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¿Qué hay detrás de la toma de Twitter por Elon Musk?

AUTORA: JÉSSICA PERNÍA. ILUSTRACIÓN: ETTEN CARVALLO
¿Qué hay detrás de la toma de Twitter por Elon Musk?

Segundo Paso para Nuestra América.- Diversos medios y autores han valorado la compra de Twitter por parte de Elon Musk no solo como un capricho -siendo Musk un usuario asiduo e “influencer” de la red- sino como una maniobra proyectista basada en sus intereses económicos y políticos. Sin embargo, como un centro de opinión pública con gran amplitud de usuarios, rapidez en términos de tiempo de publicación y brevedad en términos de longitud, para el magnate de la tecnología la red parece estar desaprovechada; por lo que merece cambios drásticos para explotar toda su potencia. Esta fue, en apariencia, la razón principal por la que recientemente logró comprar el 100% de sus acciones. Pero ¿Qué impacto tiene este movimiento para su emporio industrial? ¿Qué consecuencias trae para la era digital? ¿Qué reacciones se han dado en el mundo y América Latina?

El servicio digital de microblogueo o nanoblogueo Twitter, creado durante el año 2006, se acerca en la actualidad a los 400 millones de usuarios, convirtiendo a la “caja de texto” en una de las más populares redes sociales en internet.

Esta red, que alcanza ya 16 años, tiene como particularidad ser uno de los centros de opinión pública con gran amplitud de usuarios, rapidez en términos de tiempo de publicación y brevedad en términos de longitud.

Aunque en su comparación con redes como Facebook (que supera los 3 mil millones de usuarios a nivel mundial) parezca menos impactante, la verdad es que el flujo de información política, económica, social, cultural, entre otras, determina hasta las políticas gubernamentales de muchos países.

Sin embargo, para el magnate de la tecnología Elon Musk, la red Twitter parece estar desaprovechada, por lo que merece cambios drásticos para explotar toda su potencia. Es así que luego de comprar el 9,1% de la red, el 4 de abril de este año, apenas unos días después fue aceptada también su oferta para comprar el 100% de las acciones de Twitter.

Por esta razón se consolida, no solo como una empresa privada bastante rentable, sino además como una de las empresas más codiciadas para el manejo de datos e información; ahora, bajo la dirección y control de un solo hombre: uno de los más ricos del mundo.

EMPORIO INDUSTRIAL DE MUSK. CONTROL Y PODER

Hoy nos encontramos en la transición de la era de las cosas a la era de las no-cosas. Es la información, no las cosas, la que determina el mundo en que vivimos. Ya no habitamos la tierra y el cielo, sino Google Earth y la nube. El mundo se torna cada vez más intangible, nublado y espectral.

Byung-Chul Han

Según la teoría comunicacional, cuando los medios se convierten en un fin nos transfiguran como sociedad, incluso como especie. Pero cuando los medios corporativizados o conglomerados bajo el enfoque de la revolución digital son dirigidos a programar y controlar nuestra mente o nuestro comportamiento, nuestras decisiones, nuestra información individual, social, emocional o física inclusive, basadas en nuestros datos, cabe la pregunta: ¿Estamos frente a un cambio radical de paradigma?

 

Este es el contexto en el que la compra de Twitter parece tomar otra perspectiva que preocupa a muchos: el riesgo que significa el poder y control de las corporaciones privadas sobre el desarrollo de tecnología complementaria.

Y es que para nadie es un secreto que el emporio industrial de Elon Musk se enfoca, por un lado, en el desarrollo del OpenAI (basado en investigación para la inteligencia artificial – IA), y por el otro, en el desarrollo de tecnología de transporte. No quedan atrás ni la tecnología ciborg, ni la tecnología eléctrica, ni la tecnología aeroespacial, ni la tecnología criptomonetaria. IA financiera, IA eléctrica, IA de Transporte, IA Bio mecánica, IA aeroespacial ¿Qué faltaba? Controlar una red informativa y comunicacional.

Diversos medios y autores que siguen la pista de Musk han valorado la compra de Twitter no solo como un capricho, siendo Musk un usuario asiduo e “influencer” de la red, sino como una maniobra proyectista basada en sus intereses económicos y políticos.  La adquisición de Twitter, sin duda, le ofrece una nueva forma de influencia política, lo que beneficiaría sus otros intereses y negocios.

