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Ucrania y el fracaso de su contraofensiva.

SegundoPaso conoSur – Durante los últimos tres meses la propaganda occidental, abundante y con recurso ilimitados ha inundado los medios televisivos, radiales, gráficos, las redes sociales del planeta, para sostener que el régimen de Kiev avanza a paso decidido y con resultados positivos, en su contraofensiva contra el ejército de la federación rusa. Esta narrativa no sólo es un fiasco, sino que simplemente es la muestra de la impotencia de Washington, la Organización del Tratado del Atlántico Norte -OTAN- y el propio régimen kievita de no poder ocultar que su mentada contraofensiva

El ejército ucraniano, sus batallones nazis Dnipro y Azov, junto a los mercenarios contratados han sufrido enormes bajas tanto en efectivos militares: muertos y heridos, junto a las monumentales pérdidas materiales propias y aquellas entregadas por Washington y la OTAN: tanques, sistema de misiles, almacenes militares, drones, sistemas de artillería, blindados, vehículos de transporte, aviones y helicópteros entre otros. Recordemos que esta denominada contraofensiva se inició el día 4 d junio pasado en las direcciones de ataque en el sur de Donetsk, Zaporozhie y Artiómovsk. En sus afanes, la pérdida diaria de efectivos, informado por el ministerio de defensa ruso, tiene una media de 300 militares, que desangran a un ejército que debe sumar a mercenarios y apoyarse incluso en efectivos occidentales situados, fundamentalmente, detrás de las líneas de ataque. Artiómovsk fue uno de los sitios donde el desangramiento ucraniano fue monumental

El pasado mes de julio, medios de comunicación europeos, como es el caso de euronews daban a conocer – citando a un diario estadounidense que “El Ejército ucraniano ha perdido cerca del 20 % de su armamento y vehículos, incluidos los extranjeros, durante los primeros días de la contraofensiva. Así lo sostiene el New York Times citando a “funcionarios europeos y estadounidenses” y son precisamente estas fuertes pérdidas las que habrían obligado a Kiev a frenar dicha contraofensiva y a replantearse su estrategia”. El propio New York Times afirmaba en un artículo sobre el frente de guerra que “la batalla por Neskuchne – uno de los poblados mostrados por occidente como éxito de la contraofensiva- sirvió como una advertencia temprana de que las esperanzas de Kiev y los aliados occidentales de una victoria rápida no eran realistas y que cada kilómetro de avance sería un enfrentamiento agotador”

Los mitos sobre “victorias pasadas” dadas a conocer por Kiev y las empresas de relaciones contratadas para generar un clima positivo y los medios de comunicación occidentales, alineados 100% con la postura de Washington y la OTAN, ya no ayudan al régimen kievita. El análisis militar más fino, incluso en editoriales y artículos escritos en esos medios pro Otanistas comprenden perfectamente que la toma de algunas zonas pequeñas de las regiones de Járkov y Khérson estaban claramente vinculadas a un repliegue táctico, previsto y metódico de las tropas del ejército ruso, para realizar labores de reagrupación en zomas más favorables y así alcanzar líneas de batalla más ventajosas. Tal fue la decisión, por ejemplo, de salir de la orilla occidental del Dniéper y alcanzar su orilla oriental.

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