Lula y la verdad: Israel es una sociedad de extremistas

Volviendo a verdaderos seres humanos, lo que me generó la conducta de Lula, sus declaraciones no sólo fue orgullo, sino que me trajeron el recuerdo de las numerosas agresiones sufridas por el pueblo palestino y en especial en los últimos 20 años por la Franja de Gaza. Me viene a la mente cada una de las agresiones y procesos de exterminio sufridos por el pequeño enclave palestino de cara al mediterráneo. En la última década el ataque sangriento contra gaza el año 2014 que significó el asesinato de 2.500 palestinos, 10 mil heridos y destrucción de gran parte de la infraestructura de servicios de Gaza. Recuerdo, igualmente el año 2018 cuando en la frontera artificial tejida por el régimen israelí contra la Franja de Gaza comenzó un lento, sostenido y criminal proceso de exterminio de manifestantes palestinos – que cada viernes desde marzo de ese 2018 se instalaban frente a las tropas sionistas para exigir sus derechos en lo que se denominaba “la gran marcha del retorno” – francotiradores SS (soldados sionistas) disparaban en forma criminal, artera, perversa contra hombres, mujeres y niños. Medio millar de asesinados en más de un año de proceso que no significó, en modo alguno, que occidente desgarrara vestiduras en defensa de los derechos humanos del pueblo palestino y se condenara al régimen nacionalsionista por crímenes de lesa humanidad, con la intensificación, además del bloqueo total contra Gaza extendida ya 12 años (2). Simplemente se convirtió en una más de las acciones exterminadoras y criminales de las tropas SS israelíes.

La opinión generalizada es que la perversión frente a tamaños actos de asesinatos, en el marco de las manifestaciones palestinas por el retorno, superaban todo límite. Esto, pues el ejército nacionalsionista disparaba a hombres, mujeres y entre ellos niños sin distingo alguno. La depravación moral de esa sociedad representada en esa soldadesca se expresaba en que los disparos no eran azarosos. Cada bala tenía un destinatario preciso: deportistas entonces se les disparaba en la espalda para dejarlos inválidos, en las rodillas para impedir su labor deportiva. Periodistas para impedir la difusión e los crímenes del nazisionismo. Disparos a personas con discapacidades. Ráfagas mortales contra jóvenes cuya única arma era piedras. Asesinar a menores de edad donde el disparo a la cabeza era el objetivo. Descargas mortales al personal sanitario de tal forma que no pudieran cumplir su labor. Así transcurrió el año 2018 y parte del 2019. Vinieron los asesinatos del año 2020, 2021, 2022 con centenares de víctimas. Sólo el año 2023 entre el 1 de enero hasta el 6 de octubre la cifra de asesinados palestinos superaba los 350 hasta que la lógica reacción de la resistencia palestina le mostró al mundo que la lucha de su pueblo no dormía. La Operación Tormenta de Al Aqsa sacó de la invisibilización aquello que el sionismo quería enterrar.

Un promedio de 350 asesinatos al año, que desde el 7 de octubre del 2023 hasta el cierre de este articulo – domingo 18 de febrero del 2024 – ha aumentado en cuatro meses de crímenes en 30 mil asesinados, el 70% de ellos mujeres y niños. Más de 80 mil heridos, diez mil palestinos bajo los escombros y la destrucción del 75% de los edificios y casas de Gaza, además de hospitales y escuelas. Sumemos el millar de asesinados en Cisjordania, principalmente en las ciudades de Jenin y Nablus. Una conducta que ha llevado al régimen sionista a la Corte Internacional de Justicia – CIJ – gracias a la presentación de Sudáfrica y que ha dejado al descubierto, no sólo los crímenes de Israel sino también la consabida hipocresía d ellos organismos internacionales como esta institución que ha sido incapaz de exigir el cese del fuego genocida israelí y más bien, mediante un lenguaje sibilino afirmó que “el régimen israelí debe tomar las medidas para impedir un genocidio y al mismo tiempo impedir la incitación la genocidio. Dando plazo hasta el 26 de febrero para que dé a conocer a esa CIJ las medidas tomadas.

