SP NuestrAmérica

Elena Poniatowska. Tlatelolco 1968: Recuperación militante del sentido

AUTORA: MARÍA ALEJANDRA PORTILLO. DISEÑO: ETTEN CARVALLO

Segundo Paso para Nuestra América.- El periodismo comprometido es una de las herramientas más significativas de la lucha de los pueblos por la verdad. La palabra, voz y acción de Elena Poniatowska ha sido un instrumento para llevar las verdades de esas luchas arraigadas en lo profundo del pueblo mexicano a diversas latitudes del mundo. Su método basado en la narración desde lo popular, la convierte en una exploradora profunda, aguda y trasgresora.

La Princesa Roja, como es conocida la periodista nacionalizada mexicana, Elena Poniatowska, nació en Paris en 1932. Es hija de una familia que estaba constituida por la aristócrata poeta mexicana Paula Amor y el príncipe Jean E. Poniatowski, descendiente directo del último rey de Polonia e incansable luchador contra el nazismo y el franquismo, siendo este juego de palabras capaz de hacer síntesis entre la vida, obra y praxis de la novenaria autora, quien es hoy por hoy, una de las más importantes representantes del periodismo de izquierda comprometido con las luchas sociales latinoamericanas.

La Segunda Guerra Mundial separaría a la familia. La madre y su hija emprendieron un viaje hacia México que las transformaría por completo. La autora recuerda en sus diferentes relatos autobiográficos, la sorpresa que le produjeron el olor, el sabor y el color de esta tierra, así como el contraste permanente con la pobreza de su gente; y es precisamente la preocupación por estas realidades lo que la convierte en una periodista disciplinada, aguda y profunda. Su crítica constituye una fuerza demoledora de los principios que establecen el sistema imperialista y capitalista.

Desde el punto de vista del método, ha desarrollado un periodismo que bebe de las fuentes de las narraciones de los trabajadores, las mujeres campesinas, madres, maestras, y de los estudiantes y sus luchas. Se basa en el pueblo como testigo de lo cotidiano y lo extraordinario, en la militancia de lo que hace posible crear condiciones materiales y subjetivas para los procesos revolucionarios.

Manifestación inequívoca de este periodismo militante y trasgresor fue su obra La noche de Tlatelolco, publicada en 1971. En ella la autora narra y devela una de las peores masacres de la historia mexicana del siglo XX, nos ofrece a partir de la sistematización de diferentes narraciones en primera persona (testigos-pueblo), los sucesos generados durante la matanza de estudiantes en la Plaza de la Tres Culturas de 1968, todo encubierto por un ejercicio genocida del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz para crear condiciones que garantizaran el desarrollo de las olimpiadas en su país y la eliminación de todo movimiento insurgente.

El 2 de octubre del 68 se dieron cita los diferentes movimientos estudiantiles, logrando convocar a unos 10 mil estudiantes, maestros, profesores, padres de familia y trabajadores. Los estudiantes que se habían organizado contra toda represión, habían llenado un espacio que antes los trabajadores ocupaban orgánicamente y que para ese momento se encontraban desmovilizados. Se politiza entonces la acción. Una de las voces registradas por la autora señala:

Pienso que la fuerza y la importancia del Movimiento Estudiantil se la dio la represión. Más que ningún discurso político, el hecho mismo de la represión politizó a la gente y logró que la gran mayoría participara activamente en las asambleas. Se decretó que en cada escuela habría paros y allí mismo surgió la idea de las brigadas y de los comités de lucha en cada Facultad. Los brigadistas eran muchachos y muchachas de la base estudiantil que realizaban todo tipo de actividades, desde recolectar dinero hasta hacer mítines relámpago en la calle, en los barrios más alejados, en las colonias proletarias. Las grandes manifestaciones fueron una de las armas políticas más eficaces del Movimiento. Carolina Pérez Cicero, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Este movimiento crea redes orgánicas de acción, de las cuales se vale Poniatowska para mostrar al lector, de primera mano, los sucesos de la masacre mediante la construcción de un hilo conductor de narraciones que dan cuenta desde diversas perspectivas de lo acaecido ese día.

