LATAMPolítica

Nueva Crisis de la Deuda Externa en América Latina

El Endeudamiento Ilimitado Puede Destruir Una Sociedad y al Mundo.

Segundopaso – Los Estados latinoamericanos, financiaron parte importante de sus guerras de independencia, sus déficits y planes de desarrollo con fondos de los mercados internacionales en diferentes momentos históricos del siglo XIX y XX. En estas circunstancias, los países de la región, respondieron a repetidas crisis de las “deudas soberanas” y las renegociaron con Gran Bretaña inicialmente y, luego con Estados Unidos en momentos muy difíciles de sus economías.

La argentina Mónica Peralta Ramos, Doctora en Sociología, investigadora y docente en áreas de economía política, y antropología, en sus artículos menciona respecto a la dimensión colonial y geopolítica de la deuda externa, la crisis del sistema financiero internacional y las posibilidades que tienen los pueblos de resistir a los endeudamientos, expresa que:

 

  • El endeudamiento, tal como está estructurado hoy en día, es un arma letal para los países en desarrollo. Es un arma de succión de los recursos de los países. Es como un arma de guerra. El endeudamiento funciona con interés compuesto, tiene una lógica matemática que no se puede relacionar con la lógica de crecimiento de una economía, en la cual entran variables como la naturaleza, las cosechas o la productividad del trabajo; variables que no crecen exponencialmente como los intereses de la deuda, sino que tienen otro tipo de crecimiento, lineal. Entonces, si uno coloca una deuda a una tasa de crecimiento exponencial jamás se va a poder pagar.

 

Hace mención que esta situación responde al viejo drama de la humanidad: la usuraEs un mecanismo de dominación y de explotación descubierto tres mil años antes de Cristo, que fue prohibido a lo largo del tiempo en distintas culturas y lugares justamente, porque es un mecanismo de destrucción social. “No es una cuestión de ideologías, es una cuestión de vida humana: si es posible la vida social o no es posible.” La usura es un sistema de enriquecimiento ilícito que en los últimos doscientos años para acá se ha naturalizado, pues nadie cuestiona que haya una deuda con un crecimiento exponencial del interés que marcha hacia un callejón sin salida.

 

Es un tipo de capitalismo que maximiza ganancias en todos los niveles y uno de los mecanismos es el endeudamiento ilimitado, es decir, contraer una deuda imposible de pagar. Entonces se vuelve a endeudar para reestructurar esa deuda y, así sucesivamente, incluso le está pasando al “centro del universo”: Estados Unidos y los países más desarrollados tienen un endeudamiento brutal, que ha destrozado al sistema financiero internacional. El endeudamiento global ha llegado a un nivel que no ha tenido en la historia del capitalismo. Es insostenible, incluso para la primera potencia mundial.

 

Breve recuento histórico

En los años 1960 y 1970 muchos países latinoamericanos, especialmente Brasil, Argentina y México, pidieron grandes sumas de dinero a acreedores internacionales para llevar a cabo planes de industrialización, especialmente para programas de infraestructura.

Estos países tenían economías crecientes en aquel tiempo, por lo que los acreedores estaban dispuestos a seguir concediendo préstamos. Entre 1975 y 1982, la deuda latinoamericana con los bancos comerciales aumentó a una tasa anual acumulativa de 20,4%. Esto llevó a que Latinoamérica cuadruplicara su deuda externa de 75 mil millones de dólares en 1975 a más de 315 mil millones de dólares en 1983, lo que significaba el 50% del producto interno bruto (PIB) de la región. El servicio de la deuda (pago de intereses y de la devolución del principal) creció aún más rápido, alcanzando 66 mil millones de dólares en 1982, frente a los 12 mil millones de dólares en 1975.​ El crecimiento económico de los años anteriores había permitido situar a los países latinoamericanos en un lugar intermedio entre las economías más industrializadas y el resto del mundo, en vía de desarrollo.

 

En otra etapa, el endeudamiento en 2005 y 2011 es parte de la decisión de política económica de los distintos gobiernos sobre como impulsar el “crecimiento”, y las diferencias son claras cuando se ve la evolución de su endeudamiento de forma particular. Entre 2012 y 2016 se identifica el endeudamiento como una herramienta común en todos los países ante un problema estructural como es la restricción externa. La crisis financiera internacional, la caída del precio de los commodities y el propio crecimiento económico registrado en los años anteriores aceleraron la restricción externa en todos los países de la región, dando un fuerte impulso al endeudamiento.

 

Por la búsqueda de justicia entre norte y sur

Evidentemente, con la “crisis económica” provocada por la pandemia, el problema de la deuda en países de América Latina se ha exacerbado. Frente a ello una nueva investigación de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social –Latindadd– realizada por el economista Oscar Ugarteche, permite analizar el hecho de que cuando un país no puede pagar su deuda, es importante que exista justicia entre acreedor y deudor, que esta sea integral y que incorpore toda la deuda.”

 

  • En estos casos normalmente el deudor es del sur y el acreedor del norte, si se atiende esta crisis de deuda de manera oportuna, transparente, con un árbitro independiente para toda la deuda, donde participen todos los acreedores en un proceso de renegociación, el beneficiario final de esta relación más justa entre acreedores y deudores o entre norte y sur, es la población, incluso más vulnerable, las personas, mujeres, niños y niñas, los más pobres son los más beneficiados.”

 

Por otro lado, el investigador Ugarteche afirma que “los gobiernos perdieron ingresos fiscales y aumentaron los gastos fiscales, especialmente hacia el sector salud y la distribución de recursos con menores ingresos. La clásica subida de tasas de interés con una caída simultánea de los precios de las materias primas no se ha producido en esta ocasión, por lo que el problema que se enfrenta es nuevo. Esta vez el sector privado, también tiene problemas significativos al igual que los gobiernos, por esta y muchas otras razones propone que la condonación de la deuda para los países más pobres en este enfoque debe ser inmediata e incondicional, dado que no tienen capacidad de reembolso y que las condiciones que se les han impuesto han dañado aún más su capacidad de tener un desarrollo económico.

 

En algún momento en la década de 1980 se intentó formar un frente común ante la deuda. No se logró nada a nivel gubernamental, actualmente aparece un nuevo camino, según la Dra. Peralta Ramos, por un lado, hay una brisa de esperanza, porque en distintos lugares de América Latina hay elecciones y cambios de gobierno. A este nivel es necesario alianzas entre los países que no solo cuestionen la deuda, sino que estén en contra del endeudamiento y puedan reestablecer relaciones comerciales y financieras entre sí, para ganar fuerza y apoyarse los unos a los otros. Por otro lado, debe fortalecerse un movimiento de base que respalde estas acciones, las organizaciones sociales deben proponer y crear conciencia en la población y empoderarse para solidificar relaciones sociales en la solidaridad, la cooperación y e intereses comunes.

El endeudamiento ilimitado puede destruir una sociedad y al mundo. No es posible que una deuda crezca más que la economía.

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