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Argentina: Desafío electoral frente a la despolitización

AUTORA: JESSICA PERNÍA. ILUSTRADORA: ETTEN CARVALLO

Segundo Paso para Nuestra América.- El aumento del descontento y la despolitización en la población Argentina se ha visto reflejado en las elecciones PASO, donde un nuevo sector político de ultraderecha ha emergido. Este sector representa un peligro para la integración latinoamericana y podría afectar negativamente la economía y la política en la región. Para Lucía Klug, militante de la juventud de Frente Patria Grande, y Diputada de la provincia de Buenos Aires, la tarea de la izquierda es aplicar una pedagogía de la historia, de los derechos, alertando sobre el riesgo de los retrocesos. Defender el proyecto nacional que reivindique los derechos de las mayorías y vuelva a hacer que la gente crea en la política.

 

Jessica Pernía por Segundo Paso para Nuestra América: Diferentes autores y medios reseñan que la situación económica Argentina ha enfrentado una serie de altibajos en los últimos años, que incluyen una alta inflación, una deuda externa significativa, y hasta una recesión económica. Altibajos que se relacionan con la crisis política institucional, y otros factores derivados, como la falta de inversión o la corrupción. Pero ¿Cuál es la verdadera situación política y económica de la Argentina? (Más allá del contexto electoral)

Lucía Klug, Diputada de la Provincia de Buenos Aires, Argentina:Bueno, la situación de Argentina es realmente compleja en términos económicos, más allá de, bueno, las subidas bajas y manejos del mercado por el clima electoral, me parece que estamos viviendo una situación compleja básicamente porque tenemos el yugo del peso de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y, bueno, por ende una falta de oportunidad de equilibrar las balanzas y las balanzas de las monedas circulantes, pero más allá de eso creo que lo que indica mayormente es que estamos en déficit para poder lograr índices de inversión altos, que requiere lamentablemente, por nuestra economía bi monetaria, algún tipo de respuesta respecto a las cantidades de dólares que hay en la Argentina, y eso la verdad que limita mucho el desarrollo. Estamos agradeciendo en pos pandemia un crecimiento de la economía de más de seis puntos, que es, incluso, un índice mejor que los anteriores a la pandemia. Quiere decir que en realidad se está produciendo, se está trabajando y hay mucha gente laburando. El tema aquí es que no estamos logrando con ese crecimiento, ser fieles a nuestra historia, ¿no?, del peronismo, de los movimientos, etcétera: redistribuir esas riquezas. Los trabajadores no están siendo parte de esa ganancia y creo que ahí está el problema principal, sueldos bajos respecto a una inflación galopante y una incapacidad de poder redistribuir las riquezas del crecimiento económico; y claro, no redistribuir las riquezas es sinónimo de concentración. de los movimientos, etcétera: redistribuir esas riquezas. Los trabajadores no están siendo parte de esa ganancia y creo que ahí está el problema principal, sueldos bajos respecto a una inflación galopante y una incapacidad de poder redistribuir las riquezas del crecimiento económico; y claro, no redistribuir las riquezas es sinónimo de concentración. de los movimientos, etcétera: redistribuir esas riquezas. Los trabajadores no están siendo parte de esa ganancia y creo que ahí está el problema principal, sueldos bajos respecto a una inflación galopante y una incapacidad de poder redistribuir las riquezas del crecimiento económico; y claro, no redistribuir las riquezas es sinónimo de concentración.

JP: Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el índice de pobreza en el año 2022 se ubicó en un 39,2%, representando una baja respecto al año previo, pero sosteniendo un porcentaje importante de alza general. Según el mismo organismo, el coeficiente de Gini se ha ido acercando a 1, alertando sobre una distribución del ingreso desigual. La pandemia por COVID 19, también dejó a su pasó importantes afectaciones. En este sentido ¿Cómo está impactando la situación política y económica a la sociedad Argentina?

LK: Lo decía anteriormente, el efecto pandemia fue recesivo, absolutamente, a nivel mundial. En la Argentina se suma que después del COVID 19, hubo una sequía sin precedentes. Como muchos saben, es un país que depende casi centralmente de la producción de las divisas que genera el agro y esa sequía, sumada a los efectos de la pandemia, obviamente generó un receso económico importantísimo. Sin embargo, ves los índices de la productividad argentina, de las ganancias, etcétera, y terminan siendo muy altos; así que más allá de la pandemia y de la guerra, más allá de esos dos ejes y componentes, encontramos un país que ha crecido arriba de seis puntos respecto a la época pre pandemia. O sea, la recuperación fue bastante rápida y bastante contundente respecto de los índices. El tema es que no estamos logrando plasmarlo en mejoras de la calidad de vida de la mayoría.

JP: Hay un porvenir electoral importante que puede reconfigurar toda la situación de aparente crisis institucional, política y social en Argentina. Sin embargo, la reciente celebración de las PASO, dejó una estela de sorpresa y preocupación entre los propios argentinos y argentinas. El factor Milei, deja un gran desafío a la izquierda; y no solo a la izquierda, sino a las y los demócratas. ¿Qué análisis tienes sobre las PASO? ¿Cuál es el significado de este panorama electoral?