Nos narra la vulnerabilidad de pueblo que allí reunido es testigo y victima simultáneamente de ráfagas de disparos a quema ropa y de francotiradores, de la imposibilidad de ocultarse en una plaza a cielo abierto, de los guantes blancos que identificaban a las fuerzas de seguridad encubiertas como civiles conocidos como granaderos, nos narra los mecanismos de seguridad puestos en las únicas dos salidas existentes, de las madres con niños que fueron balaceadas por apoyar el cese de la explotación y el hambre. Nos narra cómo utilizaron luces de bengala para dar la señal de ataque, como en Vietnam. Sobre estas mismas bengalas haría referencia Oriana Fallaci, quien se encontraba en la Plaza el día de la masacre y recibió tres disparos, y luego fue rescatada por ser extranjera, cumpliendo luego con el deber como periodista de alzar y hacer público todo lo sucedido. Ella es parte de las voces que develan el ataque del gobierno mexicano, que había simulado un enfrentamiento en el cual los estudiantes habrían disparado primero.

Esto último es quizás lo más relevante de esta novela, cómo al transcurrir de los años lo relatado sería confirmado. Quedó al descubierto la simulación del ataque por parte de los estudiantes, los nexos con la CIA para garantizar el desarrollo de las olimpiadas del 68 y el desmantelamiento político del movimiento político revolucionario, de allí el uso de las bengalas, la ratificación de la creación del Batallón Olimpia, mecanismo paramilitar de seguridad del Ejecutivo Nacional.

Lo anterior es solo un ejemplo del ejercicio del poder para garantizar dentro de la democracias periféricas capitalistas, los mecanismos de la dominación y explotación de las naciones nuestroamericanas y del Sur Globlal, así como también el ocultamiento de la verdad mediante la manipulación de los medios de comunicación. Veamos algunos titulares del día siguiente a la masacre:

EL SOL DE MÉXICO (Matutino): Manos Extrañas se Empeñan en Desprestigiar a México. El Objetivo: Frustrar los XIX Juegos. Francotiradores Abrieron Fuego contra la Tropa en Tlatelolco. Heridos un General y 11 Militares; 2 Soldados y más de 20 civiles muertos en la peor refriega.

EL DÍA: Criminal Provocación en el Mitin de Tlatelolco causó Sangriento Zafarrancho. Muertos y Heridos en Grave Choque con el Ejército en Tlatelolco: Entre los heridos están el general Hernández Toledo y otros doce militares. Un soldado falleció. El número de civiles que perdieron la vida o resultaron lesionados es todavía impreciso.

Como puede apreciarse en la guerra lo primero que muere es la verdad, he allí la lucha y el sendero por los cuales debemos proseguir.

También puedes escuchar este episodio en nuestro canal de Youtube: https://youtu.be/4maNFNoSVQI

Acá te dejamos los enlaces de todos los episodios anteriores del Podcast Creadores desde el Sur, a cargo de la Dra. María Alejandra Portillo. Visita nuestro canal @NuestraAmericaSegundoPaso, síguenos y dale me gusta:

Episodio 1: https://youtu.be/b_BCfFyi_tU

Episodio 2: https://youtu.be/eIhAHjafpqI

Episodio 3: https://youtu.be/KRravgnV0KQ

Episodio 4: https://youtu.be/-qjwCjvbZHU

Episodio 5: https://youtu.be/-WY6E7fPPUQ

Episodio 6: https://youtu.be/oNKbk_DXQ-k

Episodio 7: https://youtu.be/FqLUgax79IE

Episodio 8: https://youtu.be/pfsKCWckS5w

Episodio 9: https://youtu.be/EG1p0aaY7f8

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