¿Cuál es el límite de la perversidad en un ser humano? Perversión como sinónimo de vileza, maldad, depravación, que es el campo semántico que me interesa desarrollar, ajeno al concepto psicoanalítico de perversión vinculado a la sexualidad ¿Hasta qué punto una persona es capaz de generar acciones destinadas a destruir y asesinar a otros seres humanos? ¿Tiene límites morales el sionismo y aquellos fanáticos terroristas, que tienen esta ideología como dogma de fe? (3). El régimen israelí, día a día, comete nuevas y más atroces acciones contra Palestina y su pueblo, comprobando, que en materia de violar los derechos de los hombres y mujeres que habitan esta tierra, de infringir el derecho internacional y en ello ser apoyado por países cómplices de la ocupación y colonización, es una entidad que se supera, cínica y criminalmente, en forma permanente.

Al menos que exista un reconocimiento, para aquel que se destaca en ocupar, colonizar, asesinar y generar un sistema de apartheid en Palestina, esa superación sionista sólo visualiza la necesidad de derrotar a quien hace de la muerte de otros seres humanos su forma de concretar una identidad nacida en oscuras maniobras entre las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial. Países sometidos a una especie de “crisis de conciencia” frente a los crímenes cometidos por el nacionalsocialismo en los años de esa guerra. Lo sintomático es, que el sentimiento de culpabilidad sólo favoreció a las víctimas judías, pero no a millones de soviéticos, gitanos, presos políticos alemanes, deficientes mentales entre otros. Una realidad que muestra la habilidad del lobby sionista en masificar su “esclarecimiento” su hasbará que ha inundado al mundo con sus historias y mitos históricos y religiosos (4) destinada a higienizar una sociedad mayoritariamente amoral, violenta y desquiciada.

Hasta antes de este proceso de exterminio, de “plan de solución final” al estilo del Tercer Reich contra los europeos de creencia judía, después de cada agresión militar, de la labor de terror llevada a cabo por los colonos extremistas que se asientan en Cisjordania. Después de cada “operación de nombre Hollywoodense” israelí que se salda con innumerables muertos palestinos: niños, mujeres, hombres, destrucción de su escasa infraestructura. Miles de heridos, encarcelados, bloqueos, castigos colectivos, cierre de escuelas, corte de agua y energía. Tras cada acción calificada abrumadoramente como criminal, algún personaje de cierta relevancia solía decir “Necesitamos reactivar el proceso de paz entre Palestina e Israel” y con ello creían haber descubierto la rueda o algún proceso político de nueva hornada, que traerá la paz a Palestina, desconociendo la conducta llevada a cabo por Israel, en forma crónica desde su nacimiento. Hoy no existe posibilidad alguna de hablar de proceso de paz o negociación con el sionismo, sólo se puede aspirar a su eliminación como ideología atentatoria contra la humanidad. Aplicar la carta de las naciones unidas y en su capítulo VII, artículo 42 que señale al régimen infanticida israelí como una amenaza a la paz y con ello tomar las medidas destinadas a su eliminación total.

¿A qué proceso de paz o negociación nos referimos cuando salta a la palestra este llamado? Pues, a ninguno. No existe tal desarrollo de conversaciones, no existe tal posibilidad de paz, pues todo murió desde el momento que se firmaron los Acuerdos de Oslo, cuyo incumplimiento consolidó la sospecha que la autodeterminación del pueblo palestino era sólo una charada, un anzuelo para pescar incautos. Un señuelo destinado a ganar tiempo, para que el sionismo comenzara a concretar su obra exterminadora con objetivos evidentes: Servir como punta de lanza de los intereses globales del imperialismo. Dominar Palestina, sus recursos acuíferos y de hidrocarburos en la costa gazetí. Controlar la frontera con el Líbano, Siria, Jordania y Egipto respondiendo a los intereses de la triada conformada por el imperialismo, el wahabismo saudí y el sionismo, haciendo así inviable la posibilidad de un Estado Palestino manteniendo una hegemonía occidental con lacayos regionales. Exterminar, al fin y al cabo, el pueblo palestino bajo el plan de solución final para “el problema palestino” según la idea racista y nacionalsionista de la casta gobernante civil y militar de Israel.