LK: Me parece que el análisis de la PASO y enlazo con la respuesta a las anteriores preguntas, es una respuesta a esa falta de gestión que ha tenido el gobierno actual respecto de mejorar la calidad de vida de la gente. Vos ves que estás laburando un montón en Argentina —los niveles de desocupación son muy bajos—, le sumas a eso de que no te alcanza igual y laburas todo el día, y bueno, eso genera un descontento tremendo en la población. Eso se ve expresado en el sistema político, y en que los dos bloques que fueron históricamente más votados en Argentina o que han concentrado siempre el 90% de los votos, se partió en tres. Emerge un nuevo sector, obviamente no estamos de acuerdo con las ideas de ese sector, de ultraderecha negacionista de la dictadura, de los derechos humanos, de cualquier tipo de derecho, derecho a la educación, a la salud, a lo básico. Una apuesta doctrinaria de libre mercado, etcétera, con la que obviamente no estamos de acuerdo. Y bueno, me parece que si la gente decidió dar ese salto al vacío, de votar por un personaje nuevo, con estas ideas —para nuestra tradición política bastante extrañas—, me parece que tiene que ver con que ya hay algún tipo de despolitización, basada en el “ya no me importa lo que vaya a pasar”, digamos. O sea, los electores prefieren ese salto al vacío que seguir soportando a los dos partidos que les gobernaron históricamente en la Argentina. Así que me parece que esto es todo un dato, un fenómeno que obviamente nos afecta de lleno a quienes militamos por una patria más justa, más igualitaria, pues sabemos que las ideas de ese personaje que ganó las PASO no representarán una mejoría de ninguna manera, sino sería todo un retroceso.

JP: La sociedad Argentina no parece ser la única sorprendida y preocupada frente a los resultados de las PASO. La reciente ola progresista en América Latina venía saboreando algunas victorias tempranas en el campo político y electoral, rescatando varios gobiernos de las manos de las derechas y ultra derechas en la región, y ha contado con Argentina como un nación pivote e imprescindible para el rescate de la institucionalidad demócrata y progresista. ¿Cuáles son los riesgos de ese asomo electoral de las PASO, en la región?

LK: Los riesgos son muchos. Me parece que si un personaje así como Milei, llegara a ganar las elecciones, tendríamos grandes problemas regionalmente. Ha costado mucho reconstruir el panorama regional en un sentido popular y de integración latinoamericana; y la verdad es que hay precedentes con estos tipos de presidentes en otras naciones y en otros momentos, como fue la experiencia fatal con Bolsonaro en Brasil, así como pudiera llegar a pasar con Milei aquí en Argentina, lo cual representaría un peligroso retroceso. Una de las primeras cosas que dijo Milei fue “voy a dejar de comerciar con Brasil”, uno de nuestros principales socios y vecinos en términos comerciales y financieros. Una locura total. Así que de ejecutarse todas estas promesas ultra derechistas, claro que podrían afectar el largo recorrido que ha significado la integración latinoamericana que se revitaliza en nuestra región, y en ese plano me parece que puede afectar incluso en términos económicos, pero sobre todo en términos políticos. Hay un riesgo de que este tipo de personajes políticos se conviertan en ejemplo y alienten esta lógica en diferentes países de Latinoamérica, como una ola progresista pero a la inversa. Una ola conservadora, o fascista. Tenemos que trabajar mucho para que eso no sea, ya dimos grandes pasos históricos, grandes logros en este tiempo. Brasil se recuperó, Chile, el gobierno de México, Bolivia. Ha habido avances muy importantes y me parece que tenemos que seguir en la línea de defensa, primero, evitando los triunfos de estos proyectos peligrosos en nuestros países.

JP: Para cerrar, ¿Cuál es el mayor desafío de la izquierda argentina para garantizar la defensa política democrática, y la reconstitución de la institucionalidad progresista frente al inminente riesgo de la avanzada derechista y hasta fascista?

LK: La mayor tarea de la izquierda en Argentina, o del campo nacional y popular, como le decimos acá, es salir a aplicar mucha pedagogía con la gente, con los nuestros, sobre la historia, los derechos, militando muy fuerte. Difundir el mensaje de que no vamos a poder recuperarnos en términos económicos, políticos y sociales a través de un personaje como Milei. Todo lo contrario. Debemos desenmascarar sus falsas promesas. Hay un trabajo de cara a la gente, en ese sentido, pujando porque el gobierno haga lo propio, pues el tema del gobierno nos excede a los militantes que no tenemos injerencia en las decisiones estatales; pero tienen que haber medidas, sí o sí, medidas concretas para la gente, rápidas, contundentes; pues si eso no sucede va a ser muy difícil que nos vuelvan a elegir a nosotros como gobernantes. Ahí hay un desafío que nos excede y uno que es muy importante. Debemos como fuerza, disminuir esa tendencia, ese descontento que existe en la Argentina, pues puede ser muy costosa. Trabajar mucho de cara a revertir esos números de la ultra derecha, defender el proyecto nacional, popular, que logre reivindicar los derechos de las mayorías y volver a que la gente crea en la política.

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