SP NuestrAmérica

Amalivacá. Revista Sonora. Núm. 2 / Oct- Dic. 2022

PRODUCCIÓN Y LOCUCIÓN: RAMÓN MEDERO. DISEÑO: ETTEN CARVALLO

Segundo Paso para Nuestra América.- La rebelión popular en Perú, como consecuencia del Golpe de Estado contra Pedro Castillo, nos invita a reflexionar acerca de cuál será el grado de gobernabilidad que tendrá Lula en el contexto ultraconservador que le espera; y cuál será el alcance del separatismo camba liderado desde Santa Cruz, que intenta trastocar el Estado Plurinacional, acabar con el partido MAS, con sus líderes y la revolución boliviana. Igualmente, se ofrece un análisis crítico acerca de las manifestaciones callejeras que han tenido lugar en Irán.

Editorial

ÍNDICE

“Editorial”, de Ramón Medero: 2’03”.

“Las guarimbas en Irán”, de Ángel Tortolero Leal: 12’15”.

“Perú sin sombrero”, de Jessica Pernía: 20’14”.

“Lula de nuevo o el nuevo Lula”, de María Alejandra Portillo: 31’04”.

“La media luna boliviana”, de Rukleman Palacios: 40’26”.

(Puedes ir directamente al artículo sonoro de tu interés. Para ello, solo debes desplazarte con el cursor en la pista hasta encontrar el minuto y segundo que aparece en el ÍNDICE y darle a iniciar)

También puedes escuchar el programa en https://youtu.be/_YSEhl4hfHQ

La gravedad de los acontecimientos políticos que tienen lugar en Perú nos obliga a analizar urgentemente las amenazas que se ciernen sobre algunos de los gobiernos progresistas y de izquierda en Nuestra América, particularmente, Brasil y Bolivia.

Cuál será el grado de gobernabilidad que tendrá Lula en el contexto ultraconservador que lo recibirá en enero de 2023 que de seguro acudirá a la vacancia mediante un nuevo lawfare; y cuál será el alcance del separatismo camba liderado desde Santa Cruz, que intenta trastocar el Estado Plurinacional, acabar con el partido MAS, con sus líderes y la revolución boliviana.

Como sabemos, la ingobernabilidad que padeció Pedro Castillo derivó en la actual crisis sociopolítica, cuyos hechos encuentran explicación desde dos subjetividades. Por un lado, se presenta la visión que impone el estamento de la derecha entronizada en el Poder Legislativo y complotada con los medios de comunicación nacionales e internacionales y, por el otro, la del propio maestro de Cajamarca, sus correligionarios y quienes conocemos las maneras como opera la derecha en nuestro continente.

La primera, se sustenta en la tesis de rebelión e intento de golpe o autogolpe de Estado por parte de Pedro Castillo; mientras que la segunda argumenta que se trató de un vulgar golpe de Estado ejecutado por el Congreso contra Castillo o, mejor dicho, la materialización del golpe lento y continuo que el aparato político neoliberal peruano ya venía practicando, dado que el titular del Poder Ejecutivo estuvo secuestrado e imposibilitado de toda decisión a lo largo de su corto mandato.

En todo caso, esta última tesis mantiene movilizada y agitada a una masa nada desestimable del pueblo peruano, cuyas acciones de calle, en este momento, se han venido calentando y podrían alcanzar pronto la categoría de rebelión nacional irreversible.

Como sabemos, una rebelión verdadera, no aquellas insurrecciones protagonizadas por las clases medias y las burguesías nacionales cuando están en la oposición, sino los auténticos levantamientos populares masivos, constituyen una posible antesala para el cambio de paradigmas, para una disrupción que, en el caso de Perú, es algo indefectible y urgente, dada la ingobernabilidad alcanzada, producto del atrincheramiento de una derecha recalcitrante en el aparato político del Estado que sospechosamente usurpa o anula, bajo artilugios leguleyos, las potestades del Poder Ejecutivo. Hemos visto suceder estas rebeliones en Venezuela (1987 y 1992), en Chile (2019-2020) y en Colombia (2021), por dar algunos ejemplos, y cómo dieron a luz gobiernos revolucionarios, de izquierda o progresistas de distinto signo.

Pero reflexionemos acerca de algo muy obvio. ¿Seis presidentes peruanos en cuatro años? Desde 2018 hasta el presente han pasado por el Ejecutivo Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y Dina Boluarte. Es algo negativamente extraordinario en la política de cualquier país democrático y es imposible que no levante suspicacias sobre la ética de la responsabilidad de ese Congreso. Sin duda, el Estado está bajo el control casi absoluto de un Congreso faccioso que solo puede legitimar a una fantoche como Dina Boluarte para esconder su entramado de corrupción y clientelismo.

