo, que en el lenguaje religioso es denominado Dios.

Dios es el Ser Autosuficiente, Independiente, Autoexistente, que trae todo lo demás a la existencia.

Seyyed Said Shahmoradi

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