Esto tiene relación con la corriente de poderosos empresarios, fundamentalmente norteamericanos, que durante los últimos años se han dado a la tarea de comprar medios de difusión. Se citan entre ellos el The Boston Globe, comprado por el empresario John Henry, dueño mayoritario de los Medias Rojas de Boston; o Los Angeles Times, adquirido por el empresario local Patrick Soon-Shiong, incluso el The Washington Post, adquirido por Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon. Un artículo del medio Actualidad RT concluye al respecto:

Expertos de los estudiosos de la comunicación llevan décadas expresando su preocupación por el hecho de que la riqueza sin límites y la poca regulación estatal ha permitido a un grupo de empresas dominar la cobertura mediática en Occidente. De hecho, las compañías responsables de la mayor parte de los medios de comunicación en EEUU se han reducido de 50 en la década de 1980 a aproximadamente 6 en la actualidad, recuerda el experto Nolan Higdon en un artículo para CNA (Actualidad RT, 9 de mayo 2022)

En Twitter concurren usuarios que influyen en la realidad directamente con sus narrativas, incluyendo al propio Musk, capaz de hacer perder millones de dólares a la comisión de bolsa y valores de EEUU solo por publicar un Tweet. Todos estos influencers políticos y sociales posicionan la opinión sobre cualquier tema, direccionando decisiones o manifestaciones en todos los aspectos de la vida pública y privada, y es justamente este aspecto relacionado al poder sobre el discurso público y la materialización de acciones, lo que conviene en el control de la red.

REACCIONES EN EL MUNDO

A pesar de que el negocio ya está confirmado, y Musk ha hecho declaraciones sobre sus expectativas o ideas sobre el manejo de la red, en todo el mundo se han dado todo tipo de reacciones al respecto, unas moderadas y otras más extremas.

Una de las más reseñadas en diferentes medios es la de la Unión Europea, desde donde se aprobó recientemente la Ley de Servicios Digitales que busca regular a las redes sociales, servicios tecnológicos digitales y plataformas virtuales respecto al funcionamiento de los softwares o algoritmos, los términos de uso y la publicación de contenidos en internet (que aparentemente tiene como propósito luchar contra el abuso en el tráfico de datos y evitar los monopolios), quienes ya advirtieron a Musk que es bienvenido como nuevo propietario de Twitter, pero que no debe olvidar que en la Unión Europea hay reglas por cumplir.

En Estados Unidos, entre tanto, la contraposición entre las declaraciones a favor y en contra se desarrollaron fundamentalmente en el plano de lo político, dejando en evidencia el enorme influjo de la red frente a la realidad política norteamericana en el presente, así como el desafío que representará la puja electoral legislativa del próximo mes de noviembre y frente a las elecciones presidenciales del año 2024. Especialmente tras el impacto que las redes ya han tenido en anteriores procesos electorales.

En algunos portales se ha reseñado la compra de Twitter como bienvenida por el ala conservadora de la política norteamericana, conforme ha sido rechazada por el ala progresista.

El portal YouGov publicó una encuesta en que el 54% de los republicanos aprueban la compra de Elon Musk, mientras que solo el 7% de los demócratas están de acuerdo. Claramente esta compra se ve como algo positivo para la derecha política en nuestro vecino del norte. (El financiero, 28 de abril 2022)

Ahora bien, por experiencia propia, en América Latina sabemos la influencia de la red Twitter en la configuración política y social de nuestros países. Sin ir muy lejos, el predominio de esta red en la política venezolana determinó una evolución en el acceso a la tecnología y a la información desde que el presidente Hugo Chávez abriera su cuenta e invitara a las ciudadanas y ciudadanos al ejercicio comunicacional y la contraloría social a través de ella. Tampoco se podrá olvidar el impacto de esta red en la ola de violencia desatada por la oposición venezolana durante 2013, 2014 y 2017. Las sanciones y eliminación de las cuentas de diferentes personalidades del gobierno nacional, también han sido materia de análisis sobre el impacto y la censura de Twitter.

La experiencia boliviana no se queda atrás. Twitter fue una de las principales redes que sirvió para la promoción del golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Evo Morales en el año 2019.

También Twitter ha servido para la amplia promoción de candidaturas presidenciales, decisiones gubernamentales, promociones de diferentes políticas y campañas que han influenciado directamente tanto la opinión como la acción social en nuestra región. Pero, ¿qué pasará ahora que un magnate ególatra y todopoderoso controla la red? Tal vez no cambie demasiado la tendencia que ya ha tenido hasta ahora, tomando en cuenta que la red siempre ha funcionado como empresa privada con sus condiciones discrecionales y sus mecanismos de regulación privativos. Sin embargo, el hecho de que Twitter empiece a ser controlada por un solo hombre con tanto interés económico y político sin duda debe prender algunas alarmas.

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