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Panorama político de Perú. Parte I

Segundo Paso para Nuestra América.- El ascenso del profesor Pedro Castillo a la presidencia del gobierno de Perú no ha servido para atenuar los profundos conflictos políticos de la nación, fundamentalmente los relacionados a la coexistencia institucional democrática que han terminado profundizando las pujas de intereses entre poderes económicos, mediáticos, políticos y hasta religiosos, muchas veces al margen del propio bienestar de la población peruana. En esta primera entrega de la entrevista al abogado fundador y ex dirigente nacional del Partido Perú Libre, Eduardo Bendezú Gutarras, revisamos el panorama político y social de Perú, sus actores principales y el papel del presidente Castillo.

Jessica Pernía por la Fundación Segundo Paso para Nuestra América: Desde diferentes rincones de América Latina se observa la extensión de una crisis política en Perú relacionada a una contraposición de intereses políticos y de clase, de una ruptura de la coexistencia institucional y democrática entre los diferentes poderes públicos, sin dejar de mencionar la relación con la crisis económica global. Para iniciar ¿podrías ofrecernos un panorama general de lo que está sucediendo política y socialmente en Perú?

Eduardo Bendezú Gamarra del Partido Perú Libre: Sí hay un panorama global ciertamente. Esta crisis que no es producto de la invasión rusa a Ucrania, que muchos dicen es el punto de partida, es más bien generada por el reacomodo de las superpotencias. Está multipolaridad de actores globales, teniendo a China como punta de lanza ganando la mayoría de las jugadas políticas, economicas y diplomáticas a diferencia de Estados Unidos.

A nivel latinoamericano pues ha habido en este sentido una respuesta del neoliberalismo a la primera y segunda ola de gobiernos progresistas. En ese panorama debemos recordar que en el Perú se implanta una dictadura en el año 92 abierta al modelo neoliberal, que implicó la desaparición del tejido social. Es decir, antes de eso, las organizaciones sociales y los partidos políticos en general trataban de plasmar en el gobierno, en sus distintas instituciones, el enfoque que deseaban y tenían sobre el país. En la mayoría de los casos aportando, llegando a acuerdos. El mejor ejemplo fue la Constitución del 79 que a pesar de tener en su construcción una mayoría de promotores de derecha, hubo ciertos consensos y contrapesos con otros sujetos sociales y políticos. Creo que es la forma mejor lograda en el Perú de un proceso constituyente, el mejor antecedentepolítico y democrático que tiene nuestro país.

Entonces, desde el año 92 se tiene un estado abiertamente pro empresarial al que no le importa la vida de la ciudadanía. En cuanto haya comercio y haya negocio, que entre el dinero para sus bolsillos, pero sin progreso, sin desarrollo para el país y la ciudadanía. El asunto es que esto no podía aguantarse para siempre. Hubo diferentes acontecimientos históricos desde el año 2006 hasta el año 2016 que iniciaron una puja política sin precedentes entre la derecha fujimorista y ligada al ejército, la derecha empresarial/ banquera y al mismo tiempo la fuerza de una izquierda de tipo burocrática, ONGista, nacida de ciertos sectores “intelectuales”, que finalmente deriva en el ascenso de Pedro Castillo al poder.

Nosotros realmente teníamos un objetivo claro como partido, como Perú Libre, necesitábamos tener bancada y necesitábamos una o un representante más o menos conocido. Nuestro secretario general tal vez hubiese sido candidato pero fue muy cuestionado. Se busca entonces un personaje medianamente conocido y que provenga de las canteras populares. La verdad tampoco Pedro Castillo o el sector que representa dentro del magisterio era muy fuerte orgánicamente, o en todo caso, la orgánica en su totalidad no estaba con Pedro. Es así que quien asume el trabajo para la primera etapa de la campaña, de la primera vuelta, es el partido.

Perú Libre no es un partido grande, no hemos sido un partido grande, éramos pequeños, provincianos, era nuestra segunda elección a la presidencia, y bueno, se apoyó con lo poco que se tenía, principalmente redes, algo de logística. Sin embargo hay un elemento que empezó a ser llamativo: el sombrero. El sombrero de Pedro Castillo, un campesino, profesor, un profesor que habla como como la mayoría de los migrantes peruanos, como los andinos, que maneja moto, que que puede estar en la chacra, entonces eso es lo que crece como símbolo, una persona luchadora del común más llegada a nosotros.

Es así que pasamos una primera vuelta ahí en la segunda vuelta, pues yo creo que más bien fue una suerte de no perderla, porque teníamos todo para ganar de lejos pero realmente Pedro no tiene esa capacidad de 1 de explayarse y segundo digamos no había claridad dentro del del equipo. Bueno, donde sordo entonces fue un poco luchar para no perder más que para ganar. Y en esa situación parte las dos cosas más marcadas que tiene el Perú desde las clases ricas no está la del racismo y el clasismo, racismos y puntualmente el racismo, comenzaron a burlarse, no decir que ese señor no parecía profesor, parece a un obrero, parece a un canita, etcétera, ese fue el ataque.

Y el otro fue el terrorismo, pues terror térraba que representa el terrorismo. Menos mal se ve desgastado mucho este discurso, el fujimorismo. Y lo otro. Es decir que no estaba preparado lo que sea, pues más bien fortaleció un sector decir, oye, dejémosle la posibilidad de un campesino a un maestro. Otros intelectuales alternativos, otros intelectuales, no necesariamente izquierda se solidarizaron y así es cómo se gana.

Pero desde ese momento se declara una guerra, una guerra sin cuartel. Las instituciones tradicionales, la derecha tradicional en la instancias de poder no reconocen el triunfo, lo mismo pasa dentro del Congreso. Desde el inicio hablaron de vacancia. Fueron buscando justificaciones. Ahí vemos el labor de los medios de comunicación, con un acoso tremendo que busca desprestigiar la figura de Pedro y la izquierda.

