Opinión

Progresismos: ¿reconfiguración de las izquierdas o reforma de las derechas?

AUTOR: ÁNGEL TORTOLERO LEAL. ILUSTRACIÓN: ETTEN CARVALLO

Segundo Paso para Nuestra América.- El progresismo es el estadio superior de los dogmas del discurso dicotómico del socialismo real. En consecuencia, en esta reflexión, se plantea como tesis a desarrollar que las ciencias sociales y políticas en el siglo XXI reenfocan la realidad con la construcción del progresismo y su praxis dialéctica desde lo concreto y en correspondencia con los retos de un nuevo orden emergente que se presenta ante el surgimiento de nuevos bloques de poder, antiimperialistas y contra hegemónicos.

Bipolaridad

Luego del descalabro de la bipolaridad política asumida como dogma en los discursos de las izquierdas y las derechas comprometidas en el siglo XX, surge la tesis*(1) que señala que: “En la retórica de los movimientos insurgentes, las ciencias sociales y políticas ajustaron la brújula para reenfocar la realidad, desde un ejercicio pleno de la dialéctica de lo concreto y en correspondencia con los retos de un nuevo orden emergente que se presentan ante el surgimiento de nuevos bloques de poder, antiimperialistas y contra hegemónicos”.

En ese sentido, signados por la perspectiva del método y en correspondencia con la episteme que se deriva del debate de las premisas del materialismo dialectico, el nuevo discurso socio histórico se entrega al ejercicio intelectual desde la complejidad, la intersubjetividad y la irreverencia cultural, su praxis y sus ideologías.

En consecuencia, se evidencia una resemantización de los significados y significantes dominantes en cada extremo y, a partir de allí, se rompe con los esquemas dicotómicos, con los cuales, de ordinario, se simplificaron los análisis, se afianzaron los discursos contrapuestos y se construyeron los aparatos políticos e ideológicos dominantes.

Ahora bien, en estos primeros 22 años del siglo XXI, parafraseando a Gramsci (1918), si bien “lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no nace”, hay que reconocer que la multipolaridad nos deja desnudos de ropajes doctrinarios e ideas fuerza dominantes, y en franca batalla contra el hegemonismo socio cultural de occidente, que a finales del siglo XX se asumió como el amo del mundo.

En ese sentido, el análisis dicotómico entre derecha o izquierda ya no tributa al desarrollo del pensamiento-acción que demandan los cambios culturales y políticos que van surgiendo, pues sus referentes en la praxis cultural ordinaria, a pesar de escudarse mayoritariamente en los preceptos de la social democracia (taller de reparaciones de los desmanes del capitalismo como sistema), no arropa el paisaje intersubjetivo, perdiendo espacio como modelo único e inmutable, ante una episteme que se des-construye desde sus cimientos para presentarse como abierta y plural, multiétnica y pluripolar.

 

Algo nuevo está naciendo

Sin embargo, en razón de lo antes planteado, es importante advertir que, en este siglo, los viejos y dicotómicos esquemas de la bipolaridad antes señalados, persisten en marchar en contra del progresismo insurgente, antiimperialista, descolonizador e intercultural, el cual supera las posibilidades desde la praxis, la persistencia del modelo hegemónico y su “ideología”.

En correspondencia, la promesa del advenimiento de un “nuevo mundo”, “un mundo feliz”, sin “contradicciones esenciales”, implícitas en el mensaje dominante del capitalismo depredador, que se despliega en los medios y redes occidentales, si bien ratifica las ideas de que “no hay nada que cambiar” y “todo vale”, pues la posmodernidad está en boga y desde los círculos intelectuales y políticos se impone con realismo (engañoso) que la vida es hoy, para hoy, sin antecedentes que la afecten en presente y sin futuro que conquistar, fuera de los predios de sus dominios hegemónicos.

En la cotidianidad y sus diversidades se reconfigura la política como praxis liberadora, caen las doctrinas absolutistas y se develan las ideologías dominantes, sus imposiciones y sus valores esenciales.

