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Chile: La reagrupación de la izquierda es el futuro

ENTREVISTA A MICHEL BONNEFOY REALIZADA POR JESSICA PERNÍA

Segundo Paso para Nuestra América .- Con esta tercera entrega del seriado “Chile en el Contexto Electoral” culminamos esta aproximación a la situación política de ese país austral, luego de la segunda vuelta presidencial. Revisamos junto a Michel Bonnefoy los desafíos tras la situación político electoral chilena, su visión sobre el futuro próximo, el papel del ahora Presidente, Gabriel Boric, la confianza en la reagrupación de la izquierda y el empuje por hacer propuestas de cambio más profundas, de las que ya plantea el programa de la coalición Apruebo Dignidad.

Jessica Pernía (Por SPNA): Los dos candidatos que buscan relevar a Sebastián Piñera en la presidencia de Chile, tienen programas políticos radicalmente opuestos: Kast, de ultra derecha, defiende el modelo neoliberal, sumando una fuerte arenga antiinmigrantes y antimapuche. Conforme Boric, apunta hacia un programa de tilde progresista, lo que otros han llamado “Estado de bienestar”, apelando a políticas de atención hacia las minorías. Pero ¿Qué es lo que realmente hay detrás de esta pugna? ¿Qué se disputa en la Chile de 2021?

Michel Bonnefoy: Kast y Boric efectivamente no son, no representan, por supuesto, una misma idea de gobierno, ni de país, ni de programa político. Kast representa esa cara fascistoide que muestra la derecha cuando se ve amenazada o cuando los sectores sociales, la clase social que representan, ven amenazados sus intereses. Esa cara conservadora con un lado religioso también muy fuerte. Mientras que Boric representa ese capitalismo con preocupación social, vamos a decir. Esa socialdemocracia que se preocupa, y bienvenida su preocupación, respecto a los progresos y los avances que son necesarios en todos nuestros países. Desde el punto de vista del modelo económico como tal, la diferencia no va a ser tan grande entre ambos. Ninguno de los dos se plantea, por supuesto que Kast no, puesto que defiende este modelo neoliberal a ultranza, pero Boric tampoco se está planteando una lucha anti capitalista. Pienso que sí él puede significar un avance importante en términos culturales y por lo tanto societales, pero no tanto o nada, con respecto al modelo mismo, ese sistema mismo económico en Chile con su corolario de desigualdad, de pobreza, etc…

Por otro lado, si bien son muy importantes, los avances que significarían los espacios que abriría Boric, por ejemplo, en la lucha por la despenalización del aborto y un sinnúmero de temas que son fundamentales, pero otros como la integración latinoamericana con una perspectiva antiimperialista, no creo que Boric los planteé. Al contrario, las declaraciones que ha sacado con respecto a Venezuela, Nicaragua, Cuba, demuestran que no van por ahí sus objetivos en términos de relaciones internacionales. Por otro lado, si se trata de comparar, que a veces puede ser bien útil para describir mejor a los personajes, Kast sería una especie de Trump, Bolsonaro, Orbán, lo que fue Salvini en Italia, lo que representan Zemmour y Le Pen en Francia, el partido Vox en España. Es decir, ese esquema, esa nueva cara que está mostrando la derecha. Mientras que Boric sería más bien Bernie Sanders en Estados Unidos, el presidente Fernández de Argentina, Mujica en Uruguay, y las distintas versiones de la socialdemocracia europea; es decir, repito, que consideran que el capitalismo es seguramente la mejor manera de ordenarnos económica y socialmente. Y este tipo de democracia representativa, esta democracia burguesa, es la que consideran también más adecuada como sistema político, pero por la presión social misma, avanzando en temas sociales fundamentales.

SPNA: La Chile de las revuelta de 2018 y 2019, que tras tanta lucha en las calles, conquistó el proceso constituyente, y sumó en este camino tantas fuerzas, no pareció verse reflejada en las elecciones de la primera vuelta presidencial. Un 25,83% fue el porcentaje de los votos, alcanzados por la coalición Apruebo Dignidad. Con una abstención de más del 53%. Abriéndole el paso a una victoria parcial a las fuerzas de la ultraderecha, que obtuvieron un 27,91% de los votos. ¿Qué pasó con las fuerzas de la izquierda constituyente y el progresismo en Chile?

MB: Parecería que el resultado de la primera vuelta de las elecciones en Chile se contradice con el plebiscito para aprobar la creación de la Convención Constituyente y, por lo tanto, la redacción de una nueva Constitución, y después también la reelección de estos mismos constituyentes asambleístas, y que por lo tanto, se contradice también con lo que creímos todos ver en el llamado estallido social. Quizás porque también todos quisimos ver en el estallido social una rebelión de lo que también entendemos nosotros por la izquierda. Es decir, yo por lo menos defino a la izquierda, antes que nada, como una un pensamiento anticapitalista. Después, dentro de esa izquierda vienen discusiones con respecto a qué construimos, en oposición después de la destrucción o el desmoronamiento del sistema capitalista, qué tipo de socialismo, si es el socialismo lo que planteamos como opción. Entonces la izquierda se define antes que nada como anticapitalista y por lo tanto antiimperialista, y yo no sé, no estoy tan seguro que el estallido social haya sido una rebelión en ese sentido anticapitalista. No vi, no vi esas manifestaciones. Si vi una rebelión contra una serie de injusticias del sistema capitalista, pero no vistas como consecuencia del sistema en sí, sino más bien como producto de una mezquindad por parte de la clase dominante, por parte de la burguesía, en el sentido de no distribuir mejor las riquezas, pero no de poner en cuestión el modelo como tal.

