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Colombia, Más Cerca del Giro Político

Segundopaso – Uno de tantos escollos para arribar a la paz en Colombia surge de la corrupción de las altas esferas, las que permean a las capas más empobrecidas del país, así como el bienestar social y económico para los sectores más pobres podrá abrir esas posibilidades, dentro de las que se necesita crear industria para la generación de empleos y promover la seguridad para todos.

Estos son algunos de los puntos que se destacan en el ambiente que movilizó el voto en Colombia el pasado domingo 13 de marzo, donde se eligieron los 300 cupos en el Congreso, tanto para el Senado (108 cargos) como para la Cámara (188 cargos), además de elegir los candidatos presidenciales definitivos, pertenecientes a tres coaliciones políticas que se presentarán el 29 de mayo, los que fueron definidos en las urnas de votación, que han designado a: Gustavo Petro (favorito para la Presidencia) de Pacto Histórico, Sergio Fajardo (centrista) de la Coalición Centro Esperanza, y Federico Gutiérrez, de Equipo por Colombia, perteneciente a la derecha.

De acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia, institución organizadora de las votaciones, Gustavo Petro (Coalición Pacto Histórico) obtuvo casi 4, 5 millones de votos, Federico Gutiérrez (Coalición Equipo por Colombia) con 2 millones 121 mil 130 votos, y Sergio Fajardo (Coalición Centro Esperanza), con 715 mil 247 votos. Si hacemos una precisión, la coalición que más votos obtuvo fue el Pacto Histórico, con 5 millones 486 mil 474 votos, en segundo lugar, Equipo por Colombia, con 3 millones 918 mil 904 votos, y en el tercer puesto, Centro Esperanza, con un millón 840 mil 147 votos.

El comportamiento electoral en Colombia se remite a que la campaña de Petro logró cautivar a los ciudadanos en base a las expectativas que nacen de las posibilidades para implementar cambios reales en el país, considerando las opciones políticas continentales que se han elegido en Bolivia, Perú, Venezuela, Argentina y Chile, así como la gran eventualidad que Brasil también reelija al expresidente Lula, esto, porque bajo los gobiernos de derecha y los neoliberales han empobrecido a sus habitantes, por lo que Gustavo Petro y el Pacto Histórico podrían poner a Colombia en un camino de desarrollo alternativo, en búsqueda de incentivar la creación de fuentes laborales, entre otras chances.

El Pacto Histórico logró ser el partido más votado en estas elecciones colombianas, integrando mayoritariamente el Senado, que se renovó en estos comicios, pero hay que ser cautelosos con el devenir de la presidencial, a realizarse el 29 de mayo próximo.

La votación fue bastante numerosa, con una gran participación, logrando movilizar bastantes electores y recursos para pavimentar el nuevo proyecto político social, con casi 5 millones de votos para la posición de Gustavo Petro, quien posee todas las ventajas para ser el sucesor de Iván Duque.

El candidato derechista del Equipo por Colombia, favorito del uribismo, sector vinculado a la articulación de los falsos positivos, obtuvo una votación no despreciable, lo que le permite llegar a la votación en una posición no adversa de cara a la primera vuelta, pero no cuenta con la ventaja, si es que pretende los votos del centro político, que tampoco se consolidó verdaderamente, si se analizan los resultados en las parlamentarias.

Pero, el 29 de mayo será solo la antesala para dar paso a una segunda vuelta, ya que las definiciones no están consolidadas, y los votos no tan claros para que desde el centro se trasladen a la izquierda o pasen todos a la derecha, ya que es un pendiente, aunque sí hay más posibilidades que del centro pasen, en mayor porcentaje, al progresismo de Petro, y esto, por el momento político y social que vive Colombia, pero todo dependerá de las alianzas para la presidencial y la primera vuelta.

De acuerdo al ambiente colombiano en las redes sociales, Gustavo Petro ahora es más candidato del progresismo que de la izquierda en sí, no tan centrado en reforzar al Estado por sobre la esfera privada, dejando de lado la histórica lucha de clases, y en ese sentido, más decantado por la figura de Lula en Brasil que de otros procesos.

Otro aspecto que jugaría en favor para la campaña de Petro es el resultado que su sector logró en el Senado, y que, en el caso de llegar al Ejecutivo, le jugará a favor para su gestión, al que se podrían sumar parlamentarios del Partido Verde, del Partido Comunes, de las Circunscripciones Indígenas y Afro junto a algunos sectores del Partido Liberal, afines al proyecto político del Pacto Histórico. Sin embargo, no es una garantía absoluta para Petro, de vencer en la segunda definición.

El factor de riesgo, y de peligrosidad, es la semilla cultivada por el derechista Iván Duque, ya que en la costa del Caribe se produjeron renuncias masivas de los candidatos a los curules, debido a amenazas de muerte lanzadas por ultraderechistas, los que, a través de la coacción lograron posicionar al hijo de “Jorge 40”, eximio paramilitar que fue electo en las circunscripciones y otros departamentos.

Existen varios otros aspectos que afectan a estas elecciones, como el conflicto armado, la violencia política, irregularidades en el proceso electoral en ciertas zonas, y el cohecho para la compra de votos por parte de la derecha y los paramilitares.

Finalmente, según la Registraduría Nacional, el Pacto Histórico obtuvo casi el 16% de los votos, el Partido Conservador con 13,58%, el Partido Liberal con 12,73%, y la Coalición Alianza Verde y Centro con 12,03%, contando el Pacto Histórico con 17 senadores y 25 representantes en la Cámara, debiendo enfrentar un panorama en el que casi el 30% de los ciudadanos están indecisos.

Así, el senador y exguerrillero Petro fue ungido como candidato presidencial con una gran votación por el Pacto Histórico, siendo el favorito para el 29 de mayo. Por primera vez su sector tiene reales posibilidades en el Ejecutivo, lo que es catapultado por la crisis social y política que vive el país tras las históricas manifestaciones que vivió Colombia, similares a las de Chile, que terminaron con un importante giro político, lo que también se podría replicar en el caso colombiano, con Gustavo Petro como presidente del país a sus 61 años de edad.

 

Si se produce el cambio en Colombia, las nuevas autoridades podrán aplicar un trato distinto a la corrupción, así como empezar a poner fin al militarismo extremo que ha desangrado a la sociedad, debiendo hacerse cargo de los grupos paramilitares de ultraderecha vinculados al narcotráfico, ya que la desmovilización y el fin de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, se suponía también eran la conclusión del narcotráfico, el que, sin embargo, ha continuado operando en el país, despejando las dudas de quiénes estaban detrás de este tipo de organizaciones criminales, que no son otros que la ultraderecha y los paramilitares, quienes siguen lucrando con esta lacra social y engordando sus billeteras, las mismas a las que echaron mano para comprar votos, según las denuncias enviadas a la Registraduría Nacional.

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