Lo que queda es apoyar la lucha del pueblo palestino. Apoyarlo política, diplomática, económica y militarmente. Incrementar la campaña global por el Boicot, Desinversión y sanciones contra el ente israelí. Llevar a su s cuerpos dirigentes y militares, incluyendo a los colonos terroristas a ser juzgado en una Tribunal internacional, con penas severas que implique penas de muerte, cárcel e impedir que la ideología del sionismo sea reestablecida. Concretar una política internacional al estilo de los tribunales de Nuremberg y Tokio. Juzgar y aplicar penas de muerte, cadenas perpetuas y castigos que impidan volver a levantar una ideología como esta que se ha definido como racista, segregacionista y destinada a excluir todo aquel que no se Goyim. Difundir las palabras certeras y valientes del presidente Brasil Luiz Inacio Lula da silva que ha definido a Israel como lo que es “un régimen genocida”.

El mandatario brasileño en la Cumbre de la Unión Africana en Adis Abeba, capital e Etiopia no sólo denució el exterminio del pueblo palestino a manos del régimen de Netanyahu, sino que comparó las acciones de su gobierno y ejército con las campañas del nacionalsocialismo hitleriano durante la II Guerra Mundial. “lo que está sucediendo en la Franja de Gaza no es una guerra, es un genocidio. No es una guerra de soldados contra soldados, es una guerra entre un ejército muy preparado y mujeres y niños. Lo que está ocurriendo con el pueblo palestino no ocurrió en ningún otro momento de la historia, es un castigo colectivo. En realidad, ocurrió cuando Hitler decidió matar a los judíos”

El poeta nacional palestino Mahmud Darwish nos refiere, que el combate de su pueblo tiene un componente esencial a la hora de entender el campo de batalla en que se libra esa lucha contra el opresor: el campo de la memoria. En el sentido que uno de los actores, el sionismo, pretende borrar, eliminar, invisibilizar la memoria de un pueblo milenario, su historia, su lengua, comida, el vestuario, su arqueología, en esencia su cultura, mediante un proceso de judaización. El otro actor, el pueblo palestino, a pesar de una política de exterminio puesta en práctica desde el momento mismo que nace la entidad sionista, lucha día a día para que esa memoria permanezca, porque está presente aún en las condiciones más adversas.

Una Palestina indomable, que haciendo uso de todas las formas de lucha resiste, para gloria de sus hijos e hijas y para la admiración de todos aquellos que creemos que más temprano que tarde Palestina será capaz de alcanzar su plena libertad. Objetivo que se compruebe al conocerlos en Ramallah, Bayt Lahm, en Ariha, Beit Jala, Beit Sahour, Al Jalil, en Al Quds y al observar su resistencia empecinada en la Franja de Gaza.  Al hablar con sus hombres y mujeres, al verlos orgullosos exhibir su identidad como palestinos, a pesar de la ocupación, colonialismo y apartheid que ha soportado por siete décadas. El Sionismo podrá superarse en materia de buscar nuevos mecanismos de muerte, en seguir ocupando, colonizando y exterminando la tierra y al pueblo palestino.

Pablo Jofré Leal

1. https://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=19715
2. Seis meses después del inicio de esas manifestaciones palestinas denominadas “la gran marcha por el retorno”. Amnistía Internacional señalaba en un informe que “durante años – desde el año 2006 para ser más precisos – la población civil de la Franja de Gaza, compuesta en un 70% de personas registradas como refugiadas provenientes de zonas que ahora son parte de Israel, han sufrido las devastadoras consecuencias del bloqueo ilegal impuesto por ese país, además de las tres guerras que también se han cobrado un precio elevado en lo que a infraestructuras esenciales se refiere y han debilitado aún más el sistema de salud y la economía gazatíes. Debido a ello, la economía gazatí se ha contraído marcadamente, hasta el punto de que la población depende casi por completo de la ayuda internacional. Gaza tiene ya uno de los índices de desempleo más altos de mundo, del 44%. Cuatro años después del conflicto de 2014, unas 22.000 personas seguían internamente desplazadas, y miles sufren graves problemas de salud que requieren tratamiento médico urgente fuera de la Franja de Gaza” https://www.amnesty.org/es/latest/campaigns/2018/10/gaza-great-march-of-return/ Una constatación que si la hace hoy debe multiplicar las cifras y concluir que nos encontramos ante el mayor proceso de exterminio del pueblo palestino a manos del régimen nacionalsionista israelí. 
3. https://palestinalibre.org/articulo.php?a=68135
4. https://www.hispantv.com/noticias/opinion/396356/israel-sionismo-crimenes-palestinos