En ese marco referencial, surge el “progresismo” como una ideología que se sitúa, de forma general, en la izquierda del espectro político, aunque también se camufla en los discursos de la socialdemocracia, ya que por sus objetivos propicia:

  • Economía mixta
  • Redistribución de la renta
  • Igualdad
  • Justicia social
  • Laicismo
  • Democracia
  • Ampliación de libertades personales
  • Inmigración

Esto sin perjuicio de las valoraciones sociales, la división de clases sociales y la lucha que ello social que ello implica.

Ahora bien, el progresismo como nueva expresión de la real política en América Latinocaribeña, abre el debate entre la izquierda democrática y la derecha reformista, dos corrientes antagónicas que según Caetano (2019) marcan giros a la derecha en América Latina y amenazan la estabilidad ya jaqueada de las democracias del continente.

En consecuencia, no todo progresismo es de izquierda, ni toda la izquierda es progresista. Desde el punto de vista de las aspiraciones sociales, el progresismo se traduce como la máxima aspiración de los pueblos por lograr el Bien Estar y el Buen Vivir, en correspondencia con un mundo de vida autodeterminado y en función del logro de la mayor suma de felicidad posible. Por lo menos en América Latina así se evidencia en los gobiernos de Nicaragua, Bolivia, Venezuela, Cuba, México y queda como promesa por cumplir, en el resto del continente, donde los pueblos están ejerciendo sus derechos.

Claro está que, como proceso en construcción, el progresismo implica asumir grandes retos políticos y económicos de cara a la construcción de un modelo, productivo en lo económico y redistributivo en lo social, de cara a la justicia, el autogobierno popular y el desarrollo de las capacidades de toda la sociedad, aplanando la pirámide social y estableciendo la preeminencia de la justicia y de los valores históricos, culturales, colectivos y difusos en favor de todos.

En ese marco referencial, el progresismo es: la fase plena del desarrollo del socialismo científico y productivo, donde otro mundo es posible y por definición orgánica de su desarrollo, se distancia de la social democracia y su precario policlasismo, pues, a diferencia esta, su perfeccionamiento enfatiza lo colectivo, desarrollando todas las formas de propiedad posible, en perfecto equilibrio entre los actores sociales desde el poder popular organizado.

Por último, con el progresismo no se reconfigura la izquierda. Todo lo contrario, se afianzan sus valores éticos y morales y se hace praxis de su estadio de transición superior.

___

*(1) Una tesis programática cuyo debate está en pleno desarrollo enmarcado en el despeje fenomenológico, abierto e intersubjetivo. Por su enfoque, irrumpe en el discurso, des construyendo y construyendo una episteme que, sin dogmas ni pretensiones hegemónicas, hace énfasis en el debate necesario, liberador, descolonizador y comprometido con la praxis socio histórica, política y económica de cada pueblo de cara a un mundo de vida que pondere la interculturalidad con respeto a la autodeterminación que los son particulares a cada nación.

(*2) “No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. Karl Marx

Referencias Bibliográficas

-Javier Fernández Sebastián (dir.): Diccionario político y social del mundo iberoamericano II, Universidad del País Vasco-Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2014.

-J. Fernández Sebastián: «Democracia» en J. Fernández Sebastián y Juan Francisco Fuentes (dirs.): Diccionario político y social del siglo XIX español, Alianza, Madrid, 2002, p. 225.

-Freedom House (www.freedomhouse.org/); Polity Project (www.cidcm.umd.edu/polity/index.html); los datos de la Corporación Latinobarómetro (www.latinobarometro.org/); los indicadores de Governance del World Bank (www.worldbank.org/wbi/governance/govdata2010/), entre otros.

-El nuevo evangelismo político, Tema Central de Nueva Sociedad No 280, 3-4/2019, disponible en www.nuso.org.

-PNUD: «La democracia en América Latina», PNUD, Buenos Aires, 2004, p. 48.

-GRAMO. Caetano: «Desigualdad, desarrollo e inserción internacional. Una mirada crítica sobre la ‘década social’ y el ‘ciclo progresista’ en América Latina» en Estudios Interdisciplinarios en América Latina y el Caribe (EIAL) vol. 29 n.° 1, 2017.

-Margarita López Maya: «Socialismo y comunas en Venezuela» en Nueva Sociedad No 274, 3-4/2018, disponible en www.nuso.org.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button