El Suicidio y su Relación con el Sistema Capitalista

“Miles se suicidan cada año, y otras tantas sufren enfermedades mentales relacionadas no sólo con la estructura del capitalismo sino también con su esencia represiva”.

Esta nota fue publicada en el 2017 y ya se manejaban índices alarmantes de suicidios y alteraciones mentales que muchos estudiosos sociales han atribuido sus causas a la estructura capitalista y sus manifestaciones, como se verá a continuación.

La psicología social se ha encargado en señalar que el capitalismo es un sistema criminal que ha llevado al incremento de enfermedades y trastornos mentales. Una de cada cuatro personas padece alguna enfermedad mental relacionada con las condiciones de trabajo o estudio, además de los problemas económicos derivados de la sociedad consumista o la depresión, principal causa del suicidio.

La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detectado el incremento de enfermos mentales en los últimos años. H. Hurtado en su obra titulada “Alienación consumista y enfermedad mental en el Capitalismo” (2009) hace un análisis dialéctico de la relación entre economía y salud mental. El autor denuncia la relación existente entre la estructura económica consumista– capitalista y el desarrollo de problemas de tipo psicológico– existencial.

Resulta necesario buscar qué personas son más afectadas por los trastornos mentales. Dos franjas de edad son realmente significativas: el final de la adolescencia, cuando se presenta el mundo real y cruel al individuo, y la edad mediana, cargada de responsabilidades laborales, familiares y de pareja, así como de la máxima incidencia del rol social (Center for Disease Control and Prevention, 2010). En el plano cultural debemos señalar la música y la literatura como reflejo de la angustia existencialista que trataban precisamente de la incomprensión, el aislamiento y de una profunda angustia. En la literatura están repletos de relatos melodramáticos sobre el desamor, soledad, frustraciones, abandono, de parejas y familias que se desmoronan acompañadas de un escenario de sin sentido, ebriedad, violencia y muerte.

Émile Durkheim, considerado el “padre de la Sociología” entiende el suicidio como un hecho social y, por ende, prima las causas sociales a las psicológicas; lo que puede resultar acertado dado que la enfermedad mental, en un grado considerable, se desarrolla un determinado contexto social. El suicidio es un tipo de muerte socialmente estigmatizado y determinado por diversas causas. El factor económico y la calidad de vida serán elementos de nuestro análisis, el cual se enfocará en el suicidio melancólico. Según Emile Durkheim (1995), éste se relaciona con un estado general de extrema depresión. Por lo mismo, se plantea al suicidio como reflejo de la sociedad en un contexto económico neoliberal, como expresión de necesidades no satisfechas.

Con el advenimiento del coronavirus, acentuó los problemas de salud mental de muchas personas. Datos de estudios recientes muestran un aumento de la angustia, la ansiedad y la depresión especialmente trabajadores de la salud, que, sumadas a la violencia, los trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias, y las sensaciones de pérdida, son importantes factores que pueden incrementar el riesgo de que una persona decida quitarse la vida. La OPS advirtió que la pandemia por COVID-19 puede exacerbar los factores de riesgo de suicidio por lo; sin embargo, ya en años anteriores el índice ya era bastante alto.

A continuación, breves datos del suicidio en los últimos años en Europa:

PAÍSES                    AÑO     MUJERES      HOMBRES         TOTAL

España                   2020        1.011              2.930            3.941

Alemania                2019        2.204              6.900            9.104

Reino Unido           2018        1.256              4.116            5.372

Italia                      2018         874                2.914             3.788

Japón                    2018        6.180            13.851            20.031

Francia                  2017        2.091             6.298             8.389

Canadá                 2017        1.042             3.110             4.152

USA                      2017       10.381            36.726           47.107

En cifras absolutas, Alemania (10.200 muertos) y Francia (9.200) fueron los dos Estados miembros de la UE que registraron el mayor número de suicidios.

Solamente en el Estado español, 400.000 personas padecen esquizofrenia. La mitad de las personas que necesitan tratamiento psicológico o psiquiátrico que no lo recibe (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2006). Diez personas se quitan la vida cada día. Los expertos alertan de que la crisis sanitaria ha sacudido la salud mental: las tentativas se disparan entre los jóvenes. Cada día hay una media de 10 suicidios en este país. Uno cada dos horas y media. Fueron 3.671 en 2019, según el Instituto Nacional de Estadística. Es la principal causa de muerte no natural desde que en 2008 superó a los accidentes de tráfico —a los que ahora doblan—.

Los adolescentes son la imagen perfecta de la alienación, enfocando su atención en su aspecto físico y en satisfacer gustos ajenos, son víctimas de fobias sociales, del miedo al fracaso y a la opinión de los demás. En la mayoría de los casos, la esquizofrenia aparece en los últimos años de la pubertad. Se ha reconocido la influencia de los factores ambientales en el desarrollo de esta enfermedad. Gilles Deleuze y Félix Guattari relacionaron la aparición del capitalismo con los primeros casos diagnosticados de una enfermedad parecida a lo que hoy se denomina esquizofrenia (Asociación Mundial de Psiquiatría, 2007)

Competitividad y rezago social

El neoliberalismo es un modelo de desarrollo económico que supuso un periodo de crecimiento económico por la alta producción manufacturera, agrícola y metalúrgica que significaría la autosuficiencia en productos de consumo, por lo que se esperaba estabilidad financiera y recursos suficientes para la que la población obteniendo ingresos que le permitan la plena satisfacción de necesidades y una adecuada calidad de vida.

Sin embargo, el nuevo liberalismo, basado en estrategias de libre comercio de bienes y servicios, libre circulación de capital y libertad de inversión, ha ocasionado una falta de estabilidad en la sociedad, al demostrar dramáticamente que no tiene como objetivo la distribución equitativa de la riqueza; lejos de esto, construye y se yergue sobre una sociedad dividida en clases y estratos, una característica general del régimen capitalista. Esto es motivo de que las políticas sociales vean mermados sus presupuestos y no cumplen las expectativas de la población en cuanto a salud, educación, vivienda, vestido, abasto alimenticio, recreación y la seguridad tan esperada.

Por otra parte, el sistema capitalista ha sido precursor de la lucha individualizada del hombre por la supremacía, porque éste funge en la sociedad como ente funcional de una superestructura económica, donde se le concede un valor meramente económico, su esencia carece de identidad y tiene como fin último la competitividad; este valor central de la doctrina neoliberal incita una competencia entre naciones, regiones, empresas e individuos, y al ser introyectada en la sociedad se ejerce violencia como mecanismo para lograr los objetivos, o es una medida de escape por no haberlo conseguido.

El suicidio en el 2020 fue llamado la “pandemia silenciosa” que se cobró más vidas de jóvenes que el Covid-19. Los trastornos mentales se cobraron en ese año más vidas de personas menores de 50 años que el coronavirus.