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Crímenes de Civiles Israelís Ante las Cámaras, Militares Detrás de las Mismas Con Guion en Mano

Segundopaso – La ilegal política de la demolición de viviendas palestinas a manos de los sionistas israelíes pone en relevancia el preponderante rol de la resistencia palestina, a partir de sus posturas de salvaguarda cultural e histórica de sus territorios, los que desde 1948 han venido siendo usurpados por el régimen sionista de Israel.

Son diversas las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, la ONU, entre ellas, la 2334 que no son acatadas por los israelíes, hecho que indica su derrotero ilegal y bandidezco a partir de la ampliación de nuevas construcciones en territorios palestinos, usurpados sistemáticamente por los sionistas.

 

De hecho, son miles de familias, y millones de palestinos, han sido desalojados desde sus casas, las que son demolidas y los terrenos allanados, dejando ruinas, y en destrozo físico y emocional de los dueños históricos de estas tierras.

 

Uno de los últimos casos ocurridos al finalizar el 2021, más de 100 efectivos militares desalojaron a familias palestinas, quienes también fueron detenidas y lanzadas al crudo y frío invierno en la localidad de Sheij Yarah, donde 70 familias palestinas sufrieron este crimen y violación a los derechos humanos y a la legislación internacional. Similar represión sufren las familias palestinas en las aldeas del desierto de Al-Naqab (Néguev), en el sur de los territorios ocupados palestinos.

 

Esto ha motivado que más llamados desde las organizaciones de la resistencia palestina sean emitidos para detener estas nuevas agresiones israelíes contra los civiles, quienes siguen siendo desplazados, pese a la Resolución 2334, que data de diciembre de 2016, siendo en esta perspectiva el 2021 el año más mortífero para los palestinos desde el 2014, ya que el año pasado fueron asesinados más de 319 palestinos, según la ONG B’Tselem.

 

Lamentablemente, tanto la ONU como la Unión Europea (UE), han obrado de acuerdo a los intereses de los Estados Unidos, ya que la desidia que sufre la nación palestina nace a partir de la inacción de estos organismos internacionales, quienes favorecen a los israelíes y su campaña de limpieza étnica, la que se ejecuta a partir de torturas, detenciones y mantenimiento de palestinos en campos de concentración, donde los prisioneros sufrir la extirpación de uñas y amputaciones de sus miembros a manos de carceleros israelíes.

 

Otra de estas dimensiones dentro de la masacre permanente, son las detenciones administrativas, que terminan siendo ejecuciones que se efectúan en el contexto de este tipo de detenciones arbitrarias, en las que no se informa la causa ni el tiempo en el que estarán prisioneros, solo a capricho.

 

Dadas estas condiciones, la resistencia palestina asume el rol de defensa popular, ya que hay una intencionalidad y colusión entre Estados Unidos y el régimen sionista israelí, quienes, a través de su alianza mediática, difunden sus contenidos en medios de comunicación comerciales a los que tienen cooptados gracia al avisaje de empresas ligadas a sus intereses y marcas, quienes invisibilizan las situaciones que sufren los prisioneros políticos palestinos.

 

Lo que busca la resistencia es proteger a las familias palestinas que sufren de la impunidad auspiciada por Estados Unidos, la Unión Europea y el régimen israelí frente a la inacción de las Naciones Unidas y de la propia Liga Árabe en favor de los ocupantes israelíes con quienes algunas monarquía no electas buscan normalizar las relaciones diplomáticas, dando la espalda al pueblo palestino, que es obligado a defenderse para proteger su identidad cultural, pese al lobby sionista que está detrás de las campañas presidenciales en los Estados Unidos, dado su poder adquisitivo que surge de distintos tipos de tráficos, como el de las drogas o la venta de armas.

 

El lobby sionista financia las campañas de los partidos Republicano y Demócrata en Estados Unidos,  que lleva a que estos partidos respondan positivamente a sus exigencias políticas contra los palestinos, ya que realizan inversiones para cooptar la política doméstica y externa norteamericana.

