Según el historiador Quesada el antiimperialismo es un proceso de descolonización que tiene una dimensión lógica y otra histórica. La mayor parte de los movimientos que se suscitaron en contra de los poderes europeos en África, Asia y América Latina durante la segunda mitad del siglo XIX, son corrientes de corte e inspiración anticolonialista. Este autor afirma que, en el caso latinoamericano, las guerras de independencia responden a una corriente liberadora, principalmente enarbolada por Simón Bolívar, pues con él estaban los conceptos de nación y región muy claros y su lucha contra la ocupación española fue contundente, y también responde a su visión internacionalista (1997).

El antimperialismo es antes que nada anticapitalismo. En su momento se habló también de una guerra a muerte contra del capitalismo en su fase superior, el Imperialismo, una revolución mundial y permanente (Trotsky, 1977). Aparecen definiciones ideológicas, como la lucha de clases, que según los sociólogos marxistas, cuando esta se agudizaba, el imperialismo acudía a las viejas estrategias del colonialismo: el golpe de estado, el chantaje, el soborno, la manipulación y el asesinato (Bourgois, 1994) tal es el caso de Latinoamérica. Para que algunos líderes y pensadores latinoamericanos era crucial darse cuenta dónde estaba el enemigo, cuáles eran sus tácticas y cómo operaban para manipular las situaciones a su favor, estos elementos fueron los que indujeron el salto del anticolonialismo al antimperialismo. José Martí, fue el primero de ellos.

José Martí Primer pensador antimperialista de América Latina

(Cuba: 1853-1895) En el trabajo teórico y práctico de José Martí se ve con gran lucidez el tránsito de una condición de lucha anticolonialista, a la otra, antiimperialista. Hay algunos trabajos fundamentales de este célebre cubano y su evolución ideológica alcanzó posiciones muy beligerantes y combativas.

José Martí, como periodista o ensayista fue un pensador sistemático de las realidades concretas de América Latina y del mundo víctima de un imperialismo agresivo, denunció y dio a conocer al «monstruo» desde sus entrañas y para combatirlo fundó el Partido Revolucionario Cubano en 1892. Martí a través de su labor pedagógica hace un constante llamado de atención, e insiste que los hombres y mujeres de América Latina entendieran las profundas diferencias existentes entre la civilización llamada «anglosajona» y la civilización «latina» En su obra Escenas norteamericanas (1963) están repletas de reflexiones sobre el materialismo y el egoísmo de una forma de “progreso” que no va más allá de su voracidad anexionista y de las verdaderas aspiraciones del expansionismo norteamericano. (Quesada,1991)

Simón Bolívar y el “Sueño Antiimperialista”

(Caracas:1783-1830) Sin duda, uno de los personajes más influyentes de América Latina por su pensamiento antiimperialista hispanoamericano y su sueño de unificar a la América Meridional. Fue el hombre que dirigió las guerras independistas de Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y creó a Bolivia con ímpetu vanguardista. Su proyecto visionario invita a la reflexión de coyunturas actuales y de nuevos modelos de dominación. El ideario de Bolívar, está vigente y no fue solo una consigna, sino el fundamento ideológico que combate a un histórico intervencionismo. Desde muy joven, lo movió la urgencia de la liberación latinoamericana y su carrera se destacó por su brillantez inigualable que lo consagró como militar brillante de todos los tiempos, redactor de varias constituciones y leyes. “Nacido rico de cuna, muerto pobre, declinó al título de emperador y prefirió su título de Libertador.” (López, 2020)

Simón Bolívar durante el Discurso de Angostura (1819), con motivo de la instalación del Segundo Congreso Constituyente de la República de Venezuela en San Tomé de Angostura (hoy Ciudad Bolívar), se establece la creación de la Ley Fundamental (Constitución), la cual estableció las medidas para alcanzar la independencia nacional con grandes objetivos históricos, todos con visión antiimperialista. Pronunciado con las siguientes palabras:

¿No dice el Espíritu de las Leyes que éstas deben ser propias para el pueblo que se hacen?, ¿que las leyes deben ser relativas a lo físico del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a su extensión, al género de vida de los pueblos; referirse al grado de libertad que la Constitución puede sufrir, a la religión de los habitantes, a sus inclinaciones, a sus riquezas, a su número, a su comercio, a sus costumbres, a sus modales? ¡He aquí el Código que debíamos consultar, y no el de Washington!

Bolívar presintió que los pueblos quedarían en desventaja frente al potencial militar, tecnológico y comercial de los Estados Unidos que comenzaba a fortalecerse como una potencia pre – monopolista, junto a la filosofía del despojo con las intenciones de reconquista del sur, esta vez desde el norte…  Contribuyó a inspirar y concretar de manera decisiva la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. En 1813 le fue concedido el título honorífico de Libertador por el Cabildo de Mérida en Venezuela, posteriormente propone la unidad latinoamericana y trabaja arduamente en la fundación de la Gran Colombia, nación que intentó consolidar una gran confederación política y militar en América.

El antiimperialismo, no solo es un sentimiento, una actitud; sino toda una concepción basada en el la empatía con quienes se encuentran en condiciones de explotación y necesidad, es un vínculo espiritual con la comunidad, nación o patria a la que se pertenece. SER ANTIIMPERIALISTA significa ser solidario, ser patriota, ser humanitario; pero, ante todo conocedor de nuestra propia historia e investigador de nuestras raíces. Solamente el estudio y la información correcta permitirá reconocer las máscaras que puede usar el imperialista para robar la identidad de los pueblos.

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