Por lo tanto, pensar que los centenares de miles de personas, y quizás incluso un poco más, que de distintas maneras participaron en el estallido social, son gente que va a votar por una opción revolucionaria, por una opción anticapitalista, no estoy tan seguro. No, no digo, por supuesto, que en el estallido haya habido gente que después votó por Kast, de ninguna manera, pero entre alguna de esa gente del estallido hay gente que no vota, simplemente porque han sido traicionados tantas veces, por tantos distintos candidatos y partidos políticos, que no han cumplido con su promesa de avanzar hacia un sistema un poco más justo, de mayor equidad, que no hay ninguna razón de que esta vez sí le crean a Boric, por ejemplo, u otros candidatos que se presentaron, como Artés, por la izquierda, o otros ambiguos como Marco Enríquez-Ominami. Creo que es como tú dices, más del 50 por ciento de la gente que no votó, simplemente buena parte de ellos, no se plantean otro modelo socioeconómico, y no se ven representados ni creen que estos distintos partidos, estos distintos candidatos, vayan a significar un verdadero cambio en Chile.

SPNA: Algunos análisis apuntan a que además de la campaña de terror en favor del orden y contra la violencia y “el narcotráfico en el sur” impulsada por el gobierno, los empresarios y los grandes medios chilenos; se responsabiliza a la coalición Apruebo Dignidad, de haber legitimado y “salvado” a Piñera, además permitir la subordinación de la convención constituyente a los poderes existentes y, de esa manera alejarse de las urgencias populares. ¿Consideras que esto pudo haber sumado a la decepción y desmoralización en los votantes pro izquierda?

MB: Me parece que en la convención constitucional si están representadas una serie de otras corrientes de pensamiento, de donde pueden surgir las bases de cambios más profundos, que el Ejecutivo en manos de Boric tuviese la voluntad de generar. Creo que el interés de que gane Boric son los espacios que va a abrir, o que va a permitir que se abran, o que no va a cerrar con tanta violencia o tanta represión, como lo haría Kast. Pienso que en esos espacios que ese Ejecutivo, que Boric y su equipo puedan permitir abrir y que se expresen, está la esperanza de que avancemos en los cambios necesarios para ir deconstruyendo un poco, desmoronando un poco, este modelo neoliberal.

No creo que sean las políticas públicas que aplique el gobierno, menos aún con el congreso donde la derecha tiene la mayoría, en la medida en que dentro de esa supuesta mitad de la oposición hay una parte de la derecha de la democracia cristiana, que en este momento está dando el apoyo a Boric, pero que es derecha al fin y seguirá siéndolo, y que en el fondo defenderá los intereses de la clase dominante. Así que repito, pienso que en la discusión que está generándose al interior de la convención constitucional, pueden generarse los líderes, o los orientadores de la movilización que puede exigir cambios más profundos. Ya hay algunos constituyentes referentes, como la misma presidenta de la convención, Elisa Loncón. En el Senado, por ejemplo, salió elegida Fabiola Campillai, que fue víctima de la represión durante la revuelta. La policía, los carabineros, la dejaron ciega, y ella salió senadora elegida con la primera mayoría, en la región metropolitana; y ella también es esa nueva voz, que genera mucha esperanza, en la gente que no votó, que quizás se va a movilizar más, ahora, en votar por Boric, no tanto porque confían en que Boric y su gobierno vayan a provocar los cambios necesarios, sino porque obviamente hay que impedir que Kast llegue a ser presidente de Chile.

SPNA: Para el próximo 19 de diciembre está convocada la 2da vuelta electoral presidencial, y los ánimos parecen caldeados. ¿Cuál consideras puede ser la forma de reagrupar y sumar el voto del pueblo a favor de sí mismo, a favor de la democracia, y de un Chile sin derecha, sin una nueva versión de la dictadura?

MB: Con respecto al voto, Boric está buscando el voto de la centroderecha. En esa medida se ha inclinado más hacia la centro derecha. Si al principio tenía una tendencia a inclinarse hacia la izquierda con el apoyo del Partido Comunista, entre otros sectores de izquierda que lo apoyan para juntar; ahora para asegurar más votos e impedir la llegada de Kast, se ha ido hacia la centroderecha. Justo lo que antes se conoció como la concertación, es decir, el Partido Socialista, el PPD, la Democracia Cristiana, el Partido Radical, que gobernaron Chile desde que cayó la dictadura, salvo un par de paréntesis con Piñera.

Así que es lo que le correspondía quizás hacer, es decir, tampoco podía en esta coyuntura precisa, dada la fuerza que logró reagrupar Kast, lo acertado en términos de la llamada “real politik” era hacer eso, para asegurar, repito, que Kast no llegue al gobierno.

Pero sigo pensando que la reagrupación de la izquierda, que hoy día está más representada por los movimientos sociales que por los partidos que se autodenominan de izquierda, y esa pelea es el futuro, está ahí, está en la calle, está en las asambleas de barrio, en los cabildos, en todo esto que generó está el debate, en esta efervescencia política, esta movilización -y cierta organización- que generó el estallido social. Creo que por ahí va la posibilidad de empujar al futuro gobierno de Boric, que tengo confianza en que sea el presidente y no Kast, y obligarlo a hacer cambios quizás un poco más profundos, de los que plantea en su programa. Las distintas tendencias y expresiones políticas de la nación mapuche, las distintas expresiones del movimiento feminista, también todas las distintas agrupaciones que luchan contra la privatización desmesurada del agua, contra el monopolio de la pesca de las siete familias que controlan toda la costa chilena. Ni hablar de las salmoneras, ni hablar de las mineras, ni de las forestales también en el sur. Creo que la lucha contra todas esas distintas expresiones de dominación, de explotación, son las que van a permitir que sigamos avanzando en esta lucha contra el modelo neoliberal.

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