Lo paradójico de todo esto es que parte de lo enunciado por Castillo pareciera estar convirtiéndose en realidad, al tiempo de que su verdugo político, el Congreso y su fantoche, está ejecutando de manera brutal las mismas supuestas acciones ilegítimas y sediciosas de las que lo acuso. A ver…aquello que Castillo dijo y no hizo ni encargó a nadie a que lo hiciese y que nadie suscribió o acompañó, comienza a cobrar forma, a tener sentido; es decir, el soliloquio por medio del cual manifestó su deseo de disolver el Congreso, declarar un estado de excepción y toque de queda, se presenta ahora como un proyecto solicitado por el pueblo, factible y necesario ante el caos político ya institucionalizado en ese país. Por este ensueño de una acción de facto que despejara el camino a una Constituyente, Castillo fue criminalizado de inmediato, detenido como un delincuente común en supuesta flagrancia, sin importar su investidura, fuero o inmunidad, además destituido de manera expedita.

Lo que fue calificado como inmoral, anticonstitucional y sedicioso se está materializando en manos de la contraparte, el pueblo, y a través de las manifestaciones populares pide elecciones y una Constituyente, lo cual implicaría disolver el actual Congreso para dar paso a otro que elabore una nueva Constitución, que es el mismo objetivo enunciado por Pedro Castillo. Dina Boluarte, en cambio. militariza el país, declara un estado de emergencia nacional y un toque de queda para reprimir y asesinar alevosa y cobardemente a la población insurrecta.

Le temen al pueblo y quieren diezmarlo para que el terror los inmovilice. El camino que ha tomado el pacto legislativo-ejecutivo para nada es democrático y constitucional y, sin embargo, nadie es objeto de alguna sanción o condena. Es la doble moral del neoliberalismo.

En fin, estamos a la expectativa sobre estos acontecimientos en Perú. Sobre cuál será el desenlace. Pero habrá que esperar un tiempo más para ver hasta dónde llega la rebeldía popular y hasta dónde la represión. No obstante, abrigamos la esperanza de que todo acabe dándole la razón a lo que Castillo quiso expresar en su díscolo discurso. Veremos si esta inmolación política suya fue un acto tan torpe, inmoral, descabellado y caricaturesco como se le ha querido hacer ver; o se trata, en cambio, de una lección moral llana y valiente que ha dado este campechano maestro ensombrerado.

Creemos que Castillo, más allá de sus contradicciones y torpezas políticas cometidas en su angustia por sobrevivir en medio de ese clima tan hostil, y que lo alejaron de sus principios ideológicos originarios, ha marcado el camino por el cual debe seguir el pueblo. Ningún mandatario o mandataria logrará jamás un cambio sociopolítico en ese contexto tan adverso, el Poder Ejecutivo será siempre aniquilado por el conservadurismo agavillado en los otros poderes. El pueblo es el que deberá asumir la conducción de estos cambios trascendentes y romper los ídolos de arcilla del neoliberalismo para avanzar hacia un estado de mayor bienestar social y verdadera gobernabilidad.

Pero como anunciamos ya, estos eventos en Perú nos obligan a reflexionar acerca de otros posibles escenarios políticos conflictivos y de ingobernabilidad que puedan suscitarse en nuestra Región y en el Sur Global en los próximos cinco años; sobre todo en aquellos países donde prospera la nueva oleada progresista que cierra este año 2022 con el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva.

En Brasil, por cierto, Lula se verá sometido a una tremenda conflictividad entre poderes y a las amenazas de un nuevo lawfare por parte de la derecha fascista. La misma amenaza de ingobernabilidad sucede en Bolivia, pero con la particularidad del separatismo camba liderado desde de Santa Cruz que busca no solo alcanzar la independencia política y económica de esa provincia, sino crear la Media Luna, para dividir por completo el país, trastocar el Estado Plurinacional de Bolivia, acabar con el partido MAS, con sus líderes y la revolución boliviana. Separatismo y golpe de Estado fascista y racista.

Igualmente, queremos presentar un análisis de las recientes manifestaciones callejeras en la República Islámica de Irán, país donde se producen antagonismos y actos desestabilizadores muy similares a los de aquellos países donde se han dado revoluciones profundas. La gobernabilidad está permanentemente bajo amenaza por el asedio externo y por acciones violentas y terroristas ejecutados por factores comprometidos con los intereses occidentales. Son las mismas guarimbas o insurrecciones burguesas que vimos en Caracas en el 2017, en Nicaragua en 2018 o en Cuba en 2021.

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