 

La resistencia palestina es la única tabla de salvación que tiene su pueblo, considerando el abandono y bloqueo a los que está sometido, por lo que el genocidio que afecta a las familias de Sheij Yarah, en Al Quds (Jerusalén) y de las aldeas del desierto de Al-Naqab es efectuado por los israelíes, quienes han ido eliminando paulatinamente a las familias palestinas, reemplazándolas por militares sionistas que efectúan una bajada territorial a las políticas expansionistas, llevada a la práctica por efectivos armados  de civil para las cámaras y los medios de comunicación corporativos, los que al dejar de grabar vuelven a sus tenidas militares con armas de guerra, simulando ser familias civiles en lo público.

 

En efecto, estos mismos israelíes exigen a los palestinos que espíen a sus propios connacionales bajo la amenaza de quitarles sus trabajos e incluso vacían los terrenos para reemplazarlos por viviendas en cuyos barrios instalan señaléticas en hebreo.

 

Si la resistencia palestina no existiera el pueblo palestino ya habría desaparecido, donde el rol de las creencias islámicas juegan un papel crucial para mantenerse vigentes, ya que una nueva Intifada o alzamiento general, tiene una piedra de tope: Mahmud Abbas, quien ha garantizado a los israelíes que no va a permitir ni llevar a cabo otra Intifada, por lo que el único camino para el pueblo palestino en su conjunto es la resistencia, incluso, en los territorios de Cisjordania, donde solo existe la entelequia de la Autoridad Nacional Palestina, ANP.

 

A tal punto llega el entreguismo de la Autoridad Nacional Palestina, que existe un convenio de seguridad entre Abbas y la entidad sionista, para velar por la seguridad sionista desde un contexto externo a los palestinos, como es el enfoque postmoderno e islamófobo de la ANP.

 

Sobre la ecuación militar, esta ha ido cambiando a partir de las nuevas realidades defensivas del pueblo palestino y de su resistencia antisionista, pese a los boicots y a los informantes de la ANP en favor de su mecenas israelí, a quienes pondrían a disposición, si fuera el caso, los sistemas defensivos de los palestinos a cambio de acuerdos monetarios.

 

En este mismo ámbito, en mayo de 2021 se tuvo que desarrollar la Espada de Al Quds, descartándose una nueva Intifada, sabiendo que la resistencia palestina debía responder a las necesidades del pueblo palestino, ya que no hay condiciones plenas para un levantamiento general, ya que han tratado de dividir a los palestinos, en lo que se empeñan las agencias de espionaje del sionismo.

 

Pese a la autodefensa palestina, consagrada en el Artículo 51 de la carta de la ONU, los medios de comunicación corporativos occidentales tratan de indisponer a parte de la comunidad mundial contra la resistencia, ya que la comparativa entre un misil casero ante las baterías misilisticas avanzadas israelíes, y a tener a su fácil disposición a miles de palestinos en cárceles israelíes, para poder desmembrarlos, son muy diferentes.

 

Estados Unidos ha destinado casi 4 mil millones de dólares en 2021 para fortalecer al Ejército y los equipos militares del régimen sionista, un verdadero tanque de oxígeno que prolonga el asedio contra los palestinos, siendo, además en ilegalidad, el régimen israelí la cuarta potencia atómica en el mundo, la que, además, ataca permanentemente a Siria, agrede de forma asidua a El Líbano, bombardea la Franja de Gaza, perpetra un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos de los palestinos en Al Quds y la Franja de Gaza, efectúa torturas y desarrolla el apartheid contra los palestinos de Cisjordania, todo lo cual es posible gracias a la impune inversión económica que le facilita Estados Unidos.

 

Sumado a este panorama, continúa el desplazamiento y la limpieza étnica de los palestinos, pese a la Resolución 2334, la que de manifiesto expresa la prohibición de nuevos conglomerados urbanos expansionistas, hecho que viola flagrantemente el derecho internacional, y como si fuera poco, congela los fondos palestinos con un cinismo sin límites, tachando a los judíos que se oponen al régimen sionista de “antisemitas”, lo que es un chantaje absurdo que no resiste ninguna lógica de raciocinio humano.

 

Manuel Arismendi, Segundo Paso

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