Derecho

Producción de Armas Químicas; Un Peligro para la Paz Mundial

Segundopaso – El 30 de noviembre es el aniversario de la adopción de la “Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el uso de armas químicas y sobre su destrucción” en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) es una organización intergubernamental que se estableció en 1997 con la entrada en vigor de la Convención Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas.

La sede de esta organización se encuentra en La Haya, Países Bajos, y sus organizaciones son administradas bajo la supervisión de los gobiernos signatarios de la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas; la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas no es una organización afiliada a las Naciones Unidas, pero según un acuerdo separado con las Naciones Unidas, tiene una estrecha cooperación con esa organización.

Por primera vez en 1874 en Bruselas se aprobó la Convención para la Prohibición del Empleo de Armas Químicas; luego, en las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907, se pidió a los países que se abstuvieran de utilizar armas químicas en las guerras.

Sin embargo, el uso generalizado de armas químicas en la Primera Guerra Mundial, por los europeos y sus efectos destructivos contra la naturaleza y la vida humana, hicieron que los países del mundo siguieran la disuasión total del uso de armas químicas.

Aunque el Protocolo de Ginebra de 1925 pudo crear una disuasión legal del uso de armas químicas, no pudo evitar su procesamiento y proliferación.

Al momento de firmar el Protocolo de Ginebra, 120 de los países que se dieron cita en Ginebra lo firmaron. Los gobiernos de América, Japón, Brasil y Argentina fueron los países que se negaron a firmar el protocolo; la Unión Soviética también firmó los documentos pertinentes al agregar en el protocolo la condición de la posibilidad de usar armas químicas y biológicas contra países no miembros.

La primera resolución de la Asamblea General de la ONU sobre armas químicas se adoptó en 1966, y en 1968 la Asamblea General solicitó al Secretario General que presentara un informe sobre los efectos nocivos de las armas químicas.

Tras los esfuerzos realizados para prevenir la fabricación, producción, almacenamiento y uso de armas químicas y microbianas, se firmó un tratado en 1972 y ahora más de 110 países son miembros de este tratado.

En 1992, la Conferencia de Desarme en Ginebra elaboró el proyecto y plan de la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas y lo presentó a las Naciones Unidas, que fue aprobado por unanimidad por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 24 artículos y tres apéndices el 30 de noviembre de 1992 y entró en vigor el 29 de abril de 1997. Es de mencionar que el número de miembros aumentó a 160 gobiernos en poco tiempo.

Crímenes de lesa humanidad y de guerra causados por el uso de armas químicas

El paso del tiempo no depura los crímenes de lesa humanidad y de guerra provocados por el uso de las armas químicas.

Estados Unidos es uno de los países más grandes que usan armas químicas en las guerras. Por primera vez en 1763, los estadounidenses usaron armas químicas contra los indígenas, quienes eran los dueños originales de la tierra de América.

Además, el uso por parte de EE.UU. de un arma química conocida como “Agente Naranja” en la Guerra de Vietnam provocó la muerte de casi 300.000 personas y cientos de miles de niños nacieron con diversas discapacidades en Vietnam.

 

La República Islámica de Irán es una de las víctimas de las armas químicas en el mundo, y este país sufrió graves daños debido al uso de armas químicas donadas por Occidente, en especial países como Alemania y Francia durante la guerra impuesta por Saddam, el dictador del régimen Basista en Irak.

El régimen criminal de Saddam usó armas químicas muchas veces durante los años de la guerra impuesta contra Irán, es decir, de 1988 a 1980. La historia del primer ataque químico registrado de Irak contra Irán se remonta a enero de 1981.

Desde esa fecha hasta el final de la guerra, las fuerzas iraquíes mataron e hirieron a más de 100.000 iraníes en ciudades y zonas fronterizas, así como en los frentes de la guerra impuesta en más de 3.500 bombardeos químicos.

La presencia de más de 100.000 víctimas químicas y miles de víctimas de armas químicas en Irán muestra los crímenes que ocurrieron por el uso de armas químicas y la procrastinación de asambleas internacionales al respecto.

Según las estadísticas de la Fundación de Asuntos de Mártires y Veteranos de Irán, actualmente hay 60.000 veteranos químicos en todo Irán, es decir que pese al paso de más de 4 décadas desde el inicio de la guerra, el pueblo iraní esta pagando el costo de la producción de las armas químicas.

 

Los documentos que se publicaron en los últimos años de la guerra impuesta por Irak contra Irán y después de eso mostraron que un total de 207 empresas europeas, incluidas empresas de Holanda, Alemania y Francia, vendieron armas y matanzas masivas al régimen Basistas de Saddam.

Con el comienzo de la crisis siria en 2011, la región de Asia Occidental fue testigo una vez más de la repetición de los errores del pasado por parte de las potencias dominantes y del equipamiento de grupos terroristas como ISIS con sustancias tóxicas y armas químicas y su uso en Siria e Irak.

El punto a considerar en la repetición de este tipo de delitos fue la provisión de condiciones de fácil acceso para los terroristas a las sustancias químicas y su uso en Siria con fines políticos.

Jan Sheijun en Idlib, en el noroeste de Siria y Douma en el área estratégica de Ghouta Oriental, cerca de la capital siria, fueron blanco repetido de ataques químicos por parte de terroristas respaldados por Occidente.

Desafortunadamente, incluso hoy, países como Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos proporcionan armas prohibidas, como bombas de fósforo o armas químicas, a grupos terroristas en Siria y regímenes criminales como Arabia Saudita.

El régimen sionista, con su historial de ocupación y posesión de todo tipo de armas químicas, armas nucleares y matanzas masivas y usándolas para matar al pueblo oprimido de Palestina, es otro ejemplo de este tipo de delitos que actualmente está siendo observado por la opinión pública y la comunidad mundial.

Además de las armas atómicas y químicas del régimen israelí, las armas biológicas de este régimen son una seria amenaza para la seguridad de la región de Asia Occidental. Algunos expertos estadounidenses declararon: “Israel ha poseído armas químicas ofensivas desde 1973 y pudo renovar su arsenal de armas químicas ofensivas durante la década de 1980″.

El uso de armas químicas por parte de los países occidentales muestra la continuación de su doble comportamiento y el de sus aliados; estos países, por un lado, condenan los ataques químicos con la consigna de apoyar los derechos humanos y, por otro lado, persiguen sus objetivos apoyando a las empresas que venden armas y permaneciendo en silencio ante los delitos.

La Necesidad De Destruir Las Armas Químicas

La destrucción de los arsenales de armas químicas es la parte más importante del compromiso de los estados miembros de la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas, pero lamentablemente, todavía somos testigos del uso creciente de armas químicas, especialmente en la región de Asia Occidental . El uso del régimen Basista iraquí, el uso de terroristas en Siria e Irak y el uso de armas químicas por parte del régimen sionista son ejemplos que se mencionan.

Este acto antihumano es el resultado del apoyo de algunos países, incluido EE.UU. mientras condena el uso de este tipo de arma, la comunidad internacional ha pedido reiteradamente a los propietarios de armas químicas, especialmente a Estados Unidos, que destruyen sus arsenales químicos lo antes posible.

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