Sahifa al-Sayyadiya es un libro que contiene 54 súplicas del cuarto de los Inmaculados Imames chiíes, el Imam Sayyad (la Paz sea con él).

Para los chiíes, este libro es considerado el más importante después del Sagrado Corán y del libro Nahyul Balaqa (La cumbre de la elocuencia) y es considerado también como «la hermana del Corán» y «el evangelio de Ahlul Bayt».

El Imam Sayyad (P) en sus súplicas menciona muchos temas de conocimiento y enseñanzas religiosas; temas tales como: teología, cosmología, antropología y debates del mundo invisible; habla sobre los ángeles, la misión de los profetas, la posición del Profeta Muhammad (la Paz sea con él y su familia) y de Ahlul Bayt, es decir, los miembros de la Casa Profética, el Imamato, las virtudes y los vicios morales, las cuestiones sociales y económicas e históricas, las diversas bendiciones de Dios, los rituales y las formas de suplicar, el modo de la recitación del Corán, las súplicas, el rezo y la adoración.

Hoy en día, la séptima súplica de Sahifa al-Sayyadiya ha sido recomendado al mundo, leerla para la salvación de los problemas, especialmente del coronavirus.

«Por supuesto esta calamidad –coronavirus– no es tan grande y existen otras más grande que ésta, pero este siervo espera mucho de las suplicas que salen de los corazones puros de los jóvenes y de personas abstinentes para terminar con las grandes calamidades, ya que implorar a Dios y pedir la intercesión del Profeta del Islam (P) y de los honorables Inmaculados Imames, pueden resolver muchos problemas. La séptima súplica de Sahifa al-Sayyadiya es muy adecuada y de tan buena coherencia que se puede, a través de estas bellas palabras y poniendo atención en su significado, hablar con Dios».

Los puntos importantes de esta súplica son los siguientes:

1. Dios resuelve los problemas y su gracia facilita las dificultades;

2. Los medios de la vida son provistos solo por la Misericordia de Dios;

3. Todo se hace solo por la voluntad de Dios;

4. No es evitable lo que está predeterminado por Dios;

5. La fe del verdadero creyente se incrementa con las dificultades.