Pedro al mismo tiempo empieza a tomar decisiones erráticas con los gabinetes, en la política, deciciones que no estaban en la misma línea de lo que se había planteado como proyecto político, como programa político. En muchos de estos errores está el tema constante de las cuotas de poder, que él amplió mucho a la derecha, muchísimo, entonces es un poco es el escenario que se abre para que la derecha recrudezca los mecanismos para aplicar el lawfare. Ciertamente hay un lawfare porque aunque Pedro no represente a la izquierda y el programa no sea realmente un programa de izquierda, llegó al poder democráticamente, y aún así está siendo ataque bajo un enfoque anticomunista, antiprogresista, racista y conservador, clásico del neoliberalismo, de la derecha; y ese es el escenario en que la política peruana se ha venido complejizando.

JP: El Presidente Pedro Castillo ha sido muy controversial en los diferentes momentos experimentados desde su ascenso al poder. Además de renunciar al partido Perú Libre que le sirvió de plataforma para su candidatura y tras evidenciarse una discordancia entre sus aspiraciones programáticas; enfrentarse a sectores de izquierda que lo acusan de traicionar las promesa de cambio; y así mismo a una derecha que sigue buscando alejarlo del poder ¿Cuál es la política o el programa político real que está implementando Castillo? ¿Cuáles son los actores del tablero político en Perú y cuáles sus ventajas o desventajas?

EBG: Los primeros actores son los partidos políticos. El fujimorismo que creo es la derecha más dura y hasta cierto sentido más inteligente, a pesar de ser unos enemigos nuestros, Renovación Popular del electo Alcalde de Lima, Rafael López, un fanático del sodalicio y toda esa cuestión del Opus Dei, un tipo cuestionado por cómo ha logrado fortuna; Avanza País que igual son una suerte de falangistas, Podemos Perú de negociantes; Alianza para el Progreso de César Acuña, también una suerte de negociantes que están en un día contigo al otro día no, y los otros sectores de izquierda muy dispersos.

Perú Libre que ha mermado bastante y que lastimosamente no ha demostrado tampoco una uniformidad ni claridad al momento de plantear las posturas en el Congreso; Juntos por el Perú que ahora ha cambiado de nombre y que es pequeñito; y que son una suma de individualidades más que un grupo organizado. Por otro la gente del señor Bermejo que es otra historia, salió de Perú Libre, ha sabido acercarse al Presidente Pedro y ahora mismo tienen mucho poder, tiene varios ministros pero que digamos están por aquí y por allá, hacia el público tienen un discurso pero hacia los ministerios no hacen nada, entonces ahí están los grupos de poder. También está el sector de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP) que tienen la confederación más grande del país, principalmente con instituciones bancarias y de inversiones, y que demuestra que tampoco todos están apostando por la salida de Pedro, porque recordemos que el Perú va tener un crecimiento de más del 3% este año, 3% del PBI superior al del año 2019 antes de la pandemia; eso ha permitido bajar varios impuestos a empresas como los grandes restaurantes y los casinos de alta gama. No hay un incremento de la base tributaria ni de los tributos, no hay limitaciones en las exportaciones, es decir no se ha ejecutado ninguna política que se puede decir de izquierda, al contrario, se ha ido flexibilizando sistemáticamente y por ahí se entiende que algunos sectores de empresarios no lo quieran sacar al Presidente, les conviene.

Incluso algunas ONG´s ligadas a las investigaciones anticorrupción contra el gabinete de gobierno y el propio Presidente Castillo, al inicio atacaban recurrentemente al gobierno pero ahora han ido bajando los niveles de crítica, de ataque, haciendo ver que hay ciertas órdenes por ahí, además de que las denuncias caen de verdad en lo ridículo, porque todas son especulaciones de “me dijo”, “le dije”, “me escuchó”, pero nunca hay pruebas materiales contundentes.

Lastimosamente la Fiscalía que no es un poder del Estado sino un órgano autónomo, está jugando con los partidos políticos de derecha y con los medios de comunicación, los grandes medios, los monopólicos medios, los uniformes o unilaterales medios de comunicación que están evidentemente contra Pedro Castillo y lo atacan de manera constante. Aquí se suma la Iglesia católica, algunas iglesias evangélicas y algunos gremios, incluso algunos representantes de comunidades campesinas. También aquí se encuentran algunos pequeños medios de comunicación disidentes.

El panorama aquí es claro: todos los medios grandes están con la derecha quieren tumbar al Presidente, principalmente porque se les ha cortado grandemente la publicidad. Si ellos en promedio tenían una publicidad anual de 720 millones de dólares, ahora pues tendrán la décima parte; y más bien el gobierno ha aumentado esa inversión en publicidad a los medios de provincia, alternativos e independientes que han mostrado ser muy eficaces al llegar a otros sectores, a los jóvenes, a los campesinos, a los ex militares, a los reservistas.

Al mismo tiempo Pedro Castillo ha promovido una política de recibir a los gremios, a las organizaciones y movimientos en el Palacio de Gobierno. Casi todos los días hay actividades de gremios legítimos o no, masivos o no, lo que sea, pero todos los días hay gente del pueblo que nunca había entrado al Palacio de Gobierno, nunca se había reunido con el Presidente, con los Ministros, aunque todo siga en modo automático pues aún no hay reformas, ni políticas reividincativas importantes, sin embargo están ahí conversando, atendiendo, aunque no se haya tocado un ápice la administración pública. Este es el escenario, estos los actores y este el programa político que Castillo ha podido ejecutar en medio de este entramado de pugnas de poder.

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